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Nuestras conversaciones cada ves eran más profundas, siempre te sentabas detrás mío y solías molestarme un poco, me mandabas notitas cuando el maestro hablaba y siempre los profesores nos reprendían porque decías cosas graciosas y reíamos. Todo eso empezaba a encantarme cada ves más, tu empezabas a encantarme cada ves más.

Las cartas que nunca te daré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora