❥ calum & julia

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Calum caminaba de un lado a otro sacando sus conclusiones, mientras que Julia estaba tranquilamente en su teléfono chateando con su conquista. Una sonrisa apareció en el rostro del moreno, indicando que algo había llegado a su descabellada mentesita.

— ¡Lo tengo! — Gritó causando totalmente nada en la teñida que seguía tecleando en el teléfono como si su vida dependiese de ello — ¡Julia! — Chilló Calum en reproche, haciendo que la chica rodara los ojos y le mirara — ¡Sé dónde puede estar, Mikey!

— Que mal — Bufó, haciendo que Calum le mirara confundida — No me mires así, Hood, se que cosas extrañas pueden pasar en tu cabeza pero al final siempre terminas teniendo razón, y no quiero volver a tener al odioso de Clifford merodeando por ahí

El moreno aún no entendía que era lo había pasado entre esos dos para que se odiaran a muerte, pero decidió ignorar tal comentario, él quería a su amigo de regreso, lo extrañaba mucho, apesar de sus malas actitudes Michael era un gran amigo, el único que se había quedado con él apesar de su peculiar personalidad.

— ¿Recuerdas al chico del supermercado? — Preguntó recibiendo un asentamiento como respuesta — Él dijo su nombre, ¡Y yo nunca lo mencioné!

— Cal, creo que deberías analizar mejor tu anuncio de se busca.

Julia se levantó de su cómodo lugar en la cama del chico para dirigirse donde la dicha hoja se encontraba, tomándola y tendiendosela a su amigo, para que la analizara.

Julia se levantó de su cómodo lugar en la cama del chico para dirigirse donde la dicha hoja se encontraba, tomándola y tendiendosela a su amigo, para que la analizara

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Calum observó atentamente a su volante, y no entendía el punto de vista de Julia.

— Yo no entiendo cómo pudo saber el nombre ¡No sé a donde quieres llegar con esto!

La teñida sólo rodó los ojos ya irritada por la situación, no entendía como seguía involucrada en esto, debió dejar lloriquear a Calum afuera y no caer ante sus súplicas, pero aquí estaba, y ya no podía hecharse para atrás, el moreno no le dejaría de insistir hasta que le volviera a ayudar.

— ¡Por favooor! ¡Busquemos al chico! ¡Estoy seguro de que tiene algo que ver!

Una respuesta a probatoria salió de los labios de la muchacha, rogando internamente el no arrepentirse luego de tan alocada idea. Todo sea por acabar con esto lo antes posible.

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