Mensajero 14 - Golem Negro

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Con una sonrisa en el rostro y un ademán de desprecio, aquella muchacha de mirada vacía que esconde sentimientos da la señal, cientos de soldados se lanzan a atacar a los viajeros, entre los que se encuentra su propia hermana, quien esta con un terror horrible, ha sido vendida a la muerte, solo por un capricho, solo por destruir a quien le amo, a quien le conoció de verdad.

El mensajero cierra los ojos, todo esta en su contra y quien amaba es quien le ha tratado de destruir, tiene un fuerte dolor en el pecho, pero, ¿como es posible eso?, en ese sitio donde siente ese dolor es donde debería estar su corazón, ese que la muchacha de mirada vacía que esconde sentimientos le arranco por si misma, traicionándole, entregándolo a la muerte, esa que no puede llevarlo, por su calidad de ángel caído, por su calidad de escogido por los dioses de Uruk para pregonar su mensaje por la eternidad. un parpadeo, el cuerpo del mensajero es cubierto por una especie de investidura, negra como la noche, luego por otra color blanco como la nieve, lanuda, gruesa, su espada se vuelve color noche, de un negro similar al que viene antes del alba, su forma se vuelve más menuda, ligera a la vista, los ojos del mensajero son color sangre y su cabello color nieve, solo se escucha el sonido del aire cortándose, después una lluvia de sangre, sangre y restos humanos, que salpica todo, ha sido el mensajero, solo con coger su espada, solo con cortarle en 2, solo con desear seguir, la guía de las hadas esta de rodillas en el suelo, congelada por el pánico, viendo como el mensajero ha pasado de ser un personaje suave y algo blando a ser un certero asesino.

el encapuchado de armadura negra esta impasible junto a la muchacha de mirada vacía, expectante a ver que sucede, mientras más y más soldados aparecen alrededor de los viajeros, como si estos se materializaran de los restos de a quienes el mensajero y la bruja asesinan.

de pronto, la muchacha se pone de pie y sin mediar palabras se acerca a los viajeros, la guía de las hadas se esconde tras la bruja, en el momento todos los soldados se detienen resguardando a su ama y al gran guerrero de armadura negra que le acompaña, es frío, el ambiente esta gris, de pronto la muchacha de mirada vacía materializa sus corvos y se acerca al mensajero quien se prepara para combatir, la bruja hace lo mismo, mientras la guía de las hadas esta congelada por el pánico.

un golpe descendente da la muchacha de mirada vacía con el corvo de la mano derecha, el que es bloqueado por la espada del mensajero, luego lo golpea ascendente con el corvo de la mano derecha, este lo roza, siendo esquivado por un movimiento brusco del mensajero, casi certero.

-uno de los 2 debe de morir hoy- indica la muchacha de mirada vacía al mensajero, -porque nuestras existencias no pueden vivir juntas en este universo- agrega la muchacha de mirada vacía al mensajero balanceando sus corvos. -no quiero matarte y lo sabes- responde el mensajero, sin bajar la guardia, -tampoco puedo morir, porque fui atado a este mundo- concluye el mensajero esperando el inminente ataque de la muchacha de mirada vacía, este que no llega, porque el encapuchado comienza a moverse, saltando hacia él con una gran alabarda, al encuentro del mensajero, el enemigo a pelear es un gigante de 2 metros 10, con una masisa y pesada armadura de acero negro, gruesa, quien lleva una mascara en su rostro, una gran alabarda en sus manos y una armadura de la guardia de Uruk, de los soldados sin alma, de aquellos golems que los sabios de la torre usaban como depositarios para las almas de los grandes guerreros, aunque esta armadura era especial, era ligera como el mensajero, de movimientos precisos, fríos, secos, sin fallas, a penas el podía esquivarlo, mientras la muchacha de mirada vacía se acerca a la bruja, ambas preparan sus armas en silencio, se siente algo tenso en el aire, de golpe tanto la bruja como la muchacha de mirada vacía desaparecen, sintiéndose el sonido de sus armas chocando y a ellas luego materializando a metros de distancia, armas cortas de parte de la muchacha de mirada vacía y arma larga, de amplitud de parte de la bruja del bosque, ambas peleando como si fueran lo mismo, el sonido del acero chocar era reconfortante, por lo menos para ellos, el mensajero comenzaba a tomar el control, su enemigo tenia un estilo de pelea muy similar al suyo, solo que con un arma más grande, al notarlo, se detiene y divide su espada en 2 katanas medianas, de filo negro como la noche, rojo como la sangre, cargadas del lamento y la tristeza del mundo.

en un ataque el guerrero de la gran armadura falla, quedando en el rango de las katanas medianas del mensajero, quien le rompe la mascara en un golpe directo, al suceder esto el misterioso enemigo retrocede, cubriéndose la cara, intentando ocultar algo evidente e inevitable, algo que dictamina el futuro de la batalla posiblemente para el.

frente a el su peor enemigo, ese que se escondía dentro de la armadura negra, con piel de porcelana, con ojos de cristal, el que le había herido gravemente ese era su peor miedo, su lado oscuro, revivido por el enemigo, el karma, su propio poder, el ejecutor de su propio karma, el mensajero estaba frente a si mismo, un el que había abandonado, alguien a quien se creía muerto y encerrado.

el enemigo sangra de la frente, su sangre es oscura, casi negra, el mensajero se prepara para atacar,

¿estará todo por terminar? la guía de las hadas es cargada por una mujer misteriosa que observa todo en silencio, esta le cubre la boca en señal de silencio, mientras la muchacha de mirada vacía y la bruja continúan su combate, al igual que el mensajero y su versión oscura.

-tu no puedes luchar- indica la mujer misteriosa a la guía de las hadas, -yo no luchare aun- continua la mujer misteriosa a la guía de las hadas.

-¿esto esta bien?- pregunta la guia de las hadas, de pronto los soldados de la ciudad se lanzan a atacar a la muchacha misteriosa, siendo descuartizados por una aparecerte fuerza misteriosa frente a las chicas.

-no se si este bien, pero, nada es lo que parece- indica la joven misteriosa, -solo es lo que debe ser- agrega el mensajero en voz baja, mientras aun pelea contra el knight.

vacíos eternos, silencios monstruosos, llenos de sangre, muerte y sufrimiento, soldados que no son mas que almas perdidas, esas encerradas por nos ser capaces de avanzar al valhala, a pasado mucho tiempo desde que comenzó su viaje, pero, aun esta eso latente en su mente, el mundo no es el que le vio partir, ya no hay paz como antes, no hay esa paz que le prometieron le podría ser como cualquier otro hombre de su edad, pero, algo paso, la guerra con otro de su raza, ese otro al que el llego a amar.

¿sera el destino? posiblemente, lo único seguro es que la historia avanzara... y así terminara todo sin problemas... muertes, resurrecciones, posibles sufrimientos, eso ya no es necesario.

el golem da un certero golpe en el hombro del mensajero, uno que hace que el pierda una de sus katanas cayendo de rodillas.

el gran golem se prepara para acertar el golpe final, posiblemente el ultimo aliento. todo se vuelve lento, frío, se oye solo una voz, una que apoya a continuar, segundos para la vida, segundos para la muerte, todo remitido a un segundo... ¿lograrán ganar con esta situación?

cerrado, oscuro, frío, así estaba todo, tal vez el fin, o tal vez tan solo el principio...

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