CAP 12

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CAP 12

Llevo despierta desde las 5 de la mañana. Miro al chico que tengo a mi lado. Es precioso. Perfecto. No sé si es una tontería decir que estás enamorada, por qué, joder quien se iba a enamorar de un mujeriego como Eric... Pues yo. La tonta de la Isabel se había enamorado como una loca del chico equivocado. Pero pensándolo bien, creo que el amor se basa en eso. Locura. Y es lo que nos pasaba a los dos. Estábamos enamorados como dos locos y no teníamos remedio.

A las 6 de la mañana cansada de estar quieta sin hacer nada decidí levantarme. Me metí en la ducha de cabeza. No sé cuánto tiempo estuve, pero cuando salí de la ducha envuelta en una toalla Eric no estaba allí. Decidí ponerme unos pantalones cortos junto con una camiseta de los Ramones. Me dejé el pelo suelto y me dispuse a bajar las escaleras. Pero empezó a sonarme el móvil. Mi madre.

- ¿Isa?- preguntó mi madre.- ¿Dónde estás?

- Buenos días mami, estoy en casa de Eric, ¿ha pasado algo?

- No cariño, no. Solo que está tu padre... aquí.

- ¿El papa?

- Si, y ven cuanto antes. Es urgente.

- Vale mama, ya voy para allá. ¿Está mi moto allí?- pregunté.

- Sí, pero ven anda.

- Hasta ahora.- Dicho eso colgué.

Bajé a la cocina y allí estaba Eric. Con los boxers puestos, y sin camiseta...mmm... que rico. Le explico lo que a pasado y me dice que me acompaña hasta casa. Una vez llegamos a casa le doy un beso en los labios y me encamino hacia la puerta. No veo a mi padre desde... buff, ni me acuerdo ya. Entro a casa con mis llaves y no me sorprendo de ver que mi padre sigue igual. Gordito, alto, con su barba de hace una semana, pero algo diferente tenía... unas ojeras y unas canas... tremendas.

- ¡Hola Papuuchii!

- Hola mi niña, ¿Cómo estás cariño?- Me lo dijo mientras me daba uno de sus abrazos. Esos de oso...

- Bien gordito y tú que, ¿Cómo estás?

- Bien bien... lo que pasa es que... bueno... tu... tu hermana... Pozo...

- Haber papa, vamos a calmarnos. ¿Qué a pasado? Si es que no puedes ni hacer una frase coherente. Cuéntame.

- Vale... allá va. Me voy definitivamente a vivir a Pozo Alcón. No podré veros durante un tiempo. No es por nada cariño es por simplemente la distancia. Estaré muy lejos de vosotras y no...- no pudo continuar porque rompió a llorar. No me gustaba verlo así.

- ¿Puedo saber porque te vas?- pregunté.

- Estáis mejor sin mí. De verdad cielo.

- Pues no lo entiendo. ¿No podremos ni ir contigo un tiempo?

- No. Ni lo pienses Isabel – espetó mi madre – vosotras dos os quedáis aquí. Con tus abuelos y conmigo. ¿De acuerdo?

- Muy bien jefa. A mandar.

Cuando mi madre me dijo eso no me lo podría ni creer. Yo no le haría eso a mi hija por nada del mundo. Y aun menos entiendo como sabiendo lo unida que estoy a él me pueda hacer eso. Por eso cuando lo dijo me levanté le di un beso a mi padre y subí a mi habitación sin decir ni mu. Una vez en mi habitación y segura de lo que iba a hacer, me dirigí a mi escritorio. Saqué papel y boli y me puse a la faena.

Familia,

No me puedo creer que mi propia madre me impida ir con mi padre. Y menos sabiendo como estoy unida a él. Pero, ¿sabes qué? No te culpo. Veo normal de que tengas miedo o simplemente que no se lo permitas por el hecho de que no pasa manutención. Pero sabes que no tiene trabajo y que no puede. También quiero decir que no me voy para siempre. No. Me voy un tiempo no muy largo para pensar. Necesito ser libre una vez. O por lo menos saborear lo que se siente.

Abuela, abuelo no os enfadéis conmigo por hacer lo que hago. Solo lo hago para no volverme loca. Os quiero mucho y dentro de 'na' me tenéis aquí dando la lata.

Vito, cariño eres pequeña pero quiero que sepas que soy tu hermana y te quiero mucho. No te enfades con la tata que sabes que ella te ama.

Papa... sin comentarios. Eres el mejor y el que mejor me conoce así que... Adiós.

Eric... no quiero que enfades por no decirte ni donde voy ni cuando volveré. Te quiero, te amo con locura y eres lo que más me importa en esta vida. Te quiero mucho mi amor y dentro de muy poco, muy poco nos vamos a volver a ver.

UN BESO

Isabel.

Justo cuando acabé de escribir me levanté, metí en una mochila unas pocas de cosas y me guardé el DNI y un poco de dinero. Salté por la ventana y me fui junto a mi moto. Le quité la pata de cabra y empujé hasta la otra calle. Me puse el casco, arranqué la moto y me fui. No sabía ni donde iba a ir. Solo pensé en ser libre... durante un tiempo.

Al cabo de un par de horas, ya a oscuras llegué a un pequeño pueblecito. Paseando por las calles sin saber dónde dormir, me dispuse a dormir a los pies de mi moto pero algo me llamó la atención y me encaminé hacía allá. No me creía lo que estaba viendo... un hombre tenía sujeta a una mujer por el cuello y la estaba sobando. Me puse detrás del bichejo y le pedía la mujer silencio con el dedo. Con un giro de muñeca le retiré la mano del cuello a la mujer, le giré hacía mí y le retorcí las pelotas. Cayó al suelo redondo y gritando de dolor. Estiré de la mano de la mujer que estaba bloqueada y me llevé a la moto. Le puse mi casco y la saqué de allí. Una vez nos quedamos alejadas ella habló.

- Gracias... gracias de verdad yo... no sé...- y empezó a sollozar.

- Eh... ¿estás bien cielo?

- Yo... estaba con mi hermano... y de repente salí a tomar aire y... ¡MI HERMANO!

- Tranquila. ¿Dónde está tu hermano?

- No... no lo sé...

- Dame su teléfono.

Una vez me dio el teléfono de su hermano lo marqué en mi teléfono, pero no paraba de comunicar.

yj#

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