Yo lo miraba con asco y repulsión, ¿por que se sienta a mi lado? ¿Que tal si tengo gérmenes? O ¿si es lindo? Mierda no me bañe.
—Soy Zach.—el dijo sin mirarme, su mirada estaba dirigida hacia un terreno baldío, no había nada mas que escombros. No me voy a dedicar a hablar con el, no lo conozco y no quiero. ¿Que le pasa?. Una gota de lluvia apago el cigarrillo haciendo que arrugara la nariz. Después de ese acto, saco un encendedor de fierro y lo encendió.—¿No me vas a decir tu nombre?—no contestó nada y el se levanta de la parada.—No eres nada sociable. Intentalo, eso no mata.
—No tanto como el tabaco.—esas palabras salen de mi boca sin ser permitidas por mi.
—Hasta que hablas.—el vuelve a sentarse, mierda.—¿como es que haces amigos?
Uy si como tengo muchos amigos, idiota, mmh.
—Perdon.—este ríe. ¿Lo dije en voz alta? Por que...a si, por que soy un completa tonta. Bien, ya no puedo removerlo así que, ¿que puedo perder?—te invito a comer, ¿vale?—el da una linda sonrisa.
—No puedo.
—Entiendo, no sabes nada de mi y eso. Esta bien. Lo entiendo.
—Ay, adiós.—pongo mi gorro y camino hacia la tienda que esta enfrente haciendo sonar la campanilla y dejando al tipo allá afuera. Decirle que no porque no lo conozco, no quiera decir que no quiero amigos, si no porque...no.
El me mira de la ventana y sonríe.
