Capitulo 3. Peligroso.

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    Salí apresuradamente de la oficina de Bástian, tenía exactamente 20minutos para llegar al trabajo así que avance por las calles lo más rápido quepude. Dos minutos y te descuento media paga Hayworth-dijo el señor Bob dueñodel restaurante donde trabajo en forma de broma.- Reí y con rapidez me puse eldelantal tome mi libreta y mi pluma y salí para comenzar con una jornada más enesta vida algo rutinaria que llevó. Siendo sinceros mi día estaba avanzando connormalidad, llevando y trayendo platos de la cocina a las mesas y de las mesasa los lavaderos, pero entonces escuche a Ariel, mi compañera de trabajo que mellamaba. Julie, un tipo en mi sección de mesas insiste en que tú lo atiendas-susurro algo incomoda y yo solo asentí para luego dirigirme hasta la mesa deaquel chico el cual me quedaba de espaldas, en cuanto me acomode frente a él metemblaron las piernas, era el... El chico de los ojos azules. Buenasnoches-susurre tratando de no lucir nerviosa y recuperar la compostura-¿Quedesea ordenar?-pregunte repitiendo una mantra en mi cabeza "Es solo uncliente más, es solo un cliente más" Quiero una hamburguesa con queso ytocino-respondió el mecánicamente como si hubiese estado ensayando aquello porhoras-Una cerveza y quiero acompañar todo esto con tu número de teléfono-yocontinuaba escribiendo en mi libreta y en cuanto escuche lo último parpadeedeteniendo la pluma en la hoja. Lo siento, pero no puedo mantener ningunarelación con los clientes- dije deseando morderme la lengua, ni siquiera sé si estábromeando y algo me dice que así es pues en sus labios baila una sonrisaburlona. Solo pido una charla contigo dulzura, no te pongas así-dijo y me miroa los ojos tranquilizándome de verdad, como si en ellos tuviera el antídotoincluso para solucionar guerras enteras. Bien, la hamburguesa viene encamino.-dije dándome la vuelta y caminando hasta la barra, ordene y esperé aque Cristopher me diera la orden ¿Está molestándote?-pregunto refiriéndose alchico de los ojos azules que se ahora se encontraba jugando con su celularluciendo despreocupado e inofensivo. No, ya sabes, lo de siempre pero me lasarreglo.- dije tomando el plato y la cerveza para luego guiñarle un ojo ydedicarle una sonrisa despreocupada, avance por el restaurante entre las mesashasta la de aquel chico y deje el plato y la cerveza en su mesa frente al.-Provecho-dije amable y regrese a mis otras mesas, el no dejaba de mirarme y eso me pusomuy nerviosa un par de veces en las cuales casi derramo algo o tiro algúnplato. Luego de un rato ahí, en el cual comía y me dedicaba sonrisas coquetaspor fin me llamo para pedir su cuenta, comencé a sacarla y se la entregué enuna hoja de papel y el sin mirarla la puso en su chaqueta y luego dejo eldinero de la cuenta y 7 billetes más como propina, era una propina escandalosapero por su puesto yo no iba a negarme, tome mi propina y el dinero de su ordeny camine hasta la barra entregando la cuenta pagada y guarde en mi bolsillo mipropina y seguí trabajando hasta que por fin termino mi jornada. ~• Derek •~Salí de aquel restaurante algo aturdido pues jamás una chica me había negadoalgo, lo que me lleva a pensar que Julieta ya sabe que es lo que quería aquellanoche en el callejón Tengo la información suficiente como para hacer con ellalo que se me dé la gana, así que debería saber que si quisiera hacerle daño lohabría hecho desde la primera vez que la vi, y eso es lo que iba a hacer, ¿Quécambio mis planes? Aunque me cuesta admitirlo y justo ahora esto me ponga lapiel helada... Hay algo en su mirada y eso me impide herirla, es que yo estoycasado ya, tengo una mujer y a pesar de que esta no sea la mejor relación soymonógamo y con ella basta, así que debo averiguar cómo es que esta niña logrohacerme temblar con solo mirarla. No puedo enamorarme y menos de alguien quesolo me ha mirado a los ojos una vez, aquello me hace reír por lo estúpido quesueno, el frio de la noche hace que mis mejillas ardan y entonces paracalentarme un poco decido que fumare un cigarro mientras espero en el mismocallejón de ayer meto mi mano al bolsillo de mi chaqueta y al tratar de sacarla cajetilla de cigarros el papel con la cuenta cae al suelo, me agacho y lolevanto mirándolo extrañado, lo desdoblo y encuentro ahí, su número escrito dela siguiente manera "No esperes en aquel callejón, no pasare por ahí ytomare el bus esta vez listo, eres peligroso y aun así hago todo esto sin saberpor qué, 23456798 :)" Todo esto me asalta por sorpresa, idiota era obvioque ella sabría que estarías aquí. Aun así sus palabras escritas con una suavemanuscrita me hace sonreír, y aquella carita feliz me hace pensar que de verdades una niña aun y en el daño que yo quería hacerle. Mierda Ribèry, deja depensar en ello, se supone que por eso soy bueno en este trabajo, por eso soy elmejor pues no tengo sentimientos. Arrugo el papel que está en mis manos ycamino a pasos agigantados hasta mi motocicleta, esta niña va a escucharme, laenciendo con un rugido y arranco conduciendo a toda velocidad por las calles dela ciudad pasando entre los autos sin dejar de concentrarme en el camino hastaque por fin llego y la sorprendo abriendo la puerta del edificio, apagó lamotocicleta y bajo de ella caminando hasta aquella chica de curvasespectaculares para su edad y sus labios y sus ojos.... Mierda Derek, hazlo quedebes Me regaño mentalmente y al estar a unos cuantos pasos de ella la llamopor su nombre-¡Julieta!-sueno más molesto de lo que estoy y eso la hace girarse dando un saltito algo temblorosa mirándome y enseguida frunce el ceño como si fuera a regañarla por hablarle en ese tono, pero aun con todo aquello no es capaz de detenerme y cuando me doy cuenta ya estoy frente a ella mirándola hacia abajo por su pequeña estatura y ella para mi fortuna baja la mirada sumisa sin decir una sola palabra, ¿Que hago ahora? Las manos me tiemblan y estoy sudando, no quiero hacerle daño y ella solo muerde su labio en un intento muy carente de defensa psicológica susurra algo que apenas es audible para mi "Oye yo..." Y con su pequeña voz titubeante me es más que suficiente para tomarla por las muñecas y apegarla a la pared logrando así no estar a la vista de curiosos gracias al resguardo que nos brindan las puertas abiertas del edificio, con una mano subo y sostengo sus dos manos por encima de su cabeza teniendo así el control de todo su cuerpo, mi corazón late rápido y sé que el de ella esta desbocado también pues sus labios están separados y su respiración es nerviosa, con mi pierna separó las suyas para acomodarme un poco mejor entre ellas y así no pueda dar algún golpe bajo, uso mi mano libre para levantar su mirada tomándola por la barbilla y haciéndola que me mire-Tu nada.... Yo soy el que no puede hacerte daño-digo y yo mismo me sorprendo por mis palabras así que para dejar de hablar sin dudar ni un segundo junto sus labios con los míos en un beso fuerte y necesitado como si ella fuera aire pero peor aún... Como si ella fuera el aire que he respirado siempre, trato de recordarme el por qué estoy aquí y eso me hace morder su labio inferior con un poco de fuerza haciéndola soltar un quejido, me separo de ella casi tan de golpe como me aproxime y doy algunos pasos hacia atrás como en defensa, ¿Defensa para que Derek? Solo mírala es una niña, está ahí inmóvil aun como si mi cuerpo continuara aprisionando el suyo contra la pared y su cabello esta algo alborotado cayendo hasta la curva de sus senos con suaves ondas y sus labios enrojecidos, sus ojos llenos de sorpresa, confusión y algo de deseo... Mierda esta niña no es igual a las otras y ahora que lo sea solo quiero salir corriendo, gruño demostrando la incomodidad que me causa lo que me provoca el solo hecho de mirarla y ella masajeando sus muñecas me mira esta vez con la confusión y el enojo denotando pero no solo en sus ojos sino también en su cuerpo el cual irradia tención, no puedo estar cerca de ella ni un segundo más, camino apresurado hasta mi motocicleta y subo a ella encendiéndola, escucho sus pequeños pasos apresurados acercándose a mí a prisa y una voz en mi cabeza grita con fuerza y algo que sabe a miedo "¡ALÉJALA! DEBES ASUSTARLA" y entonces meto mi mano en la cinturilla de mis jeans con una rapidez y agilidad que a mí mismo me sorprende, saco el arma y le apunto mirándola con molestia fingida pero afortunadamente no lo nota pues ahora es el miedo el que se apodera de ella pues detiene sus pasos a pocos metros de mí y la observo temblar con los ojos abiertos.-Solo vine a decirte que si no te secuestre fue porque no sirves para el negocio, eres más que fea y encima con ese cuerpo de puerta-atino a hacer una mueca de asco sin dejar de apuntarle y logrando sonar tan molesto- Pero nada me cuesta dispararte y dejarte morir ¿Sabes por qué? Por qué nadie vendría a tu ayuda porque no eres más que un perro abandonado así que deja de jugar a la niña valiente princesa porque para mí no sería nada complicado matarte ahora mismo.- conforme con mi discurso y ya asegurado del miedo que le he provocado guardo el arma en la cinturilla de mis jeans logrando notar a penas el roce en ellos y las lágrimas amenazándola con el hecho de mostrarla más vulnerable de lo que es, enciendo la motocicleta y avanzo a toda velocidad. Necesito un trago o sexo... Quizá los dos, y la única mujer (además de Julie) que viene a mi mente ahora es Bárbara, mi mujer... Me sorprendo a mí mismo lo rápido que he llegado a casa a pesar de mi escala en el bar a beber solo unos cuantos tragos, bajo de la motocicleta y entro a la casa cerrando con fuerza la puerta, no veo a bárbara por ninguna parte, pero subo a la habitación a zancadas y entro encontrándola en la cama cubierta con las sabanas respirando tranquila con los labios separados y relajada, solo entonces se me ocurre mirar a mi reloj, las 2:40 am.... Solo a mí se me ocurre que estaría despierta, pero no me detendré ante eso, camino despacio hasta la cama y me deshago de mi ropa logrando quedar solo en bóxer, entro en la cama tratando de no asustarla y la tomo por la cintura comenzando a acariciarla suavemente, me acerco un poco más y beso su hombro con delicadeza escuchando con alivio un suave jadeo de sus labios, como si fuese un reto me dispongo a despertarla y que al hacerlo ya este húmeda-Vamos amor, será rápido lo prometo- susurro en su oído y dejo besos de ahí hasta sus clavículas y meto la mano por debajo de su blusa de pijama para comenzar a acariciar sus senos y vientre logrando por fin que se gire regalándome una sonrisa que me dice "Estuve esperándote toda la noche" y me regaño a mí mismo por haber estado besando a esa niña tonta teniendo a una mujer en casa, trato de alejarla de mi pensamiento y continuo en la pequeña batalla que me he metido con bárbara de caricias aunque me aturde solo un poco el hecho de no sentirme igual, de aun sentir el cosquilleo de esa chiquilla en mis labios, beso con más fuerza a Bárbara y comienzo a desnudarla ayudando también a estarlo yo por completo y comienzo a consumar el acto entrando en su cuerpo con una embestida fuerte que la hace gemir fuerte e inmediatamente pienso... ¿Cómo serán sus gemidos? Deben ser suaves... Deben ser angelicales, y sin darme cuenta entre aquellas embestidas al cuerpo de esa mujer que me mira solo a mí me arrastro hasta la imagen de esa pequeña adolescente pidiéndome más y con esto logro alcanzar el clímax gritando lo primero que mi mente pesca- Julie-digo con la voz temblorosa y entonces abro los ojos asustado de mí mismo y sorprendido casi tanto como Bárbara que ha dejado de gemir y me mira con algo de furia, y si no soy malo descifrándola con el dolor comenzando a crecer y quemar en su pecho.... Esta niña va a arruinar mi vida, tengo que asesinarla.


Serendipia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora