Capítulo 6

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Me despierto con dolor de cabeza y de estómago. Bostezo y miro la hora, las 12 del mediodía. Niego con la cabeza, adiós a mi rutina, me froto los ojos y bostezo una vez más hasta que noto que una pierna enrollada a mi cintura. Miro y Jordi está durmiendo, el pelo lo tiene revuelto y me abraza, impidiendo que me mueva. Sus labios están entreabiertos y suspiro recordando lo que pasó ayer. Después de que me dijese aquello sólo me dio un beso en la mejilla y me comentó un "duérmete". Jordi... ¿Cómo no podía estar soltero? Ojalá no cambiase nada en nuestra relación... Un pinchazo atraviesa mi estómago, no me gustaría perderle como amigo pero tengo la sensación que ésa había sido la última vez que dormiríamos juntos.

-¿A qué soy sexy? -dice el chef con voz dormida
  
Río y niego con la cabeza. Me intento levantar pero él me aprieta aún más. Le miro a los ojos con miedo. Sus ojos verdosos me miran con intensidad y siento como si me pudiese leer la mente. Se gira y se pone encima mío, una posición un poco comprometida para la persona que entrase por la puerta. No aparto su mirada y no sé que decir. Mi corazón bombea sangre demasiado rápido. Su mano me acaricia y me aparta el cabello de la cara. Sonríe y niega con la cabeza. En cinco segundos paso de tenerle encima mío a que esté en la otra punta de la habitación. Me doy cuenta que su camiseta se me había subido hasta el estómago. Me la arreglo como puedo y le miro. Me mira y sonríe de lado. Él sabe que está bueno. Y que me gusta mirarle. Su abdomen todo marcado, su pelo despeinado y todo él grita que me acerque y le bese. Su mirada me indica que está esperando que lo haga. Me acerco poco a poco y le empujo.

-Deja de intentar llevarme a la cama y déjame cambiarme anda! -él suelta una carcajada y niega con la cabeza saliendo de la habitación.

Suspiro y me cambio. Tengo ropa guardada en su casa como él tiene en la mía. Es increíble la confianza que hemos cogido... Me peino y me hago dos trenzas francesas para luego salir de la habitación. Para ir a la cocina tengo que pasar por su habitación, la cual está entre abierta. Miro de reojo y le veo de espaldas, la cual se tensan al agacharse y coger una camiseta. Me quedo quieta sin poder moverme. Empieza a quitarse los boxers y abro la boca en forma de "o". Quiero salir de ahí pero mis piernas no responden. Jordi ya ha conseguido sacarselos pero lo único que hago es taparme los ojos y gritar cuando se da vuelta. Oigo unas pisadas rápidas, movimiento y ropa.

-¡Dios que susto! ¿Me estabas espiando? ¡Joder, Laura! -grita. Yo sigo con las manos encima de mis ojos y oigo que él se acerca. Me las quita y está demasiado, demasiado cerca. Noto su respiración en mis labios

-¿Qué estabas haciendo Laura? -pregunta levantando una ceja. Mi garganta está seca y niego con la cabeza. Entierro mi cara en su pecho avergonzada y él sólo ríe a carcajada limpia. Levanta mi barbilla y me mira.

-No puedo hacer esto... No está bien -murmura él, le miro con cuidado y simplemente me da un beso cerca del labio. Se aleja poco a poco y me deja sola en el pasillo. "Si estuviese soltero..." ¿Qué hubiese pasado si él hubiese estado soltero? Niego con la cabeza y recojo mis cosas. Es hora de irse... Bajo las escaleras y voy a la puerta.

-Jordi, me voy... -él se acerca y asiente despacio. Se despide y abre la puerta. Sonrío con tristeza y cojo el coche para irme a casa.
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-¿Habéis hablado? -pregunta mi amiga Ana. Rubia, pelo largo y modelo.

-No... No desde aquello -digo cansada, tomando mi batido de fresa. Hace tres semanas que no hablo con él. Tres semanas... No me atrevo a llamarle... Ni a verle, ni a nada.

-¿Por qué no le llamas? He visto unas fotos en las redes... Con una chica rubia... ¿Es su novia? -pregunta Ana con tacto.

-Eso creo. Estoy hasta arriba de trabajo... Ya le llamaré no te preocupes -me miento a mi misma. Jordi me llama cada día mínimo dos veces pero no le cojo el teléfono. Después de ver aquellas fotos... No me atrevo.

-Laura... Ve a llamarle. Necesitas hablar con él... Te gusta, verdad?-dice mi mejor amiga un poco triste. Yo niego rápidamente. Es mi amigo... Mi mejor amigo... Suspiro y asiento. Voy a llamarle. Me levanto y me voy a una esquina. Necesito hablar con él y verle. Es mi mejor amigo.

-¿Laura?-oigo su voz sorprendida

-Eh.. Hola Jordi. Siento no haber podido...

-¡Tienes que venirte ahora! Marcho para Madrid. Así te presento a Cris... -me interrumpe.

-Claro... ¿Nos vemos en tu casa?-pregunto un poco confundida.

-Sip. Te veo -El chef cuelga el teléfono y me quedo muda. Sentimientos corren por mi interior como si se quisiesen burlar de mí. Respiro y me meto a la ducha. El agua fría cae sobre mí haciendo que me los músculos se tensen y que el dolor de cabeza desaparezca durante un rato. Cierro los ojos y veo miles de imágenes junto a él, gritando y riéndome.

Estando tan cerca que si él no hubiede sido tan cabezota y yo, tan cobarde. Habría acabado en una noche loca. Veo su rostro, sus ojos verdosos llamándome e incitandome a la locura. Sus manos rozando mi piel y sus piernas, acercándose hacia mí. Me hubiese gustado que todo hubiese sido diferente. Loco y apasionado. Abro los ojos y me froto la cara. Esa no sería yo. Sería a lo contrario que yo quiero ser.

La calma y el control de las cosas es mi día a día. Y sé que en algún momento, me arrepentiré de ello. Salgo de la ducha cerrando el agua a toda prisa. Me envuelvo en una toalla y salgo disparada a mi habitación. El móvil, sobre el escritorio, apoyado desde hace un rato, lo cojo y envío un mensaje. Y sé que cuando aparece aquella palabra no hay marcha atrás. Todo lo que podría haber hecho. Creo... Creo que es lo correcto.

Visto por Jordi a las 16:30

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