Pasamos más tiempo criticando los disgustos de la vida, que encontrando una solución por mejorarla. Muchas veces seguimos pidiendo la ayuda de Dios , cuando en realidad ya la estamos recibiendo. Pasa que tenemos la expectativa de recibir su ayuda a nuestra manera. La esperamos en una forma extraordinaria y espontánea, pero más bien, los cambios inesperado pueden ser una forma de hacernos crecer inevitablemente.
La mayoría del tiempo, vemos con malos ojos lo momentos críticos , pero en realidad , pueden ser llaves para nuevas oportunidades. Se puede llegar a conocer cualidades ocultos, por el hecho ,de que no se habían puesto en práctica.
Irónicamente , las adversidades nos ayuda a ser más agradecidos con la vida. A ser mejores y abrir nuestro ojos y reconocer la rutina que nos envolvía , sin la dicha de conocer nuevos horizontes que nos hace crecer en diversos ámbitos como persona.
Tampoco pretendo decir que las adversidades no son difíciles, pero si pueden llegar a ser tan beneficiosos, e incluso hasta más , que en los momentos que pensamos haber estado "bien", por el hecho, de habernos sentirnos cómodos en nuestra guarida. Tenemos miedo a que un cambio aparezca y disturba lo conocido, pero no siempre lo desconocido es malo. Es preciso tener una perspectiva abierta y positiva ante los momentos críticos. La intención no es que nuestro corazón se vuelva duro y seco, sino sabio a causa de lo aprendido.
Nuestro Padre Celestial nos ama y quiere que mejoremos cada día. El ve el gran potencial que tenemos, por eso, nos ha puesto temporalmente en un lugar lleno de dificultades que debemos de superar. Es primordial entonces, que aumentemos nuestra fe en los momentos difíciles . Ya que, quejarse no cambiara nada, en cambio, la fe hará milagros.
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Un escrito para el alma
AcakSolo soy un viajero más de la vida que escribe lo que ha aprendido en su camino, que da consejos a los que quieren tomarlo, que previene lo que no hace falta disfrutarlo y que le gusta hablar desde lo más profundo de su corazón lo más sencillo ,pero...
