T R E C E

2.9K 319 104
                                    

—¿Te gustaría que te llevara a tu casa?—este chico habla mientras doy un leve y enorme, bueno si, enorme bostezo.


—No. No, no, claro que no.—este ríe como si hubiera contado algún chiste 

—¿Qué, por qué?— Zach me mira con los ojos como platos.


—Porque no, mi tía de seguro pensara mal de mi. Y me dejara sin comer, y claro no quiero eso.


  —Espera, ¿tu tía te deja sin comer cuando llevas algún chico a tu casa? ¿QUE CLASE DE TÍA O ABUELITA ES ESA?— No se como, pero el idiota me saco una sonrisa y según yo quería portarme todo una chica danger y no, no me salio. 


—Cállate, no la conoces.—el empieza a reír igual que yo, quisiera matarlo.


— La voy a patear como un costal de papas, te lo prometo.—rió mientras pienso que el hijo de mi tía podría romperle la cara, pero no, mejor lo dejo estar.—mira, nos vamos, te dejo y tal vez entre por tu ventana como en esas novelas de jóvenes, así.—este chico esta mal de la cabeza, le falto ácido folico.


—Zach...— lo miro mientras come la orilla de su pizza


—¿Mmh?— miro como la salsa de tomate esta embarrada por la comisura de sus labios carnosos, tal vez debería acercarme a el y besarle poco a poco mientras nuestros labios chocan como si nunca mas se besaran de nuevo, pero no.


—Tienes menstruación en tu cara. 



No leas este libro. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora