Mi siguiente día no empezó muy bien. Todo iba bien en el liceo hasta que llegó el profesor de literatura.
-Hola, imbéciles- su voz despertó a todos los que dormían. -¿Se acordaron de la tarea?-.
-¡Oh! ¡La tarea!- Le susurré a Stacy. -Me olvidé de hacerla-.
-Bueno, mala suerte, te jodes-. Me respondió Stacy, la mejor amiga del mundo.
En ese momento de desesperación total, me acorde del panda... me puse a pensar que escondería ese disfraz. Mi pensamiento fue interrumpido por el grito del profesor.
-Señorita Rojas- Así me dice el profesor. -¿Trajo el análisis que pedí?
-Lo olvidé- Respondí con miedo. En ese momento no supe que hacer.
-Juas.......... Juas.......... Juas Juas Juas Juas JUAS JUAS JUAS- Se reía como loco.
-Profe, cálmece-
-CALMARME?? como podré calmarme si usted es una alumna muy irresponsable- dijo el profe alterado.
Luego de que tocó el timbre para recreo, salí al patio a tomar aire, donde estaba William, un compañero de clase algo nerd. Se me acercó y me habló.
-¿Viste cómo se le salian los ojos al profesor cuando te retó?- Me dijo William.
-Si, está muy loco- Respondí algo indiferente.
-Igual deberías haber hecho la tarea-
-Lo sé, soy una vaga-
-Yo te puedo ayudar para la próxima-
-No gracias- Le dije eso y me fui.
Después de clases planemos con Stacy ir a conocer al panda.