Contrato. (1)

17.4K 1.3K 1K
                                    

Charles

Había tomado la mejor decisión, yo no podía seguir viviendo de esa manera, claro que no, no quería admitir que no soportaba la situación pero aquella mujer me había sacado de quicio por última vez.

Tome un poco de mi ropa y algunas pertenecías que podría vender por un poco de dinero y me serviría para mantenerme unos días.

Le di un último vistazo a aquel lugar que había sido mi hogar durante 17 años, casi 18, aquel lugar que albergaba los recuerdos de mi padre y de los muchos momentos familiares que habíamos pasado.

Con una lágrima solitaria recorriendo mi mejilla abandoné el lugar y comencé mi camino.

La verdad no estaba muy seguro de que haría, pero lo primero era conseguir dinero.

Me acerqué a un prestamista para cambiar las cosas que había sacado. Unos cientos de dólares, setecientos para ser exactos, me ayudarían a sobrevivir está semana.

O al menos eso pensé. Recordaba como mi padre siempre me recordaba que tuviese cuidado, pero como adolescente, nunca le preste atención a aquellos consejos.

Habría dado lo que fuese por volver dos años al pasado y escuchar sus regaños otra vez, pero no podía. Y ahora, debía ver la forma de poder sobrevivir con los 20 dólares que me quedaban en los bolsillos. Y que por suerte, aquellos delincuentes no me habían robado.

Me sentía frustrado, y muy molesto. Algunas lágrimas amenazaban con salir y el frío de la noche comenzaba a notarse aún más.

Me maldije por no sacar un abrigo cuando tuve la oportunidad. Ahora quizás que harían esos hombres con mis ropas mientras yo moría de frío.

Apoye la espalda en uno de los postes que había en la calle. Puse mi mano en mi rostro e intente reprimir el llanto.

Lentamente comencé a deslizarme por el poste, quedando sentado. Flexione mis piernas y me abrace a mi mismo en un intento de combatir el frío. Apoye mi cabeza en mis rodillas esperando que el tiempo pasará rápido y la mañana llegará.

El sonido de un auto me hizo saltar. No quería mirar, tenía miedo de que fuese mi madrastra o peor aún, que fuese su "no novio" Kurt.

-hey- escuche la voz de un hombre y mil y un pensamientos cruzaron mi mente- ¿cuánto es por una noche?

Miré al hombre y por la poca luz que irradiaba el farol no podía distinguir bien su rostro, pero sus ojos resaltaban en todo su esplendor, de un color verde muy hermoso.

-te pregunté que cuanto cobrabas por una noche- el autoritario tono de voz que había usado el hombre me había molestado un poco.

Quise responder a su comentario pero pensé por unos segundos. Este hombre me pagaría por estar con él... Aunque no tuviese dinero nunca se me había pasado por la mente que algo así pudiese pasar, pero, aquí estaba la oportunidad.

No me agradaba la idea de ser tomado por un hombre, claro que no, pero entre este hombre y el idiota novio de mi madrastra no tenía mucha alternativa.

-500 dólares- dije seriamente mientras me ponía de pie y arreglaba un poco mi ropaje.

-¿es un poco caro, no crees?- pregunto con un tono burlón el sujeto.

-tomalo o dejalo- dije un poco molesto. Después de todo no hago esto porque quiero.

-tienes carácter, me gusta- soltó una pequeña risa que estaba muy lejos de ser amistosa- de acuerdo, haremos un trato, entra al auto y te explicaré las condiciones.

Miré a su espalda y note que venía en una limusina negra. Demonios, pensé, debí pedirle más...

Entramos y le indicó al chofer que comenzará a manejar.

-entonces- su voz me hizo voltear a mirarlo- te daré 5 millones por un mes.

Quedé en shock, eso era demasiado dinero, incluso para alguien que tuviese mucho.

-pero tengo condiciones- hablo seriamente- primero, no te quiero para coger, así que puedes respirar tranquilo- dijo sin cambiar su expresión- segundo, me acompañarás a donde sea que yo quiera ir, sin replicar ni preguntar nada, y por último, no tienes permitido tomar otro cliente mientras estés conmigo, vivirás en mi casa y fingiras amarme, somos pareja hace años y me amas incondicionalmente, ¿esta claro?- pregunto con un tono molesto.

-si- susurré mientras me sentía intimidado por su voz.

-de acuerdo- hablo nuevamente.

Y con eso dio por terminada la conversación, estaba un poco asustado, aunque el hombre hubiese dicho que no me tocaría, tenía mis dudas.

Llegamos a un hotel y cuando el abrió mi puerta pude ver sus facciones con mayor claridad, era apuesto, muy apuesto. Sus rasgos varoniles resaltaban su belleza sin dejar de lado su rudeza.

Sus ojos se veían aún más hermosos con aquella luz y pude notar un pequeño toque azul en ellos.

Incluso sus dientes eran perfectos, aquellas blancas perlas parecidas a los dientes de un tiburón resplandecían en su rostro sin opacar el brillo de sus ojos.

Baje del vehículo y note que estábamos en un hotel. El hombre me había mentido, yo claramente era un idiota.

-por ahora me estoy quedando aquí- dijo el al ver mi expresión.

Caminamos dentro y la mayoría de las mujeres, por no decir todas, volteaban a ver a aquel hombre, pero como culparlas, era un hombre bastante apuesto. El chofer nos acompañó durante todo el camino, sin despegarse del lado nuestro.

Subimos en el ascensor hasta el Pent House del hotel y el hombre despidió al chofer.

Me quedé de pie unos minutos mirando lo inmensa que era la habitación, mi padre nunca me dejaba quedar fuera y cuando salíamos de la ciudad, hacia lo imposible para volver a casa esa misma noche, ya que, odiaba dormir fuera.

-hay algunas cosas que no te he dicho- lo vi aflojarse la corbata mientras se sentaba en el sofá- tu y yo se supone que llevamos años en una relación, nos conocimos en un viaje de negocios y comenzamos a salir. De eso han pasado cerca de tres años. Mañana por la mañana conocerás a mi madre y debes tratarla con el mayor respeto. ¿Hay algo más que quieras saber?

Negue con la cabeza y el se puso de pie. Sin embargo recordé un detalle importante.

-emm... Disculpa...- el se volteó mientras levantaba una ceja- ¿me podrías decir tu nombre?- dije y el hizo una pequeña mueca.

-Erik Lehnsherr- dijo seriamente asentí mientras el se apartaba un poco, pero se detuvo para voltearme a ver- ¿no me dirás el tuyo?

-Charles... Mi nombre es Charles- dije sin poder mirarlo.

-Charles...- camino hacia una puerta- está es tu habitación, la mía está al lado, buenas noches- dijo en tono serio y se fue antes de que pudiese responder...

Cuando ya me había recostado en mi cama pensé que no podía pedir más... Vendí mi vida a una persona seria pero que sólo necesitaba compañía... Le vendí mi vida a un solitario hombre guapo...

Sólo Un Mes (Cherik- Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora