Proteger y Amar (Levi X Reader) [ Levi Y Tú ]

13. Muerte

[Narra ___]

•Todo, hasta donde yo sé, iba bien. Era tiempo para relajarse ya que no teníamos otra expedición en mente. Hoy en la mañana había recibido otra carta algo inquietante de mi hermano, él decía que se sentía bien en la ciudad central, pero tenía un presentimiento, como si alguien le estuviese observando todo este tiempo.

Tuve que calmarle diciéndole que solo estaba teniendo una profunda paranoia, pero aunque fuesen ideas delirantes, no dejaría de estar al tanto de la situación.

En cuanto a Levi, el desgraciado ya no me habla desde el abrazo de ayer, sabía que algo no andaba bien con él, debí imaginármelo desde un principio. •

—¡Hey, hey, hey! ¿A dónde crees que vas mocosa? —me gritó Hanji.

—Voy a buscar al enano, ¿algún problema?

—Tienes algo en la cara... y al parecer son problemas.

—No, estoy bien, te lo juro.

—En serio, tiene una mosca en la cara. Tal vez las moscas ahuyenten a los titanes. Imagínatelo, quizá es la nueva era de las...

—¡Hanji! No me hagas perder el tiempo con tus estupideces de titanes.

—Lo siento, al parecer si estas enojada.

—Dime, ¿dónde está Levi? ¡Rápido!

—No lo sé, tal vez esta con Erwin. Realmente no sé nada.

—Esta bien, nos vemos luego.

—Oye, si tienes algún problema, sabes que puedes confiar en mí.

• Supongo que me comporte muy grosera con Hanji, pero en realidad este día amanecí muy confundida.

Salí fuera del castillo y el cielo estaba muy nublado, pereciera como si fuese a llover mares y mares de agua, literalmente. Me devolví adentro y lo vi, vi a Levi recargando la cabeza contra la puerta de su habitación. Parecía muy angustiado, era la primera vez que lo veía con otra cara.

Me acerque y toque su hombro lentamente, el solo se sobresaltó del susto. •

[Narra Levi]

• No puede ser, ___. Ahora como la voy a mirar a los ojos. •

—Hola, ¿Estas bien? —dijo ella.

—Hola, que gusto verte de nuevo.

—¿No vas a entrar a tu habitación?

—Sí, adelante.

—Dime, ¿te encuentras bien?

—Sí.

—¿Qué es esa carta?

—¡No! No es nada.

—¿Me estas ocultando algo?

• Si, estoy ocultándote muchas cosas, decía mi rígida cabeza. Realmente, me estaba conteniendo a no mostrarle esta carta a ___, porque si no iba a llorar demasiado, no solo ella, sino yo también. Yo sabía que decir mentiras no era bueno, porque la verdad siempre salía a la luz tarde o temprano y de una manera muy cruel. No sabía qué hacer, cuando de repente entro Erwin y solo miro a ___ con un rostro apagado. •

—Oh, ___. Lo siento tanto —replicó Erwin.

—¿Qué? ¿Qué está pasando? —preguntó ella muy confundida.

—Levi, ¿no le has dicho?

—¡Decirme qué! ¡¿Qué es lo que me están ocultando?!

[Narra ___]

• ¿Qué es lo que le pasa al maldito mundo hoy día? Porque me esconden las verdades hablando con simples mentiras.

Maldita sea, tomé la carta que tenía Levi entre sus manos y comencé a leer.

No podía creer lo que decía cada maldita palabra.

"Muere miembro de la Policía Militar.

Esta mañana fue hallado el cuerpo que al parecer era de un miembro de la Policía Militar.

Según testigos, la victima de no más de quince años al parecer fue identificado como Carlos Lenz, uno de los cadetes militares que pertenecía a la Policía Militar.

El cadáver fue encontrado en la habitación junto con una carta escrita, que al parecer iba a ser enviada a uno de sus familiares que pertenece a la Legión de Reconocimiento.

El rey da sus debidas condolencias, y mandó a los cadetes especializados a investigar lo que al parecer fue un asesinato. " •

—___ lo siento, en serio te lo iba a decir.

• Este fue, el momento donde mi vida paso delante de mis ojos, como si ya no valiese nada.

Todos mis sueños y anhelos, se borraron inmediatamente. Muchas preguntas en mi cabeza, ninguna respuesta. Mi hermano no tenía que haber pagado mis horrendos actos.

En mi pálido rostro, no había lágrimas. Solo sentí unos fríos brazos alrededor de mí, pero ya no podía reconocer de quien eran.

Esto no se iba a quedar así, sabía perfectamente quien había asesinado a mi hermano, y juro por todo en el mundo, absolutamente todo, que iba a hacer pagar cada acto cruel a esa persona. Ya nada iba a ser igual, y no me importaba si le quitaba la vida a alguien yo misma, no me importaba si me encerraban en el calabozo y si descubrían mi secreto. No me importaba si en mi juicio me trataban como trataron a Eren. Ya nada importaba, ni siquiera mi vida. •