Alcance a mi Julieta

509 46 6
                                    

Los matices grises del cielo opacaba los colores de la desierta y silenciosa habitación Karma recorría con la vista buscando una distracción para matar el tiempo mientras aguardaba la llegada de alguien que le recogiera...

"Si de mí dependiera me iría solo... sin embargo el doctor negaría mi petición... después de tantas veces que vine aquí... es obvio que hablará con mi madre" pensaba acomodándose plácidamente en la camilla.

—Es un fastidio... -suspiro profundamente.

—Posiblemente... ella ya lo sabe, cuanto quisiera que viniera a verme... Que me cuesta imaginarlo... -, cerrando lentamente sus parpados, Karma sucumbe ante cansancio.

Al poco tiempo comenzó una lluvia tormentosa, era de esperarse por el color que acompaño al cielo durante todo el día. Para su mala suerte Manami no traía ningún paraguas para cubrirse, así que decidió esperar en el hospital, entonces apareció una enfermera

—Disculpa eres la amiga de aquel muchacho que vino golpeado.

—No... -respondió secamente- ...pero paso algo... -la mira Okuda.

—Es que no es la primera vez que viene -responde la enfermera.

—Sucedió antes... – le pregunta curiosa.

—Él siempre aparece de la misma manera que llego hoy, siendo sincera tanto el doctor y yo estamos bastante preocupados por esta situación.

—Ya veo... - le responde Manami.

—Además intentamos comunicamos con su familia... pero como era de esperarse no encontramos a nadie.

—....- Manami prefiere callar ante sus palabras.

La lluvia tardo en parar, el cielo se cubrió de una oscuridad profunda característica de la noche.

Karma despertó en aquel momento encontrándose a Manami frente a él, extrañado por su presencia opto por mantenerse indiferente hacia ella, en algún lugar de su corazón albergaba la esperanza de que fuera alguien más...
—Pensé que te habías ido... - le pregunta

— Nadie vino por ti... - le respondió intentando no sonar molesta por su actitud.

—Era de esperarse... de todas maneras nadie vendrá...

— Aunque lo digas... te duele – le susurra Okuda – esperabas a otra persona...

—Vete... -responde Karma desviando la mirada a un lado... dibujando la agonía de una sonrisa...

" ¿Dónde piensas ocultar tu sufrimiento?" piensa Manami.

Una pausa momentánea basto para atraparlos entre la inmensidad de la ausencia del sonido...

—Tienes razón... quería verla... - sus manos agarran fuertemente las sabanas que lo cubrían bajando su mirada bruscamente, sus ojos expresaba la frustración albergada en el fondo de sí mismo

—A una amiga o novia...
Akabane reacciono asombrado al escucharlo
"He dado en el clavo... me lo imagine... aunque no creí que lo admitiera, suficiente fue observarlo cuando se despertó... el brillo de sus ojos lo dijo todo " pensó Manami.

—Me acorralaste... así es... alguien muy especial para mí... pero por lo que veo no era mutuo... pero mi relación con ella iba más allá de una simple amistad...

—Que contradictorio -le responde.

— Lo sé... pero la dejare atrás... se cayó la venda de mis ojos... duele, pero el tiempo que perdí me enseño la fugacidad de la misma felicidad -le dice Karma mientras la observa disimuladamente – lo que dije antes... tal vez no debí decirlo...

—Sigues creyendo eso de mí, que soy una chica que hizo todo esto para quedar bien contigo... no crees que suena bastante fantasioso

—Si... suena improbable, pero no sería la primera vez que pasa...

—Mmm...

—Después de todo lo que te dije, no pensaste en irte...

—La verdad vine a buscarte por un favor del doctor, te llevaré a tu casa

—No es necesario...

—Deja tu testarudez y levántate... - al escucharla un escalofrío recorrió su espalda, Akabane no se quejó y de inmediato se alisto para irse con ella.

Durante el trayecto hablaron sobre diversas cosas, discutieron, pelearon, al final no se tomaron en serio y terminaron riéndose.

"Seguro nos encontraremos nuevamente" pensó Karma.
Cuando el pelirrojo fue transferido a la clase E se dio lo que dijo y fue cuestión de tiempo para que sucediera... lo que todos sabemos.

Los caprichos del destino son cruelmente volubles, rompen tu esperanza a pedazos sin piedad alguna y luego te aferra a una nueva ruta sin dirección definida... te consuela ahogándote en el descontrol de un impulso encontrado.

file":{ֲ:

Impulsos Encontrados (pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora