El Chico Mafias.

7

Mirando esa pista de baile empecé a pensar en mis cosas...
Mañana empezaré la búsqueda de los tatuadores.
Tengo que empezar a comprar billetes.
Ordenar mi piso antes de irme... Esta hecho una mierda...
Colocarle a alguien el gato... A Castro, el es el responsable, si se lo doy a Bill probablemente me lo devuelva muerto.
Entonces noto como una mano acaricia rápidamente mi espalda hasta llegar a mi hombro y veo a la chica colocarse justo a mi lado.

-deberías pasártelo bien, te veo un poco aburrido.

-no... Estoy bien, ¿tu eres?...

Era una chica rubia, con el pelo largo, ojos azules,bastante maquillada, vestido ajustado corto y tacones.... He de decir que era un pibón, pero ya estaba cansado de este tipo de chicas tan extravagantes, pasaban por mi cama en semana excasas por lo menos 4 a la semana como ella.

-Samanta, me llamo Samanta. ¿Y tú eres?...

Le iba a contestar: inalcanzable para ti. Pero se me ocurrió otra idea, decidí dejar de mirar a la pista de baile y reparar un poco más en ella, me incorporé y me acerqué para estar cara a cara.
Entonces empecé a acariciarle la cara suavemente

- ¿ a ti tener sexo con mujeres te importa?

- no, he hecho muchos tríos.

- espera un momento

Le dije mientras sacaba el teléfono y le enviaba un mensaje a Dana: Sube a la zona vip, hoy follas campeona.

Desde arriba pude ver cómo se sacaba el móvil de el bolsillo trasero al notar la vibracion al recibir mi mensaje.
Entonces después de mirar el móvil alzó la vista hacia donde estaba yo y me levantó el pulgar. Corriendo la vi ir hacia las escaleras para acceder a la zona vip.

- muy bien Samanta, esta es Dana, una amiga mía, aquí en la parte de atrás de la zona vip hay un dormitorio, ir empezando, yo iré más tarde.
Le dije mientras la volvía a acariciar. Ella sonrió y agarró de la mano a Dana, que me miraba sonriente, a lo que yo le contesté con un guiño.
Cuando ya habían desaparecido seguí a lo mio, mirando a la nada.

bill- ye tio... Te deben estar esperando..

- ¿tu eres tonto? Jajajaj se lo está montando con ella, no voy a ir, lo han pillado todos menos tú.

Entonces Bill avergonzado mira al suelo.

- va Bill, bajate conmigo y tanteamos terreno mientras el Castro se acaba la botella. ¿Que te parece?

Entonces un Bill sonriente se levanta de un salto de el sofá alto y me acompaña escaleras abajo.