1. Amenaza (2da Temporada)

6.3K 454 211
                                    

Capítulo 1: Amenaza

[ Narra ____ ]

Ha pasado mucho tiempo, lo recuerdo perfectamente.

Ahora soy mayor, entiendo mucho mejor que antes y he madurado aún más.

Tan solo bastan tres años para comprender mejor.

Desde aquel día, ya no supe nada de ellos, privaron mi libertad. Ya no podía contemplar la luz del sol; no podía escuchar los pájaros. Estaba encerrada en mi propia muralla de rencor.

He esperado tanto para este día. Por fin saldré, veré el mundo otra vez.

Tengo que admitir, que extrañaré estar aquí. He conocido nuevas personas, a los que podría llamar, amigos.

Heinz, Alois e Ilse, por solo nombrar a los que quiero demasiado.

Cumplen una condena muy larga, incluso, más que la mía.

Dentro de cuatro horas, si no es más, estaré viendo nuevamente el resplandor.

Ahora más que nunca, debo concentrarme en cómo voy a actuar durante mi segundo juicio.

Ahora mismo estoy en el comedor de la cárcel junto a mis amigos.

―¿Qué pasa ____? ―me preguntó Ilse―, te veo muy cabizbaja este día.

―¿Acaso no estas alegre de que hoy sales de esta maldita madriguera para humanos? ―agregó Heinz.

―Estoy bien, un poco afligida y me siento culpable. Pienso que, estaré traicionándolos al salir de aquí ―les dije honestamente.

―¡Por supuesto que no! ―exclamó Ilse.

―No deberías preocuparte por eso. Mejor preocúpate de que te vuelvan a integrar a la Legión, no has dejado de pensar en eso ―comentó Alois.

―¡____ Lenz! ―De repente, apareció un militar gritando mi nombre.

Me levanté de mi silla y me dirigí lentamente hacia ese hombre. Luego, otro soldado colocó unas esposas en mis muñecas.

Me llevaron hasta la sala de juicios. Para mí era extraño, se suponía que esto pasaría dentro de dos horas.

Entonces, apareció el juez. Me sentaron al frente, había gente desconocida.

―Por decreto de la ley, se trae a la acusada hasta la sala de juicio, para verificar su estado actual ―habló el juez.

"¿Acusada? Ahora que demonios hice" pensé.

―Diga su nombre y el motivo por el que está aquí ―ordenó un sujeto desconocido.

―Soy ____ Lenz, estoy aquí porque, me acusaron de traición a la humanidad ―recalqué.

Todas las personas en la sala me miraban sorprendidos y como una escoria, como diría Levi.

Hablando del enano, aprendí a ser como él. Seria y de carácter. Me he ganado el respeto de muchas personas.

El juez volvió a hablar, sacándome de mis pensamientos.

―La ley concebida hace tres años, remarcaba que este preciso día, usted fuese puesta en libertad ―explicó―. ¿Quisiera decir algo antes de que continúe? La acusada tiene derecho a hablar.

―Entiendo perfectamente la situación ―comencé a hablar―, mas sin embargo, este es el día en que tengo que salir al mundo exterior. Entiendo que las personas no puedan mirarme bien pero, soy humana como todos ustedes. ¿Hay algún problema conmigo?

―Debido a las excesivas quejas por parte de los ciudadanos, hemos decidido que usted permanecerá encerrada durante diez años más. La gente la considera, una amenaza.

―Esto es injusto ―señalé molesta―. Mi deber aún no ha acabado. Esas personas están quejándose por algo que les puede ayudar. No soy una amenaza, juré por mi vida entera que nunca pondría las manos a un ser inocente que no me haya hecho daño. Nuestro futuro peligra, alguien debe hacer algo. Cien soldados no bastaran contra la inmensa fuerza de esas bestias a las que nombramos, titanes.

―No hay nada que se pueda hacer, el pueblo decide. Se ha terminado.

Dicho eso, volvieron a enviarme a mi celda. No puedo creer, estaba tan confiada.

Al día siguiente, salí al patio. Ahí estaban mis amigos.

―¡¿____!? ―me miró Ilse sorprendida―, ¿por qué no has salido aun?

―Aumentaron mis años, estaré encerrada por más tiempo ―expliqué.

―¿Qué demonios? ―dijo Heinz―, es una injusticia, tu deber aquí en la cárcel ha terminado. ____ estas hecha para luchar allá afuera, no puedo creer que los malditos ciudadanos estén aborreciendo el arma que tal vez pueda cambiar a la humanidad.

―Lo sé, no me puedo quedar de brazos cruzados, pensando que quizá dentro de diez años, todo el mundo esté completamente exterminado ―repliqué.

―¿Saben que chicos? ―habló Alois―, no pienso quedarme encerrado es esta maldita pocilga por toda mi vida. Debemos escapar de aquí. Si están de acuerdo conmigo, díganlo.

¿Escapar? Si nos descubren nos darán una condena aun peor por infringir las leyes. Todos nos quedamos pensativos y en silencio, hasta que Heinz fue el primero en dar un gran paso.

―Estoy de acuerdo ―expresó Heinz―, escapemos de este lugar.

―Yo igual ―mencionó Ilse―. No abandonaré a mis amigos.

―Bien, entonces, hay que hacerlo ―enuncié.

Proteger y Amar (Levi X Reader) [ Levi Y Tú ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora