- Nos hemos cruzado en una época muy importante para mí, lo sabes -dijo ella.
- Lo sé y es por eso que creo que estamos destinados el uno al otro -respondió Sehun.
Personajes: Sehun, Yixing.
Pandhi ♥
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Las siguientes semanas fueron aún peor, a pesar de que cambié la cerradura de la puerta, aparecían post it de colores pegados a mi puerta, rosas en el trabajo, café en mi coche y lo que si me asustó muchísimo fue cuando Yixing apareció en la puerta de mi departamento un sábado luego de salir a correr.
He venido para desayunar juntos –alzó unas bolsas del market y sonrió.
Por favor vete –le volví a decir mientras me acercaba- no sé ya en qué idioma te lo tengo que decir Yixing, en verdad estás siendo un fastidio.
Alesandra sé que me equivoqué pero estoy intentando remediarlo, de verdad quiero recuperarte –se acercó de manera peligrosa y supe que estaba cayendo porque no me moví.
Por primera vez en muchos días le permití coger mi mejilla y su tacto hizo que me sintiera cómoda, era como volver por fin a mi casa.
Alesandra solo una vez más –dijo y sentí cuando posó sus labios de manera suave sobre los míos.
Me volví loca literalmente, mis hormonas se juntaron y chocaron como carritos chocones y mis emociones entraron a jugar con ellas a la pista.
No Yixing –susurré e intente alejarme.
Te daré todo el tiempo que quieras –dijo y acarició mi cabello.
Vete –volví a decir pero esta vez con menos determinación.
Déjame hacerte el desayuno y me iré –tomó mi mano y me llevó hasta la puerta.
Lentamente acerqué la llave y abrí, estaba muy nerviosa.
Enloquecí cuando cambiaste la cerradura, aún así no dejé de sorprenderte –habló luego de que entré y tiré mi bolsa.
Por favor hazlo y vete rápido –le dije y entré a mi habitación.
Cerré con llave y fui a la regadera, necesitaba un buen baño y que se fuera.
Ya dentro me quité la ropa y finalmente dejé que el agua fría calmara todo el revoltijo que tenía dentro.
Estaba entretenida mirando el agua y luego masajeando mi cabello cuando la puerta del baño sonó y por instinto me tapé con la toalla que estaba a mi lado.
Cariño –corrió un poco la cortina- ya está el desayuno servido, no demores que se enfría.
Sonrió y me miró a los ojos.
Alesandra no es necesario que te tapes, nos hemos duchado muchas veces –dijo y sonrió mientras salía.
Me quedé helada, había cerrado con llave por algo de privacidad pero me dí cuenta de que eso no servía y solo me coloqué un albornoz que encontré sobre mi cama, supuse que él lo había dejado.
Cuando salí lo vi llevar unos platos de la cocina a la sala.
Qué bueno que ya saliste –dijo y movió una silla para que me sentara.
