- Nos hemos cruzado en una época muy importante para mí, lo sabes -dijo ella.
- Lo sé y es por eso que creo que estamos destinados el uno al otro -respondió Sehun.
Personajes: Sehun, Yixing.
Pandhi ♥
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¿Está usted pidiéndome que busque entre los más de mil Hun que hay aquí?-preguntó el hombre detrás de la mesa de oficina de registros enojado.
Por favor –intervení- mi... amigo está buscando a su familia, se ha perdido y lo único que recuerda es que se llama Hun.
Hay muchísimos señorita, ni siquiera en tres días podría terminar –lo miró enojado- ¿Usted no es un pandillero o quiere inventar una nueva identidad?
Hun alzó las cejas sorprendido y noté que estaba enojadísimo cuando presiono los puños y algunas de sus heridas empezaron a verse rosadas.
Nada de eso –aclaré.
Cogió el teléfono y casi asustado habló en susurros por el teléfono.
Hun, tenemos que irnos –dije dándome cuenta de lo que pasaba a nuestro alrededor.
Pero... -me miró dudoso.
Cogí su mano y salimos de la oficina casi corriendo, la policía estaba detrás de nosotros y no fue difícil no darnos cuenta porque las alarmas ya nos tenían mareados, finalmente nos metimos a una tienda de departamento, fuimos hasta el piso más alto para que así no nos encontraran.
Hun estaba asustado.
¿Va a ser siempre así cuando quiera saber sobre mí? –Dijo nervioso- no es justo.
Piensan que eres delincuente por las heridas –le dije mientras tocaba sus manos- esperemos un poco.
¿Cuánto Alesandra? –Dijo enojado- si digo lo poco que sé, estoy seguro que me llevaran preso, porque soy un maldito asesino.
La gente de la tienda rápidamente nos miró asustados.
Basta Hun –lo miré enojada- no puedes decir eso, no estás seguro de lo que dices.
Se tocó el parche que tenía en la sien y luego cerró los ojos.
Tienes que tranquilizarte –toqué sus manos con heridas y luego le sonreí- tienes que mejorar para que puedas encontrar a tu familia.
Hun miró nuestras manos y sostuve la idea en mi cabeza que aquello le dio esperanzas porque levantó los ojos y una sonrisa invadió sus labios.
Y aprovechando que estamos aquí-miré la ropa colgada- compremos algo de ropa para ti.
No Alesandra –esta vez tocó mis hombros y me miró de cerca, su bonita mirada café empezó a hacerme sentir un poco mareada y la respiración me falto cuando habló tan de cerca que su aliento me rozó- ya hiciste mucho por mí.
Me quedé mirando sus dientes blancos y luego sus labios rosados.
¿Qué me estaba pasando? No podía actuar así con el primer chico que se me cruzaba en el camino.
