Pasé dos meses esperando el momento oportuno para dar comienzo a mi plan, durante todo ese tiempo arreglé algunas cosas como para que siguieran creyendo que era una traidora. Intenté no ceder ante la presión del Cuervo, aunque sí caí, son contadas con los dedos de una mano, porque no quería darle la impresión de que me tenía poseída de verdad. Un día supe que era el mejor momento, pero tenía que esperar a que el Cuervo no estuviera cerca. Aproveché una excursión al mando del Cuervo para exigir hablar con el General.
Para serles sincera en un principio no lo miré mucho, incluso intenté no mirarlo a los ojos, pero luego cuando tuve que hacerlo, me di cuenta que tenía la misma mirada de cazador que el Cuervo, pero en sus ojos no vi fuego, vi electricidad, como un rayo que los atravesaba. Su piel era blanca pero con algo de tueste, y era alto, más que su hermano.
- Mayor
- General
- Por qué estás aquí.
- Quería verlo, me aburro en esa habitación. Su hermano me deja encerrada como gata salvaje.
- No estás muy lejos de esa definición... en fin, qué quieres.
- Seré directa. Quiero poder. Quiero hacer lo que yo quiera, en donde sea y con quien quiera. No soy el nuevo juguete de su hermano, no soy una esclava del M.I. ni soy prisionera de guerra. Si soy una de ustedes quiero los mismos derechos que cualquier soldado. No, el derecho de un Mayor, porque eso es lo que soy.
- Eres muy clara con tus deseos
- Siempre sé lo que quiero.
- Qué me das a cambio
- Ya te di suficiente, quiero mi recompensa primero. Después puedo darte más.
- ¿Sabes qué? Me gusta tu carácter, eres una de las pocas mujeres que puede causar esta impresión en los hombres como nosotros
- ¿Nosotros?
- Tanto yo como el Cuervo somos difíciles de sorprender y más difíciles de impresionar, pero tú, tú eres diferente. No te inquieta el peligro, no te estremece el poder, no le temes a lo que no conoces.
- ¿Y todo esto que dices significa que me darás lo que quiero?
- Te lo daré, pero debes darme algo más, te quiero a ti
- Por qué creo que sabía que dirías eso. No te daré nada, porque no soy un objeto.
- ¿Piensas que porque fuiste de Máximo no voy a tomarte cuando quiera? Te tengo aquí y él no está y nadie puede detenerme.
- Estoy yo, y si no quiero no me tendrás
Me acorraló contra el escritorio y me subió a él, le detuve las manos pero se zafó y me apretó los brazos con fuerza y comenzó a besarme. No sentí nada en realidad, pero cuando escuché el ruido de unos pasos supe que era el Cuervo, era la oportunidad perfecta para demostrarle que no me tenía completamente y que su hermano volvía a tratar de comprar a su mujer con el poder. El General quería quitarme la camiseta, pero me resistí, entonces entró él (cumpliendo lo que esperaba)
- ¡Déjala! - gritó en el instante en que nos vio - ¡cómo pudiste hacerlo de nuevo!
- ¡No te pongas contra mí o te haré peor! - me dejó de lado, pero no por mucho, porque cuando me levanté del escritorio, el Cuervo tomó mi mano y me alejó de él.
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PRISIONERA
General FictionLa Mayor Esperanza McAvoy a peleado toda su vida contra el opresivo gobierno militar... ha jurado proteger a la resistencia y luchar hasta la muerte para lograr la libertad de su gente... su oportunidad ha llegado... ¿se dejara seducir por el enemig...