Me prometi a mi misma mantenerme alejada de ti, pero no me lo pones fácil. Quiero hablar contigo y saber de ti, pero tengo que conformarme viendote de lejos y apoyandote en silencio. Quiero correr hacia ti cuando tengo miedo, porque cuando estoy triste eres el primero en el que pienso. Tengo que recordarme a cada momento que debo mantenerme lejos no por mí, sino por ti.
Lamento el hecho de que hayas tenido que conocerme, pero no lamento haberte conocido.