CAP 10

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CAP 10

El sueño de anoche me dejó nerviosa el resto de la mañana. En francés hablaba inglés y en inglés catalán. Y encima para rematar la estupenda mañana hemos hecho un partido de voleibol en Educación Física, y no es por nada pero aparte de caerme yo, se han caído conmigo Núria y Marta. Vamos la mañana perfecta. Cuando entré en los vestuarios me metí debajo de la ducha. Me quedé allí 2 minutos y cuando salí todas chillaron. ¿Por qué? Pues chillaban porque me habían visto un moratón gigante en el costado derecho. No sabía cómo me lo había hecho pero allí estaba, con todos sus colores. Me sequé, me cambié y me fui para la siguiente clase. Al final de esa clase me encontraba mal, muy mal. Todo me daba vueltas y vueltas. Me pitaban los oídos y no veía bien. Intenté pedir ayuda pero no me salía la voz. Marta me vio y empezó a pedir ayuda entonces Mari Carmen – mi tutora – salió al pasillo a pedir ayuda y lo último que recuerdo fue que Eric, mi Eric me llevaba en brazos hacía unos sillones.

<< Mi madre es muy pesada no para de decirme lo que tengo que hacer o decir. Estoy hasta la punta de la chorra. ¿No me puede entender? Joder. No soy un niño ya soy mayorcito. Voy a acabar Bachillerato y aré universidad ¿no está contenta? Yo lo estaría.

Íbamos en coche hacía la facultad. Yo iba escuchando música y mi madre al volante. Ella me hablaba pero sinceramente, no sabía qué demonios me estaba contando. De pronto frena el coche en seco. Miro a mi madre se había quedado más blanca que la cal. Miro hacía el punto que está mirando y me asusto. No nos podía pasar eso a nosotros. No. Delante de nosotros se acercaba un hombre con una motosierra en la mano, estaba lleno de sangre y detrás de él había más coches, con personas por el suelo. Ordené a mi madre que me cambiara el asiento. No la iba a dejar tirada. Íbamos a salir de ahí los DOS sanos y salvos. Nadie iba a hacer daño a mi madre. Puse marcha atrás y salí disparado, con tan mala suerte que coqué con algo. Miré por el retrovisor... otro hombre. Ahora inconsciente. Puse el coche en dirección y aceleré. Por el retrovisor vi como aquel hombre se subía en un coche y nos perseguía. Me puse tan y tan nervioso que aceleré sé nuevo. Miré otra vez. No estaban. Pero de repente se me cruzó en el camino, haciendo que girara el volante tan bruscamente que acabemos volcando. En ese momento todo se puso oscuro. Escuché ambulancias y a mi madre llorar. Que bien. Estaba viva. Pero... ¿Por qué no podía hablar? No lograba hablar. Solo escuché a mi madre pedirme perdón. Luego todo se quedó en silencio. No sé cuánto tiempo estuve así, pero no escuché a mi madre durante mucho tiempo. Un día – no sé si era de noche o de día, ya que para mí todo era negro – Escuché la voz de mi padre. Me decía que llevaba en coma un año y que mi madre murió. Murió de pena, de tristeza. Por haber dejado a su hijo así. Mi padre me explicó que lo de aquellos hombres lo montó mi madre para darme un escarmiento. Pero se ve que algo salió mal. Y que el coche volcó. No daba crédito a lo que escuchaba. Pero tal pena sentí cuando me dijo lo de mi madre que no quería vivir. O por lo menos dejar de luchar por mi vida. Me prometí a mí mismo y a mi madre que ayudaría a cualquiera que pudiera. Fuese como fuese. Entonces en ese momento vi a mi madre. Al final de aquella oscuridad había una mujer rubia. Mi madre. Mi madre vino a buscarme y yo... corrí hacía ella. La abracé y en ese momento sentí paz. En ese momento pude descansar. Mi madre me cogió la cara con sus manos y me besó la mejilla. Y en ese momento sonreí.

- Te quiero Dom. Perdóname por favor...

- Perdóname tú a mi mamá.

Luego todo se volvió blanco y con luz... >>.

Abrí los ojos al momento, palpé y vi a Eric.

- ¿Cuánto llevo dormida? – pregunté.

- Un día. Me tenías preocupado Bella. ¿Estás bien cariño?

- Ahora que te veo sí - lo vi sonreír - ¿me das un beso o te lo tengo que pedir yo grandullón?

En ese momento jurará que vi a Dom apoyado en la pared. Pero algo sentí por que empecé a llorar. Dom asustado me preguntaba que me pasaba y yo entre sollozo y sollozo intentaba explicarle.

- Tranquila mi vida tranquila. Respira y tranquilízate. – Me ordenó Eric.

Una vez me hube tranquilizado y Eric acomodarse a mi lado, le relaté todo mi sueño pero él no me creía. Decía que era imposible. Entonces recordé. Recordé que Dom me dijo que sería nuestro secreto. Dejé el tema estar. Al poco rato vino mi doctor a visitarme y al verme despierta suspiró aliviado. M e preguntó lo mismo de siempre y yo le respondí igual.

Llegue a casa y me acosté en la cama. Solo quería pensar en lo que me había pasado. ¿Aquel sueño era la historia de Dom? Me prometí buscar información sobre Dom al día siguiente. Cerré los ojos y me dormí en un profundo sueño.

<< Querida Isabel, gracias de corazón por guardar nuestro secreto. Eso significa mucho para mí. Solamente quería despedirme de ti. Te ayudé. Como prometí y ahora sé que tengo una buena amiga a la que puedo visitar de vez en cuando a través de los sueños. Y sé que te preguntarás: ¿Estoy loca? No, no lo estás querida amiga. Eres una de las personas más cuerdas que he conocido y que tengo el placer de conocer. Y sí. El sueño que tuviste lo provoqué yo. Tenías todo el derecho de conocer mi historia. Y espero que ahora estés más tranquila. Como dice Eric, respira y tranquilízate. Y te prometo volver a visitarte.

Siempre tuyo, Dom.

PD: Te quiero mucho buena amiga. Espero tardar mucho tiempo en verte. >> .

Me desperté llorando en medio de mi habitación. A oscuras. Encendí el ordenador y busqué el caso de un niño fallecido en un coma por culpa de un accidente de coche. M e salió con el titular: '' Fallece un héroe por pura pena ''. Encontré una foto suya. Me la imprimí y me la guardé. Sería nuestro secreto. Tal y como le prometí a mi buen amigo Dom. Al que quiero, quería y querré toda mi vida.

Esa noche lloré. Lloré por mi amigo. Al que no podía tocar. Ni besar. Dom era y será mi héroe. Un héroe entre dos mundos.


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