Mensajero 4 - El Visir

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es frío, pero, la ciudad capital esta llena de gente, pronto llegara el carnaval, el visir lo sabe y ha puesto a toda la corte a trabajar en ello, incluso el ha salido del palacio a ayudar con los preparativos, dejando a su reina esperando, tratando de que todo funcione.

nunca ausente, siempre preocupado, tratando de no abandonar a sus compañeros nunca, arriesgando incluso su propia tranquilidad, siempre escuchando lo que los demás le tienen que decir, nunca pensando mas de la cuenta sin su opinión, un buen gobernante tal vez, un tanto lento, pero bueno al final.

el consejo del mensajero era a diario, pero, con el carnaval se había aplazado, ya eran muchos los discursos del visir, muchas las presentaciones publicas, los juegos en el centro de la ciudad, poca vida de corte, algo tal vez común en el reino, pues al visir le encantan los carnavales, desde que el mensajero volvió de sus viajes en tierras lejanas ha visto muchos ahí, conocido a muchos artistas de paso, circenses, ilusionistas, músicos, juglares y titiriteros, todos al servicio de entretener al reino, todos invitados por el visir y los gobernantes de tierras cercanas.

cada día era distinto, cada noche era mas movida que la otra, pero, siempre y sin falta una hora al día el visir recibía consejos del mensajero, de la doncella de sensual dulzura y del arquitecto de sueños tristes, ellos 3 mantenían la conciencia del visir unida, limpia, mientras el era rodeado de día por mujeres y celado de noche por su reina que con látigo y bofetada le dejaba a diario en claro quien era su dueña...

cada problema, una solución, cada lágrima una sonrisa, que dirá el corazón del visir en realidad, solo a pesar de tener siempre a alguien a su lado, solo consigo mismo, ciego ante la luz, sordo ante el insonoro aullido de la gente que pide y pide de su fuerza, auxilio y que no les deje solos.

en ese ensordecedor panorama el visir levanta su mirada hacia el frente, nunca desanimándose, nunca perdiéndose, siempre esperanzado, siempre alegre, pero, ocultando bajo esa alegría un simple temor, un simple deseo, el de no quedarse solo, el de no perderse, el no despertar una mañana viendo a su verdugo, a aquel con el que pacto hace tantos años, aquel a quien ofreció su alma a cambio de felicidad, a aquel que deberá llevarlo hacia el siguiente paso, ese es su miedo el de despertar y ver que no hizo todo lo que podía hacer, por eso el visir ama los carnavales, ama las fiestas, ama la alegría, para esconder su miedo a la tristeza, por eso el visir y el mensajero siempre tienen consejo mutuo, porque la corte es muy fría, es triste, solo unos pocos los saben, pero, no es un lugar para quienes tengan corazón normal...

rodeado de exuberantes mujeres, con deseos dispares, casi un harem, pero, el visir solo desea a una, una que nunca supo comprender, una que se le escapo de las manos por su lenta falta de tranquilidad, su falta de sutileza y su poca capacidad de comprenderla, esa chica que el amaba era todo lo que el deseaba en su lecho, mas no pudo con su carácter, no pudo con sus secretos, mucho menos con sus verdades, no fue capaz de llegar a su corazón y por eso, inevitablemente la perdió...

el carnaval avanza, el visir encabeza las fiestas, entre el publico su corte lo acompaña, todos sin excepción, todos demostrándole su apoyo, dando lo mejor de si para que todo salga bien, ahí es cuando el mensajero se vuelve juglar, mago y no deja la condescendencia hacia quien con el tiempo se volvió su aliado, ahí es cuando ellos avanzan...

la fiesta ha llegado a su fin, el ultimo acto de magia cierra la jornada, el visir sonríe, porque la fiesta ha sido un éxito, el mensajero momentáneamente no esta a su lado, el tiene otras labores, debe de cuidar otros intereses de momento, el visir lo sabe, lo respeta, incluso se le entrega de misión, sabe que así el mensajero estará mas tranquilo.

la noche inunda el reino y el visir vuelve solo a sus aposentos, esta triste, porque quien el desea este a su lado esta lejos, el sabe que es su culpa, pero, lo disimula, no debe demostrar debilidad ante nadie, su trabajo es mantener alegres, proteger, entregar seguridad, no debe nunca estar débil, nunca dejar de sonreír, el debe ser el ejemplo para sus ciudadanos, por eso no tiene permitido estar triste, ser mas débil, solo tiene permitido ser alegre, solo tiene permitido ser fuerte, solo tiene permitido estar feliz, porque al no serlo es débil, porque al ser débil no puede avanzar, porque al no poder hacerlo pone en peligro a sus compañeros.

ya antes de dormir el visir recordó cuando aun no era mas que un viajero, cuando aun no era gobernante, sonrió y se fue a dormir, era todo, el viaje ya parecía haber concluido para el, pero, aun faltaba algo por hacer, ese es su secreto, sonríe, mientras el sabe que todo seguirá avanzando, así al empezar el día podrá escuchar consejo del mensajero, sonreirle a su pueblo y volver a su ruta diaria, así podrá avanzar, así hasta que su amigo verdugo deje de aconsejarle y lleve consigo como pactaron su alma.

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