CAP 7

65 4 0
                                    


CAP 7

Intenté decir algo pero no me salía la voz. Miré a Eric que tenía la cabeza cogida entre sus manos. Llorando. No pude verlo así y lloré. Lagrimas empezaron a salir por mis ojos. Aún le quería. No podía evitarlo.

- Eric... - susurré. El me miró lloroso y se quedó sin palabras. – Eric... no llores por favor.

- ¿Isabel? ¡Te has despertado! ¡Un médico! En ese momento entró una chica.

- Hola Isabel, ¿Cómo estás? ¿Te duele algo?

- Bien... me duele un poco la cabeza ¿Qué ha pasado?

- Ahora te lo explicarán.

- ¿Está Dom?

- ¿Quién?

- Dom, hace un rato salió y nos dejó a mi amigo y a mi solos.

- Isa, aquí no había nadie.

- ¿No? Y entonces...- me paré a pensar. ¿Y si Dom estaba solo en mi cabeza? No lo sé...

Se pasaron las dos horas restantes a hacerme pruebas y a llegar mi familia e amigos. Acabemos a la 1 de la mañana y Eric seguía allí.

- Tu familia me odiará si no vuelves a casa – dije con una sonrisa – ¿no crees?

- Que va. Mi familia sabe de ti y saben tu estado. No les Importa. Al revés, si me voy y te dejo sola me matan – me dijo sonriendo.

- Entonces... dime.

- Esto... yo... quería saber si... ¿has escuchado lo que te he dicho antes?

- Si Eric. Por eso me he despertado. No me gusta verte llorar. Y porque a mí también me gustas mucho... - el me mira como escaneando mi mirada, al final reacciona sonríe emocionado y me besa. Me besa con dulzura.

Le hago un gesto con la mano para que se tumbe conmigo en la cama. Él lo hace si me abraza por la espalda. Nos dormimos abrazados.

Noto unos besos por el cuello y me giro. Veo a Eric sonreírme. Que mono, yo me lo como entero.

- Buenos díaaas... - digo desperezándome.

- Buenos días diosa.

- ¿Diosa?

- Si, de preciosa y de que eres una diosa de la belleza.

- Madre mía como estamos de buena mañana – digo riéndome.

Al cabo de unas horas viene el doctor y me dice que ya me puedo marchar a casa. Hablo con mi familia y les parece bien que no vaya aun a casa. Eric me ha dicho que me quiere presentar a su familia – no como novios eh - . Llegamos a una parcela preciosa. La casa es de un color amarillo/naranja y es grande. Muy grande. Con un gran Labrador marrón, que nos recibió encantado.

- ¡Mamá! – gritó desde la puerta – Mamaaaa ya estoy en casa con Bel...

- ¿Bel? – dijo una voz desde otra habitación.

- Si mamá, Bel. ¿Quieres venir o me la llevo a la habitación?

- Voy hijo voy. – y de repente ante mi tengo a una mujer a la que conocía de antes... me sonaba tanto... no era muy alta, con el pelo corto y claro y llevaba gafas. – Tu... ¿Eres Bel?

- Si... señora. Soy Bel. Un placer. – y me acerqué para darle dos besos, me los dio encantada más un abrazo.

- Mama, ¿La conoces? – preguntó Eric.

- No...- mintió la mujer. Hace eso de cosa de dos meses me la encontré por la calle. Iba cargada con muchas bolsas y me ofrecí a ayudarla. Al principio me dijo que no pero le dije que yo lo haría sin problema, que el problema lo tendría ella si no me dejaba ayudarla. Al final desistió y me dedicó una sonrisa. Yo hice lo mismo. Después de meter las cosas en el coche la invité a tomar algo a mi bar y ella asintió. Allí empezó a contarme que su hijo (supuestamente Eric) lo estaba pasando mal. Ella decía que eran mal de amores pero él no paraba de negarlo. Al final nos despedimos con un beso y un abrazo.

- Mama... sé cuándo mientes.

- Eric – atraje su atención – la conocí cuando estaba comprando, iba muy cargada y me ofrecí a ayudarla. Ya está.

- No lo sabía... ¡bueno! ¿tomamos algo?

Su madre y yo nos miramos y nos echamos a reír a carcajadas. Eric no dijo nada solamente pensó i agradeció que nos lleváramos bien. Al cabo de un rato estábamos Marta, Juan, Eric y yo en su mesa comiendo. Se ve que Marta le puso al corriente de quien era yo y como me conoció. Se ve que les caí en gracia y me invitaron a que me quedara a dormir. Me lo pensé y llame a mi madre, se lo comenté y aunque al principio se resistió... pero cedió. Hoy era mi cumpleaños y Eric no lo sabía... o eso pensaba yo.

Cuando salí del cuarto de baño me encontré en la habitación de Eric un vestido azul, precioso. Me lo probé y me iba corto. Pero me quedaba muy bien. Ceñido a mi cuerpo con escote C y con un hombro al descubierto. Junto al vestido me puse unos zapatos de tacón que había en el suelo. Pero eso sí me lo puse todo después de ducharme ya que había una nota que decía: << Dúchate. Vístete. Baja. Te espero Diosa >>.

Una vez acabada la ducha y el haberme vestido, procedí a bajar. Bajar las escaleras a oscuras no ayudaba ¿sabéis? Por poco me tuerzo el tobillo. Una vez llegué al salón se encendió la luz y un << ¡FELIZIDADES! >> Me envolvió. Allí estaba mi familia, Arturo, Paula, Manuel, Núria, Marta, Juan, Eric... todos. Todos a los que quería allí estaban. Cantándome el cumpleaños feliz. Luego mi abuela se arrancó y me cantó un popurrí que todo el mundo aceptó y siguió.

Después de horas de fiesta se fueron todos y mi madre me dijo que me podía quedar allí algunos días si Marta y Juan aceptaban. Aceptaron encantados. Mi madre y todos los demás se fueron. Me dejaron una maletita con ropa y dentro de esa bolsa... otra bolsa con lencería. Me puse la lencería que era preciosa. Era un conjunto de sujetador y braguitas de encaje azul eléctrico. Las braguitas iban sujetas a una liga blanca con un corazón azul. Me puse una camiseta de Eric y me senté en la cama. A la hora me quede medio dormida. Pero me levante sobresaltada al notar besos por el cuello... que manía la de levantarme de esa manera. 

SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora