El Chico Mafias.

8

La gente era muy rara de cojones. Todas las mujeres vestían igual si, del mismo estilo, apretadas por abajo, apretadas por arriba, pezon por un lado, media nalga por otro... Pero luego una que si el pelo rosa, luego otra que si dos trenzas rubias pero con mechones azules...
Y los hombres todos igual de babosos...

Bill- hay una chica que no para de mirarme... Creo que le gusto.

- pues ves y tirale boca.

Bill- joder no Toni... Primero tengo que preguntarle qué cosas le molan y ver si es compatible a mi y tal...

- sisisi vale, vete; hazle un test del amor.

Y se desvaneció.... Que asco me daba entrar a una discoteca y que las tías empezarán a perrearme.
No paré de apartar mujeres y habrirme camino para poder encontrar una puta silla donde sentarme.
Y me senté en una muy cutre de plástico, con una mesa con bebidas al lado, cogí una cerveza sin empezar que había allí y me la llevé a la boca.

-oye tú, esa birra es mía.

-okey.

Le dije sin mirar si quiera quien me había hablado. Y seguí bebiendomela.
Entonces vi como una mano rápida se abalanzaba sobre el botellin pero yo fui más rápido y conseguí que no me arrebatara la cerveza.
Ahora si tuve que mirarla.
Era una chica bajita, bastante llamativa, pelo rizado hechado a un lado, blanca de piel, ojos marrones, una camiseta ancha de un grupo de música que no alcanzó a adivinar cual y unos pantalones rotos ajustados. La chica no era ni guapa ni fea, normal, pero me llamó la atención... Quizás porque era distinta no se.

-las cosas se piden por favor y gracias.

-si son mías no hace falta.

Entonces delante de su cara me terminé el último culo de cerveza que quedaba en el botellin.

-Gracias por tu cerveza. ¿Ves? Yo si soy educado.

Entonces la chica me miró con cara de asco y se desvaneció entre la multitud... Que raro que no me insultara o me pegara una bofetada, demasiado bonito para ser verdad.

Entonces empezó a vibrar mi móvil en el bolsillo derecho del pantalón.

Mensaje Bill:
Ven cagando ostias a fuera de la disco, Castro a dejado inconsciente a uno.

¿Que cojones?
Me moví todo lo rápido que pude entre el gentío hasta llegar a la puerta. Y la escena era de foto.
Un chaval en el suelo con sangre en la nariz, Bill llamando por teléfono a la ambulancia y Castro riñendo a su novia.

-¿que ha pasado?

Castro- ¿ que que ha pasado? ¡He pillado a mi puta novia morreandose con este subnormal en la discoteca, eso a pasado!

Castro cada vez se alteraba más y empezaba a chillarle más a la novia, que lloraba arrepentida y pidiendo socorro por el muchacho de la cera.

Bill- bien, la ambulancia esta de camino, Castro deja de chillar joder... Y reza porque este tío no te quiera denunciar.

Pero Castro no hacía ni puto caso.
Cuando me vi abrumado y agobiado por la situación cogí a Castro del cuello y lo estampe contra una de las paredes.

- escuchame bien Castro. Este hombre está inconsciente. Vas a dejar de gritar y armar la de Dios por mis santos cojones, ¿me has oído?

Castro empezó a gritar más alto así que lo subí un palmo del suelo.

- repito,¿ me has oído?

Y así fue como Castro porfin cerró el puto pico.