Capítulo 19.

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Capítulo 19.

-¿Qué hacías ahí arriba?

Con esa pregunta le recibió Erick una vez él entró a la habitación de invitados. A William le molestó ligeramente el tono con el que le habló, pero lo dejó correr.

-Miraba unos dibujos de mamá. ¿Sabes por qué están ahí? Selene me los mostró. –respondió él.

-Bueno…están ahí porque esa casita del árbol era de Alda. Su padre se la construyó como un método de alejarla de la casa. Esta casa era de los Raynolds, la familia adoptiva de Alda, y ella vivió toda su vida aquí. Cuando Alda murió unos tíos legales de ella, que heredaron la casa a su muerte y la de sus padres, la vendieron y el esposo de Elin acabó comprándola. Como Alda permaneció aquí, e incluso murió aquí, esta casa es la más segura en todo el pueblo para ti. Por eso te traje. –acabó de contar Erick, suspirando.

Su madre. Era, o había sido, la casa de su madre. Se sintió un poco más molesto por ello, porque Erick no le hubiese dicho algo tan importante, pero logró dejarlo pasar igualmente y se limitó a fruncir un poco el ceño.

-¿Hay algo más que yo no sepa que debas contarme? –preguntó Will.

-Hay muchas cosas que no sabes, William, pero creo que quien debe contarme algo que quedó pendiente eres tú. Por favor, cuéntame cómo fueron tus otros sueños. –Erick pidió, sentándose en el borde de la cama.

Recordar los sueños le puso algo mal, pero luego de un minuto de pie pensándoselo decidió que de verdad tenía que  hacerlo, para poder obtener respuestas y no temer tanto a lo que veía en su cabeza. William suspiró temblorosamente, se sentó junto a Erick y comenzó a decirle todo.

Cuando acabó de contárselo, intentando apurar la parte del sueño del supuesto Erick manoseándole, mantuvo la cabeza  al frente pero le miró de reojo, nervioso. Erick tenía los labios apretados y una mueca molesta en el rostro, pero intentaba ocultarlo mirando al lado contrario en que estaba Will.

Él se mantuvo en silencio, esperando, fingiendo no estar tan impaciente por una respuesta como estaba.

-Creo que…bueno, lo de Alda sí ocurrió. Que ella se haya metido en un pentagrama pintado en el suelo, que hubiera velas  y que se cortara el brazo tiene pinta de algún ritual de sangre, y esos son peligrosos. Nunca supe de eso, no estuve ahí. Es realmente extraño. –murmuró Erick.

-¿Ritual de sangre? O sea, ¿Mamá pagó con su sangre el llevarlo a cabo? Se parece a una película donde hacían eso para…para invocar algo. ¿Ella hacía ese tipo de cosas? –preguntó William, asustado.

-No, ella no las hacía. O al menos yo nunca me enteré. Pero es bastante fácil deducir que, como tú dices, estaba invocando algo. Y lo único que ella podría haber intentado invocar es a un demonio, a Baltazo. –sentenció Erick.

-¿Por qué? ¿Por qué a él? ¿Qué quería mamá con él? –casi exigió.

-Ella estaba enamorada de él, William. Fue tonta y se enamoró de un demonio con quien sólo había hablado por medio de la tabla, de la ouija. Seguramente él le explicó qué tenía que hacer y cómo para que pudiera llamarle. Baltazo no tenía un cuerpo fijo, lo perdió hace siglos, y siempre quiso recuperarlo. Cuando me enteré pensé que iba a poseer a Alda, pero no fue así. –Erick le explicó.

-No, claro que no, prefirió embarazarla. –gruñó Will y apretó las manos en puños con tanta fuerza que sintió las uñas dejarle surcos en la piel.- Soy hijo de ese demonio y…y él ahora que mamá murió me quiere a mí.

-No, él te quería a ti desde antes de que Alda muriera. –le corrigió Erick.- Te lo dije, Alda tomó malas decisiones, pero no era una mala persona. Tenía sus problemas y sufrió, y que esa imbécil le mostrara la ouija y le dijera que realmente funcionaba no ayudó en nada. Alda pasaba tardes enteras en esa casa del árbol hablando con espíritus y entes, por eso conoció a Baltazo.

Dusk: Darkness is dispelled.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora