Capítulo 2

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Esta mañana he llegado a Edimburgo acompañada por Annie y Patty.

Mis primos ya estan aquí, se hospedan en la villa que los Ardlay, la tía abuela no me ha permitido alojarme en ella. Pero en lugar de estar triste estoy realmente encantada de su prohibición, así podré escapar de su control y de tenerme que encontrar diariamente con Neal y Eliza, me siento afortunada.

Stairs y Archie nos han propuesto dar un paseo en barca por el lago pero cuando hemos llegado las tres a la orilla nos han dicho apenados que en las barcas que quedaban solo hay sitio para dos ocupantes.

Así que Archie montará con Annie y Stairs con Patty, todo resuelto.

Por suerte no hay sitio para mí, así que me veo felizmente liberada de ese compromiso.

La verdad es que no tengo ganas de pasar la tarde en el lago, estoy ansiosa por ver a Terry, sólo quiero poder estar a su lado, escuchar su voz y ver su maravillosa sonrisa.

Así que me despido de ellos, les dejo en el embarcadero y avanzo hacia una pequeña Colina que sobresale en el lago.

Es el lugar perfecto para poder encontrar a Terry, me recuerda mucho a la Colina donde nos vemos en el Saint Paul, seguro que él también se ha percatado de su similitud.

Si está ya en Escocia vendrá a reunirse conmigo aquí, sólo tengo que esperar pacientemente su llegada ¿seré capaz?

Cuando llego a ella observo el cautivador paisaje, tan verde y lleno de vida, es un lugar en el que nunca he estado pero me resulta tan familiar...

¿será porque mi amado ha pasado sus veranos aquí y el aire está impregnado por su olor?

Me estiro en la hierba deleitandome de su fresco olor, mecida en la calidez del sol admiro el cielo azul sin nubes, tan terso, tan claro. ¿Que estará haciendo Terry...?

Rememoro nuestros besos, la calidez de sus brazos, el fuerte latido de su corazón cuando toco su pecho... y sonrio sintiéndome plena. Con esa magnífica sensación recorriéndome voy quedándome dormida.

De pronto, percibo el tierno y acaramelado roce de sus labios, el calor de su piel ¿acaso sigo soñando?

Abro mis ojos y su imagen me confirma que es real, me mira con vehemencia, con necesidad, con urgencia.

Lo atraigo hacia mi haciéndolo recostar, rodeo su espalda con mis brazos y nos besamos sin importar nada ni nadie, como si sólo se tratara de un sueño.

Estamos en la hierba tumbados, él sobre mí, besándonos, curando la añoranza.

Cualquier mirada ajena nos castigaría en el acto, pero no nos preocupa nada más que seguir demostrándonos el amor que sentimos el uno por el otro.

-Te he echado tanto de menos... mis días están vacíos sin ti- dice hundiendo su cabeza en mi pelo.

Siento su respiración en mi cuello, el peso de su cuerpo que me aprisiona gentilmente, paso los dedos por su fino y sedoso pelo acariciándolo cariñosamente, disfrutando de esa preciosa sensación.

-Yo también te he extrañado mucho, no puedes imaginar cuánto-digo girando mi cabeza para mirarle y sus ojos me muestran que se siente alagado.

Mi amor, mi rebelde, cuánto he deseado poder estar así. No puedo evitar besar sus labios que me sonríen.

De pronto llegan voces desde el lago, las barcas se acercan a esta orilla y en breve seremos objetos de miradas intrusas.

Disgustado se separa de mí y nos levantamos fingiendo estar allí conversando casualmente, las pequeñas embarcaciones aparecen a nuestra vista.

El beso de Mayo (Candy Candy fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora