Pensamientos

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La guerra estaba estancada, desde Kamino y los demás mundos pertenecientes a la República los Cabelleros Jedi sienten que algo no anda bien. La sombra del lado oscuro se está acercando, había llegado el momento de que ambos bandos apostaran todo lo que tenían, la Batalla Final se aceraba y los guardianes de la paz lo sabían al igual que el señor oscuro

¿Desde qué edad inician su entrenamiento los Jedi? -pregunto un cadete luego de que Zendaya les diera el tiempo para que preguntaran todo lo que quisieran

Alrededor de los 3 años -respondió la mujer con una sonrisa- para esa época un miembro de la Orden nos busca en nuestros hogares y nos lleva al Templo en Coursant donde iniciamos nuestro entrenamiento

Suficiente cadetes -ordeno el jefe del escuadrón- la General debe descansar y ustedes tienen práctica de tiro

Adiós pequeños -se despidió de los niños clon con una sonrisa y moviendo su mano- que la fuerza los acompañe -cuando ellos salieron de la habitación que usualmente ocupaba Shaak Ti en Kamino ella suspiro- ay Anakin... ¿Qué te ocurrió?

Recordaba el día en que lo conoció, era un chico ansioso por demostrar que podía ser todo un Jedi, siempre entrenaban juntos y era algo que la alegraba siempre de niña. Su propio Maestro tenía muchísima más experiencia que Obi Wan, por eso en ocasiones los cuidaba a ambos. Cuando fueron a Ilum, increíblemente construyeron su sable de luz al mismo tiempo, no es que fuera vanidosa, pero el suyo era mucho más elegante.

Cuando llegaron a los 17 años durante la única Navidad que se celebró en el Templo el muy idiota le robo su 1er beso y una cosa llevo a la otra y despertaron juntos al otro día. Aun recordaba el sermón que le dio su 2do Maestro cuando la vio tan emocionada, nunca había visto a Mace Windou tan furioso, a excepción de esa vez que le comento que su 1er Maestro había sido el Conde Dooku... nunca le creyó y ella tampoco se molestó en explicárselo.

Durante el último período de paz antes de la guerra, Anakin y ella se reunieron por casualidad en el Salón de las Mil Fuentes para meditar. Fue en ese momento en que le comento que se había reencontrado con Padme Amidala, la actual senadora de Naboo. Esa mujer siempre cargaba con una nube oscura cada vez que hablaba o se rodeaba de algún Jedi, nunca confió en ella, pero jamás se atrevió a decirle nada.

Se le veía ilusionado, pero no era amor... de eso estaba segura, había visto la mirada de enamorado que tenía Kit Fisto cada vez que miraba a Aayla Secura y cuando la senadora miraba a Anakin ni siquiera veía una chispa de ilusión o cariño, solo encontraba odio y deseo de venganza, Anakin al parecer también lo había notado ya que nunca más la alegría llego a sus ojos cuando hablaba de ella, fue solo la 1era vez y luego solo se enfadaba cada vez que alguien la nombraba.

Pero ahora todo era diferente, a través de la fuerza sentía a Anakin libre, el odio y la venganza que lo atormentaban se estaban alejando poco a poco y eso solo podía significar que se había alejado definitivamente de la senadora Amidala, pero ¿qué había ocurrido ahora?... esperaba poder topárselo en el Templo antes de que a la 501 se le asignara una nueva misión o a ella y la 413 la enviaran al Borde Exterior

Es bueno ver que estas viva -le saludo una voz desde un holograma- lamento no haber logrado completar tu entrenamiento

Conde Dooku -saludo ella- admito que no ha perdido el toque para realizar entradas sorpresa, ¿a qué debo el honor?

Al menos no has perdido tu sentido del humor -rió el hombre mirándola con cariño- ¿ya te has convertido en Maestra?

Tengo un Padawan y mi título de Maestra me lo dieron hace unas semanas, antes de que se me asignara a O-Mer -luego enarco su ceja- pero no me contactaste para eso mi Maestro caído

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