Capítulo 3.

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Capítulo 3.

-Pues muy bien hija, y ahora que me llamas más. ¿Y tú?

-Genial, solo necesita saber como estabas, ¿Sabes? Me moriría si te pasara algo.

-Hija... no me va a pasar nada ¡soy superpapá! Bueno, hablamos en otro momento estoy en el trabajo y me quedan montones de millones de papeles que leer y firmar.

-¡Que exagerado eres superpapá! Bueno, que pases un buen día, te quiero.

-Te quiero.

Y la llamada se cortó, en este momento me alivió la voz de mi padre asegurandome que todo estaba en orden.

Kathy ya estaba lejos, como a dos calles.

La miré y sonreí.

-Gracias. -dije en voz baja, pues me había maravillado con su dramática historia de la que de algún modo me había sentido partícipe.

Miré el reloj de mi muñeca, las doce ya... apuré el ritmo hacia el coche.

Conducía precavida de absolutamente todo. En cierto modo después de la historia me entró miedo.

Llegué a casa, donde efectivamente papá ya no estaba.

Subí las escaleras y entre al servicio, me dí un baño relajante y baje por algo que picar.

-En esta casa nunca hay nada que comer.

Así que salí en busca de galletas con virutas de chocolate a la tienda.

Si lo sé, no voy.

Estaba a punto de pagar cuando alguien tocó mi hombro. Era mi antiguo manager y parecía enfadado.

-Chris... cuanto tiempo. -fingí emoción.

-Pues si Leslie, hace mucho ya que nos dejaste tirados.

-Lo siento... pero mi vida cambió, yo cambié... y no me veía dedicándome a esto.

La chica dijo el precio en voz alta, yo le di el dinero y me dispuse a irme, pero Chris agarró mi hombro.

-Venga ya Leslie, no me lo creo. ¿Me vas a decir que no quieres ser mundialmente conocida? Posar para las mejores revistas, con las mejores prendas de los mejores diseñadores. Vamos Leslie, tienes talento, se que puedes conseguir eso y mucho más.

-Es que ahora... no es el momento. Me voy a independizar, empezar la universidad... no voy a poder aunque de veras suena tentador.

-Bueno... de todas formas toma mi nueva tarjeta y si cambias de opinión nos ponemos en contacto -sonrió triste.

Cuando se fue me dije "todo por unas galletas..."

En definitiva, llegué a casa a la una y media. Realmente no me iba a dar tiempo. Me apuré en subir y ponerme la ropa que por suerte ya tenía preparada. Una falda de tubo color carne, una camisa vaporosa rosa y los zapatos más elegantes que disponía. Debíamos dar una buena impresión e ir elegantes, uno no alquila un piso todos los días.

Me cepillé los dientes y ondulé un poco mi pelo, para darle forma y elegancia, luego me maquillé.

Las dos menos cinco.

Cogí las llaves del coche, el bolso y salí disparada.

Al llegar a nuestro punto de encuentro, su casa, Liam no estaba en la puerta como acordamos.

-Idiota. -farfullé.

Bajé del coche y fundí el timbre hasta que bajó.

-Estas... estas... ¡en ropa informal! Esto no puede estar pasando no te tomas nada en serio.

Él se limitaba a asentir mientras miraba el móvil. Se lo arrebate.

-Corre a ponerte otra cosa.

-Leslie así me siento cómodo. Eres una dramática, vamos a alquilar un piso no a casarnos.

-Lo que tu digas cariño pero sube ya al coche. -dije desde el interior.

A los pocos minutos de trayecto todo estaba en silencio.

-¿Me devuelves el móvil por favor? -Dijo con cara de pena.

-Ay cariño pero no te das cuenta que por ese chisme ya ni hablamos, te pasa la vida pendiente a él. Estas cambiando.

-No digas tonterías mi vida. Si cambio es para enamorarme cada día mas de ti. -dijo y se acercó a mi a darme un beso en la mejilla. Pues estaba conduciendo.

Sonreí satisfecha.

-¡Ya hemos llegado!

Esperamos unos minutos delante de la casa y en seguida llegó.

-Buenos días -nos sonrió- lamento el retraso. Pasad.

-Buenos días -Dijimos.

Nos estuvo enseñando la casa por unos minutos y cuando único Liam se estaba atento era para quejarse.

-Aquí no hay luz suficiente, el Internet llega con poca fuerza bla bla bla -le imité.

-Oh vamos solo trato de encontrar la casa perfecta.

-¿la casa perfecta? No me tomes por idiota, no te interesaste por las habitaciones, ni por el salón sólo por la estúpida sala para tus estúpidos videos.

-Vamos cariño, relájate. Al final del día habremos encontrado la casa de ensueño estoy seguro.

-Quizás tengas razón... estoy muy agobiada, la universidad, encontrarme a christian, la mudanza, echar de menos a mi hermana y mi madre, se me junta todo y en cualquier momento explotaré.

-Claro cariño no te agobies... Espera ¿dijiste Christian? No estarás pensando en... justo ahora.

-Pues si, me estoy planteando volver a retomar mi carrera como modelo. Al fin y al cabo me gustaba dedicarme a ello... -dije encogiendome de hombros.

-Eres muy egoísta. Solo piensas en ti. Tu, tu universidad, tu carrera, tu nueva casa, tu, tu, tu, tu.

-¡No me jodas! En lo más centrada que estoy es en ti pedazo de idiota. Mira me voy a ir a tomarme un helado por ahí nos vemos en media hora aquí.

-Claro, una vez más se hace lo que tu quieras... prestame las llaves del coche, por favor, es importante.

Saqué las llaves y se las di me negaba rotundamente a seguir escuchandole.

Nadie Dijo Que Fuera FácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora