Epílogo

1K 44 9
                                    

Cualquiera que no conociera a los Jedi, diría que la guerra no los afectó para nada y que no existieron cambios dentro de su Sagrada Orden. Sin embargo la galaxia desconocía todo lo que habían sufrido los guardianes de la paz junto a sus soldados.

Pasadas algunas semanas en la que los miembros del Consejo se vieron obligados a asistir a múltiples reuniones con los representantes de cada Sistema para asegurar que las hostilidades habían acabado, los clones levantaron viviendas sencillas, pero acogedoras en los alrededores del Templo. Siguieron algunos planos antiguos que se tenían guardados en la biblioteca y con ello hicieron una pequeña plaza central, con lugares para jugar o entrenarse.

Mientras la República y la Confederación se obligaban a mantenerse en pie tras una desastrosa guerra, que causó que las arcas fiscales estuvieran prácticamente en cero; los Jedi se habían desconectado de las poblaciones y se concentraban en retomar su armonía con la fuerza.

Los Padawans y los niños que aún estaban practicando el entrenamiento básico cada vez que tenían tiempo libre salían a la nueva ciudad que se estaba levantando para ayudar; al ser más jóvenes se divertían acompañando a los clones o pintando las paredes y haciéndoles algún diseño característico de alguno de sus planetas de origen para que estas fueran únicas.

Los clones no cabían en sí de alegría al ver que los que fueron sus superiores durante la guerra ahora que todo había terminado los trataban como amigos, los visitaban de vez en cuando en sus nuevos hogares y les enseñaban cosas generales de todos los mundos por si querían dejar el planeta en algún día. Eso era algo que ninguno de ellos estaba dispuesto a hacer, si éramos sinceros en Melodiam tenían todo lo que podrían haber deseado, libertad, cariño y una familia; quizás no muy convencional, pero era una familia que iba a estar ahí siempre.

Pasados unos meses Aayla y Kit recibieron a su hija a mediados de un lluvioso invierno, donde una vez que las sanadoras del Templo se aseguraron de que estaba fuera de cualquier peligro todos los clones celebraron por al menos una semana, al ver que había otro niño para malcriar y enseñarle algunos juegos para cuando descansara de su entrenamiento; ya que por obvias razones la pequeña Uxia (*) era sensible a la fuerza y los hombres que fueron parte de los escuadrones que dirigieron sus padres la adoraban con locura.

Yoda tras el nacimiento de la niña convocó una gran asamblea donde nombraba a Anakin no solo como Maestro Jedi, sino que como su sucesor una vez que su hora llegara. Todos le aplaudieron con alegría, sintiéndose felices del logro de su compañero que tuvo que ser golpeado por Dooku para poder reaccionar e ir a recibir el pequeño talismán que le entregaba el actual líder de la Orden, como símbolo de su nuevo título.

Ahsoka estaba encantada con todo lo que su Maestro había logrado solamente alejándose de la senadora Amidala (quien estaba enfrentando un juicio por fraude) y rió como nunca lo había hecho cuando Lux interrumpió la asamblea para pedirle matrimonio. Sin duda alguna eso sería algo que sería recordado por muchos años y que los miembros de la ex 501 no dejarían que el muchacho olvidara fácilmente al meterse con su adorada Comandante.

Pero eso no fue lo único que ocurrió en aquella asamblea, ya que Yoda dirigió la simbólica ceremonia en la que Luminara aceptaba quedarse con Gree por lo que le quedaba de vida, ambos se unieron en un matrimonio al estilo Jedi, donde el clon prometía que apoyaría a su esposa en todo lo que pudiera, pero sin interferir en la voluntad de la fuerza, mientras la Miriliana se comprometió a que jamás dejaría de lado sus funciones como Maestra Jedi y que cuando el momento llegara se tomaría la muerte como algo natural sin tener miedo.

Obi Wan y Yaira por otro lado, no le avisaron a nadie y se escaparon a Raxus para unas merecidas vacaciones tras la guerra; que causaron que Skywalker molestara eternamente a su Maestro tras verlo volver demasiado nervioso tras casi 4 meses ausente. Luego de esto todos sus amigos, liderados por Cody se encargaron de realizar la celebración que recibiría al nuevo niño Jedi.

Los años pasaron y se encontró la forma para que los clones envejecieran de forma natural, se levantó un planeta agrícola que era conocido por toda la galaxia por sus productos y no porque fueran los protegidos favoritos de los Jedi. Las familias se agrandaron, pero seguía habiendo algo pendiente que no podían seguir ignorando por más tiempo, en especial cierto Jedi

¡Skywalker! –le gritaron Dooku y Kenobi al ver que el hombre de 26 años se mostraba nervioso y asustado como si fuera un adolescente al que su novia seguramente iba a regañar

Ustedes no la conocen –rebatió el hombre siendo empujado por los dos mayores a una habitación en el área médica del Templo que estaba llena de globos de colores- va a matarme

Claro que va a matarte –se burló Zendaya caminando con un par de gemelos con la cabeza repleta de los rizos de su madre, pero del color más claro como el de su padre- Luke, Leia vamos a jugar con el tío Rex y el tío Cody

¿Sabionda? –preguntó Anakin entrando con mucho cuidado para no salir herido, sabiendo que su antigua alumna lo quería a él presente durante el parto y no al debilucho de su adorado esposo (**)- ¿te encuentras bien?

Si no estuviera agotada –comenzó a hablar apuntándolo con la empuñadura de su sable de luz y mirándolo sumamente enfadada- te juro que te mataría Skyguyto

Deja de ser tan amargada mujer –rodó los ojos el mayor aparentando una seguridad que no sentía, ya que era de conocimiento público que las mujeres de la Orden estando embarazadas y en labor eran peores que un Gundark enfadado- deja ver a mi sobrino

Si bien Anakin jamás se casó con Zendaya, ambos estaban felices con sus dos pequeños demonios que se encargaban de entretener a todos los clones del pueblo cada vez que podían con sus inventos o con sus travesuras y para que decir que ponían de los nervios a varios Maestros de la Orden. Aquel día en que casi se quedan sin padre por culpa de su tía Soka no había sido diferente para ellos, cumplieron con el entrenamiento reglamentario impuesto por el Maestro Jedi Mace Windou y luego fueron a ver a su amiga Uxia para ir a jugar con sus tíos en el río.

Habían pasado ya 10 años desde que la guerra había terminado y los Jedi le quisieron hacer un último regalo a sus fieles amigos; tardaron demasiado tiempo, pero había válido cada segundo en el momento en que vieron las lágrimas de alegría de los que fueron sus hombres.

Los antiguos soldados del Gran Ejército de la República no pudieron evitar emocionarse al ver la placa que fue levantada en su honor, cerca de un risco que a partir de aquel momento les serviría para meditar. En aquella placa estaba el nombre de cada clon que había caído en cada batalla durante la guerra, eran miles y miles de nombres que los Jedi se habían tomado el trabajo de buscar en una década con tal de cerrar con honor una las épocas más oscuras por la que había pasado la Sagrada Orden de los Caballeros Jedi.

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~

(*) Uxia es un nombre de origen griego que significa "bien nacida" y designa a una mujer noble, con gran fortaleza física y emocional, y con mucha facilidad para superar los obstáculos de la vida

(**) Si bien es clásico que el padre esté presente en el parto de sus hijos, Ahsoka prefería que estuviera Anakin, quien era como su hermano mayor y además de ser la persona a la que le confiaría no solo su vida sino que la de su pequeño hijo. No era que no quisiera a Lux, pero todos sabemos que nuestro senador favorito no tiene nervios de acero

Quiero darles las gracias y mil abrazos a todos los que me acompañaron estos casi 3 años con la historia, ha sido sin duda el proyecto al que más trabajo le he puesto y a pesar de que los primero capítulos tienen un montón de faltas de ortografía y que quizás le faltaron una mejor descripción de lugares, me alegra mucho que varios se hayan dado el trabajo de leer hasta aquí. Les deseo lo mejor durante este año y espero verlos pronto en algún momento, los adoro con todo mi corazón porque sin darse cuenta vieron como una escritora inexperta de 14 años se convirtió en una escritora semi inexperta de 17, crecí con ustedes y siento que la redacción creció conmigo.

May the force be with you!

RegresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora