En la madrugada

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Despierta a las tres de la mañana aflorando mis amargos recuerdos, queriendo llorar para lavar mis penas pero odiando no poder alivianar mi peso con alguien más, ay, lo mismo de siempre, mis horribles costumbres que dan paso a horribles sentimientos.
Callar es el sufrimiento más hiriente, y sin embargo la mas arraigada de mis costumbres, callar no es sólo no decir con palabras, callar es camuflar las verdades entre cobardes disfraces.
Este círculo me cansa, me agota inmensamente, cada vez hay menos escapes, se extinguen mis refugios y voy quedando acorralada a merced de mi propio ser tanatico y autodestructivo.
Mi cobardía es inmensa, tanto que sólo una carga inmensa de verdades acompañada de ternura podría vencerla, pero no quiero hablar de fantasía, eso si que me hará llorar, y es que estoy a punto de llorar pensando en esas posibilidades de descargar mis penas.
Horrible costumbre mía esa de inventar un alguien quien me escuche, hasta cuando Gabriela? , acaso la vida ya no te ha demostrado lo suficiente que no eres capaz con todo? , admite que eres débil como cualquiera de una vez. No te hieras más estúpidamente. Creo que no me lo merezco, o si? ...

Simplemente ReflexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora