Tengo una promesa que cumplir

78 3 0
                                    

Desperté con mis cosas ya acomodadas en mi vieja casa de Niigata, tome mi celular marcando rápidamente a Jess ~El número que usted marco~

-¡NO!-Me empecé a desesperar ahora marque a mi hermana, el teléfono sonaba.-Contesta, por favor.-Me levante y comencé a caminar por el dormitorio.

-¿Hola?

-Soy yo Yul.

-¡¿Dónde estás?!-¡Sí! Era ella, al menos aún no le cortaban el número, comencé a relatar todo.-Ahora si se merece más que el infierno, ¿Me puedo ponchar a tú novia?

-¡Oye no es momento de bromas!-Se escuchó su risa del otro lado.

-Te hecho de Corea, tienes que tener bien ideado el plan con el que vas a regresar, porque ella tampoco puede ir para allá, más que nada te alejaron por que causara un revuelo el que de por si eres homosexual, ahora con una novia embarazada sin siquiera casarte......ufff....escandalazó del año compositora.

-Lo entiendo, pero prometí no dejarla sola y esa bebé es mía, no importa lo que diga la gente, mandaré a hacer una carta poder, para que por un tiempo limitado de dos días tengas el poder de firmar bajo mi nombre, escúchame......pásamela.

-Estoy trabajando.

-Pásamela,

-No miento.

-Búscala.

-Oye....¿Que te crees?

-Eres a la única que tengo, por favor....-Me colgó y comencé a despertarme hasta que unos minutos después tenía una llamada entrante.

-¡Yul!

-Bebé, cariño.......escucha......

-Pero....

-Para poder efectuar mi plan necesito que me respondas......¿Quieres casarte conmigo?-Nuestras respiraciones se escucharon por unos momentos.

-Te amo.-Me dijo y después se escuchaba su sollozar.

-Gracias.-Le dije aliviada.

-¡Felicidades nueva pareja!-Se escuchó a Soo gritar. Excelente paso uno pensé.

Paso dos, tenía que dar mi poder a Soo, hecho eso necesitaba un papel que diera por hecho mi matrimonio con mi bebé, eso le diría a mi padre que seré responsable por ella y lo que piense de mi la gente. No desperdicie mi tiempo y escribí unas cuantas canciones de liberación, de cómo te sientes prisionero por las malditas etiquetas que te pone la gente para querer definirte cuando no tienes definición alguna pues eres tan grande y no tan común como ser parte de un estereotipo, el que te clasifiquen es algo superficial como para decir a si él es negro, blanco, etc. Pero nadie sabe lo que eres hasta que cruza palabra contigo y le interesa conocerte.

Unas semanas después...

El papel llego en a mis manos y no me podía sentir más feliz, y más porque estaba acompañado del ultimo ultra sonido de nuestra princesa, además de la foto de también el matrimonio de mi hermana con Sunny, vaya tenían tan escondido su noviazgo, ¿Qué rayos?, pero bueno ahora solo quedaba desearles felicidades a ambas, mi padre se enteró y me llamo, en consecuencia visto mi hogar en Niigata.

-¡¿Qué demonios?!

-No importa lo que digan, es mi vida, y si me aceptan tal como soy por mi trabajo excelente y si no, existen muchísimo más personas, ¿Nos vamos?-Le dije sonriendo al chofer que era mi aliado en la casa.

-Adelante.

-No me pueden hacer esto.-Decía mi padre desde el marco de la puerta.

-Es el siglo 21 papá.-Subí al auto, llevándonos en barco de nuevo a Corea, donde en el puerto me esperaban miles de camarógrafos.-No estaba preparada pero bueno.-Susurré a mi amigo.

-Vamos usted puede señorita.-Le sonreí y choque puños con el antes de dar la cara.

-Soy Kwon Yu Ri.-Los mire a todos con una sonrisa.

"Se declara homosexual" "Exitosa compositora embarazada" "No etiquetes a nadie" "El amor no conoce de géneros" "No es una enfermedad" "Apoyar o ser ignorante" "No es una moda, es un sentimiento" Esos eran algunos de los títulos en mi reciente entrevista, el tiempo pasaba rápido, o más bien la noticia salió como pan caliente pues apenas si volví al auto para ir a casa cuando estos artículos ya habían sido publicados, pues había abierto mi celular por un mensaje "Te necesitan ahora" era de Soo, solo eso hizo que ordenara que condujeran más rápido para llegar al hospital que me hizo llegar la dirección Soo.

Mis piernas eran lentas, no me gustaba este sentimiento, era como si todo estuviera contra mí.

-Hey, Hey, escúchame están bien, están siendo revisadas.-Los brazos de mi hermana me contenían a no entran en urgencias donde estaban.

-¿Qué paso? ¡Dímelo!

-Solo le dio un dolor y la trajimos no nos han dicho nada, ¡Cálmate!-Se alejó y me dio una bofetada.

-¡Llamen a la doctora Taeyeon!-Pidió una enfermera alterada corriendo a la entrada de la sala de urgencias.

-Eso no suena bien Soo.-Me forcejeaba porque me dejara ir

-¡No eres doctora!-No me di cuenta Tae paso corriendo a mi lado en unos segundo.-¡Cuídala!-Fue lo único que le grite antes de tratar calmarme.

-Todo lo peor paso, falsa alarma, solo unos dolores, nada de qué preocuparse pero la tendremos en observación esta noche.

-Gracias Tae.-Su cara era con una expresión exhausta, entré apenas se fue.

-¿Cómo estás?

-Es algo inquieta.-Vaya, parecía a punto de explotar esta niña, me acerque hasta sentarme a su lado, acaricie su estómago.

-Será experta en natación como yo.-Le sonreí y ella me la devolvió, hace mucho que no veía su sonrisa sincera, esa que me llenaba de paz, que restauraba todo lo roto dentro de mi.-Se quedaran esta noche aquí princesa, pero no se preocupen estaré con ustedes, a veces a tú abuelo le dan ataque raros pero ya estoy de nuevo con ustedes dos, tú madre se ve hermosa, parece que eres alguien generosa al dejar que aun conserve ese estado divino que solo ella tiene.-Bese el vientre y luego su frente.-Reina, no te preocupes, soy una chica de palabra.-Apreté suavemente su mano, antes de conectar nuestros ojos por unos segundos.

Les habían dado la cena y algunos medicamentos, dormían plácidamente mientras yo miraba por la ventana, planteando nuestro futuro.  

The time is over between you and me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora