Capítulo Once

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MARATÓN 2/3

Alice me había comprado un hermoso vestido, no era muy fan de ellos pero debía admitir que este vestido era realmente hermoso, rojo y sin magas, me encantaba el color y era no tan revelador. Estaba en casa, después de que Jeremy me trajo al trabajo mi jefe que me dio permiso de trabajar medio día. Había tomado un relajante baño caliente y burbujeante, velas aromáticas, el aroma a vainilla inundo mi baño y así pude relajarme pude jurar que me quede dormida unos instantes, con tanto ajetreo en el día ya estaba relajada para rodearme de vampiros ¿Serán buenos? Temía a la idea de que fueran asesinos como Max...el solo pensar en su nombre me herizo la piel, tenia semanas que no sabia de él y la chica misteriosa ahora que estaba relajada le permiso a mi cerebro de pensar en lo que me asusta, la ansiedad llegaba a mi y cuando eso sucede pasa algo malo, el baño relajante ya no parecía tan relajante, salí de la bañera y me enrolle en una toalla, apague las velas, al salir de mi baño Alec estaba sentado en la orilla de mi cama, no pude evitar gritar y soltar por unos segundos la toalla que era la única que evitaba que alguien como él me viera desnuda, cuando note lo que había pasado, juro que casi me sentí un vampiro por lo veloz que recogí la toalla y volví a taparme.
-Que agradable recibimiento bella Elena- dice sonriendo divertido, pero tiene esa mirada excitada que siempre tiene cuando me lo encuentro.
-¿Que rayos haces aquí? ¿Como entraste?- pregunto algo molesta y aprieto mas la toalla a mi cuerpo, ya era bastante vergüenza que me hubiera visto desnuda, si Jeremy se entera querrá matar a su hermano.
-Alice me envió a recogerte ya que mi hermanito estaba ocupado con las decoraciones- se pone de pie y me pego contra la pared, a el parece divertirle mis acciones cuando esta cerca, parece que la torpeza llega al doble cuando esta cerca. Se acerca a mi tocador y comienza a oler mis perfumes.
-Delicioso y dulce justo como tú- dice inhalando el olor dulzón de mi perfume, parece que lo hace a propósito, el querer avergonzarme y ponerme roja.
-No me dijiste ¿Como entraste?-
-Técnicamente no puedo entrar sin tu invitación pero conozco algunos trucos dulce Elena.- susurra mi nombre y en menos de un un segundo me acorrala contra la pared, trago saliva y aprieto mas la toalla a mi, casi había olvidado que Jeremy por precaución había puesto la casa a nombre de una de mis vecinas, y la había hecho olvidar, seguramente había ido por ella y la obligó a que lo dejara entrar.
-¿No le hiciste daño? ¿Verdad?
Sonríe de manera sensual pero creo que lo hace natural, este hombre, chico, vampiro lo que sea me perturba demasiado. Se aleja y con un movimiento ligero y elegante se sienta sobre mi sofá cerca de la ventana, no lo había observado llevaba un traje azul oscuro con corbata negra se miraba...¿guapo?, aclaro mi garganta y lo miro.
-No la lastime deduje que eso te molestaría- odio que sea tan descarado sabe que es atractivo y se luce frente a mi, tenia esa mirada de deseo, la forma en que me mira, solo le falta lamber sus labios.
-Dedujiste bien...¿Podrías...? ¿Podrías salirte? Debo cambiarme- trato de evitar su mirada por que me intimida, alza las cejas divertido y pasa una mano por su barbilla pensando a repuesta y suelta un gran suspiro.
-Dulce Elena, ¿Que tienes que no haya visto ya?- el solo recordarlo me hacia hervir de vergüenza podía sentir mi cara tan roja como un tomate, se vuelve ha cercar a mi y me toma por a barbilla para que lo mire a los ojos-¿Que pensara mi hermano de eso? El que yo haya visto mas de lo que él en menos tiempo.
-¡Ya basta Alec! No es gracioso- digo ya molesta y como puedo con una mano sostengo la toalla y con la otro lo llevo a empujones a la puerta, el no pone resistencia por que es obvio que si lo hiciera jamas podría moverlo, una vez que lo dejo en el pasillo cierro la puerta en sus narices y pongo llave y por precaución a la ventana igual y cierro las cortinas.
-¿Crees que eso me de tendría de entrar?- me grita del otro lado de la puerta, pongo los ojos en blanco y desuso ignorarlo y aunque deteste que el este aquí me da un poco de tranquilidad saber que no estoy sola.
Había dado un poco de ondas a mi cabello lacio, me maquille, me puse el hermoso vestido junto con los zapatos que Alice me había dejado, tome mi bolso de mano y ya estaba lista, pensé en ponerme un poco de perfume pero sabiendo que podría decirme algo vergonzoso como solía hacerlo, prefirió no usar uno.
Cuando baje las escaleras lo vi sentado sobre el sofá nunca perdía esa postura derecha y elegante, ojeaba uno de mis libros favoritos, en cuanto me vio sonrió y por primera vez lo vi sin esa mirada de deseó, parecía sorprendido y sonriendo desde a dentro y no sensualmente, claro me equivoque poco después volvió a mirarme con deseo.
-Te vez encantadora y hermosa- dice se acerca a mi y me ofrece su brazo, dudosa lo tomo y caminamos así hasta su auto, me abren la puerta y me ayuda entrar.
-Aunque sigo pensando que desnuda te verías a un mejor- me susurra antes de cerrar la puerta, no se porque cree o que Alice lo mando a propósito, llegaba hacer muy molesta cuando quería y sabia que su hermano me intimidaba, no se como soportare todo el trayecto hasta la mansión de los Salvatore.

Peligroso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora