- ¡Madre mía, Willy! – exaltaba sorprendido Kevin, mientras se arrecostaba en su cama y hablaba por su celular con su primo hermano, ~Lo sé, ¿puedes creerlo?, en fin, ¿Cómo sigue Carolina?~, preguntaba la voz proveniente del celular, - Muy mal primo, ahora en la mañana fui a visitarla por nuestro tercer aniversario, pero comenzó a convulsionar de la nada... y yo... yo no quiero que ella...- el chico empezó a sollozar, preparándose para llorar, ~ Tranquilo hombre, que ya verás cómo sana y no le pasa nada ~ trataba de consolarlo su amigable familiar, - Si, gracias primo... te hablo luego, tengo un poco de sueño, la semana pasada salí de vacaciones y trato de reponer el sueño que perdí por los parciales - ~Como quieras Kevin, buenas noches~ dicho esto, ambos colgaron el teléfono.
Kevin decidió apagar las luces de su diminuta habitación, acostarse en su cómoda cama, e intentar conciliar el sueño, pero aquella escena de ver a su novia convulsionar no le dejaba dormir. Pasó un buen tiempo hasta que finalmente logró quedarse en los brazos de Morfeo, dormía plácidamente, pero una necesidad impulsiva y natural lo despertaría, debía ir al baño; un poco somnoliento y malhumorado se levantó de su cama y camino hasta su retrete para hacer sus necesidades, mas no se dio cuenta como una sombra se deslizaba hasta su recamara.
- No volveré a tomar agua por la noche – repetía el joven varias veces mientras regresaba de realizar su trabajo, y buscaba reacomodarse en su habitación, pero entrando por la puerta de la recamara pudo sentir como una brisa fría invadía su columna vertebral, sentía que había algo ahí, - Dices que no tomaras agua, pero ambos sabemos que siempre lo harás – se escuchó una voz gruesa proveniente de algún lugar tras él, como miedo volteo lentamente su cabeza solo para ver una sombra escalofriante y gigante, - Oh, discúlpame, es obvio que no puedes verme bien en esta oscurana, déjame encienda la luz – volvió a hablar la sombra, mientras movía lo que parecía un gran brazo y con este tocaba el interruptor que permitía encender el bombillo.
Ya con la luz, aquella sombra misteriosa se podía ver perfectamente, pertenecía a un ser extraño, fuera de lo común: era alto, como unos 2 metros; tenía un torso claramente musculoso y muy peludo, de color gris; sus piernas parecían dos palitos por tan delgadas y largas que eran, y terminaban con dos patas grandes de perro; su brazo izquierdo parecía cortado por la mitad, y el derecho, en cambio, era muy largo, tanto que le llegaba hasta la rodilla, al igual que las piernas, están eran delgados a comparación al torso, eran igualmente peludos y terminaban en dos manos con garras en cada dedo; tenía un rabo que también parecía cortado, el cual movía con un ritmo lento; y para terminar poseía una cabeza que asemejaba a la de una persona anciana y delgada, cabello gris, y una cicatriz que adornaba su ya de por si espantosa cara, la cual se componía por una sonrisa grande, una nariz bien formada y unos ojos grandes de color rojo; un ser demoniaco se viese por donde se viese.
Kevin, por obviedad, pego un tremendo salto hacia atrás nomas verlo, asustado, casi en pánico, apreciaba a aquel ser que yacía delante de él, - ¿Qu... ¡QUIEN ERES!? – preguntaba el intimidado muchacho, - ¿Yo?, claro, disculpa por no presentarme antes, mi nombre es uno que en caso de mencionártelo puede que te exploten los oídos... así que llámame solamente Chronos – contestó aquel extraño ser mientras le ofrecía la mano al caído Kevin para ayudarle a levantarse, mano que fue negada por el joven el cual rápidamente se puso de pie y retrocedió asustado, - ¿Qué haces aquí, que quieres, ¡QUE ERES!? – cuestionaba una vez más el chico. – Oye, tranquilo chico, una pregunta a la vez – respondía la burlona bestia - ¿Qué soy?, en su ámbito popular del hombre moderno el cual se ve influenciado día con día por diferentes medios culturales, puedo auto describirme como un ser interdimencional nacido desde hace mucho tiempo; con respecto a que hago aquí y que es lo que quiero, veras, he oído tu suplica, he oído que tu amada se encuentra en el hospital agonizando y preparándose para morir, también he oído que quieres salvarla, por eso estoy aquí, para ayudarte a salvarla –.
Aquella bestia de nombre "Chronos" sonreía mientras esperaba alguna respuesta del afligido Kevin, el cual tras oír la respuesta del demoniaco ser, apenas puro mantener un poco la calma para hablar: - ¿Salvarla?... ¿¡PUEDES SALVAR A CARO!?... Hazlo por favor, ¡Te lo suplico! – gritaba casi llorando, el pelinegro se abalanzo hacia Chronos en modo se suplica, el griseaso ser se lo esquivo para seguir hablando: - Wow wow wow, no tan rápido chico, veras, no puedo salvarla únicamente por mi cuenta, si no que vengo a ofrecerte un artefacto el cual la sanara (Sacando de algún lugar de su espalda un collar del cual colgaba un pequeño artefacto con forma de corazón color carmesí) este es el "Reestabilizador", un artefacto que puede curar cualquier herida y enfermedad que el humano posea, con esto tu amada sanara – Kevin, conmocionado, no pudo evitar soltar lágrimas al pensar que su novia sanaría; pero el chico no era tonto, sabía que algo así no le iba a salir gratis, - ¿Qué quieres a cambio? – preguntó seriamente el muchacho, - Oye, oye, tranquilo, veras, te lo daré gratis (Le arroja el collar a Kevin) sin embargo, para que este artefacto funcione es necesario cumplir unas cuantas condiciones – sonreía frotándose la mano con el brazo cortado aquella bestia, - Veras, un artefacto tan brillante, sofisticado y poderoso necesita de requisitos para su correcto funcionamiento.. Son simples... primero debes hacer que tu chica se ponga el collar, ya verás que bonito le luce, luego debes procurar que no se lo quite... luego... Veras... la fuente de energía de esta cosa son... bueno... almas humanas – Dijo esto último con una sonrisa picaresca, esto, combinado con sus anteriores palabras, hizo que Kevin retrocediera perturbado, - ¿Cu... Cuantas almas humanas... exactamente? – Preguntó el atemorizado joven, - No muchas... no sé... talvez unas... Siete almas puras... si, eso bastaría – respondió Chronos, lo que asusto aún más al muchacho, - No debes hacerlo si no quieres – Siguió hablando Chronos, - Los servicios funerarios están baratos últimamente, sabes... -.
- ¿Qué debo hacer exactamente? – interrumpió el joven a la bestia, lo que evidentemente éxito al griseaso ser, - Bueno... veras, yo no puedo ir por esas almas... pero sí puedo decirte quienes son, así vas tu por ellas – indicaba Chronos. - Entonces... ¿solo voy y hago que firmen algún contrato o algo así? – preguntaba decidido Kevin, - ¿Contrato?, oh no, esto es algo más complejo, debes tomar su alma por la fuerza (Saco una vez más de su espalda una Daga un tanto larga y mínimamente curva, con una pequeña y decorada capsula como mango) con esto obtendrás sus almas, lo que debes hacer es apuñarles justo donde reposa su alma, el corazón; esta arma de nombre "Aspiralma" absorberá el alma de la persona en cuanto entre en contacto con ella, luego solo me la das, y yo te daré otra para ir por la siguiente alma, y así – aclaraba al caballero, el cual, con miedo y nervios, pregunto: - Y... a las que apuñale... ¿Morirán? – Cuestionaba con temor el chico, - ¿Qué clase de pregunta estúpida es esa?, claro que morirán (Esto hizo que Kevin tragara saliva), pero... dijiste que estabas dispuesto a hacer lo que sea por ella, ¿no es así, Kevin? – Intimidaba el astuto ser al pobre muchacho mientras le tendía la mano para cerrar el trato.
Kevin, por su parte, parecía perturbado y pensador, muchas cosas pasaban por su mente; matar personas, ser un asesino, quitar una vida, quitar un alma, pero hacerlo por la persona que ama, ¿es eso lo correcto?, ante la presión que le ejercía la presencia y palabras de Chronos ante él, hizo que no lo pensara mucho, solo extendió la mano, estrecho la de Chronos, y determinado entono: - Trato hecho -.
- Excelente – Sonrió el demoniaco, Kevin lentamente se sintió cada vez más débil, su vista se volvía borrosa y cuando menos lo espero cayo desmallado, antes de perder la conciencia, oyó a Chronos decirle: - Dentro de poco te diré quien es el primero, además que te proporcionare de algunas armas para lograr tu objetivo, pero por ahora... Duerme... Kevin Cerna – Acabado esta frase, Kevin perdió la conciencia, asustado, comenzó a soñar, era un sueño cualquiera, raro y extraño como solo los sueños pueden ser, pero no sabía que este era solo el prólogo, de un enorme reto que estaba por venir.
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Déjame Morir
AksiEl amor, sentimiento hermoso de expresión de cariño y afecto hacia otra persona, mayormente del genero opuesto. El amor nos hace ser más compasivos, más buenos, más felices, y a cometer grandes locuras... pero... ¿Qué estas dispuesto a hacer por la...