Capítulo 6

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Samuel

-¿Estáis ya? -pregunte cogiendo mis llaves de casa.

-Yo ya estoy -se levantó Víctor del sofá. Llevaba unos vaqueros y una camisa blanca.

-Y yo -dijo Cristian. Este en cambio llevaba unos vaqueros con una camiseta negra de manga corta.

-Yo también -se acercó Alonso. Este en cambio se había arreglado un poco más que los otros. Llevaba unos vaqueros oscuros, que le quedaban ajustados, y una camisa azul marino.

-Vale. Pues vamos -yo llevaba unos vaqueros oscuros, una camiseta blanca de manga corta, que hacia que mis músculos se marcas en, y una cazadora de cuero negra. A las tías les solía gustar el rollo malita, y hoy quería ligar.

Salimos de casa y nos dirigimos al coche. Alonso se sentó en el asiento del conductor, y yo en el del copiloto. Habíamos decidido que esta noche, el que se quedaría sin beber sería él.

-¡Fiesta! -exclamo el tonto de Víctor con los brazos en alto.

********

Dos horas después de estar en la misma discoteca, decidimos ir a otra. En esta en la que estábamos no había buena música, por no haber ni siquiera había chicas guapas. Salimos del local y nos montamos en el coche.

-Ir yendo vosotros, a ver si logro encontrar sitio -nos dijo Alonso. Estaba todo lleno de coches y no se veía ningún aparcamiento libre. Nosotros asentimos, y salimos del coche.

Entramos en la discoteca, que estaba casi llena, y fuimos a la barra a pedir. Esperamos unos minutos a ver si el camarero se dignaba a atendernos. No es que estuviese demasiado ocupado sirviendo bebida a toda esta gente. Lo único que estaba haciendo era intentando ligar con dos chicas.

-Oye, perdona. ¿Nos atiendes? -le dije medio enfadado. El me echo una mirada que no me gusto un pelo,pero vino hacia nosotros.

-¿Samuel? -cuando oí a una de esas chicas llamarme por mi nombre, me dispuse a mirarlas bien. Al ver sus caras, abrí los ojos sorprendido.

-¿Cristina?¿Lorena? -no esperaba encontrármelas allí.

-Hola chicas -dijeron Víctor y Cristian dándoles dos besos.

-Holaaaa -dijo Lorena arrastrando mucho la a. Les di dos besos a las dos también. Me resultó extraño que no pararan de mirarme. ¿Tenía monos en la cara o qué?

-¿Qué hacéis aquí? -Víctor se acercó a Cristina, que era la que parecía menos borracha.

Pues hemossss sssssalido de fieeeeesta, ¿no nos veiiiisss? -Lorena se apoyó en el hombro de Cristian, parecía que de un momento a otro iba a vomitar.

-Ya veo ya. Pero lo que pregunto es que por que estáis saliendo por aquí -dijo Víctor resoplando.

-Ahora vivimos aqui -respondió Cristina sonriéndonos. Mierda.

-¿Habéis venido las dos solas? -pregunto Víctor mirándome.

-No. Ángela vino con nosotras. Pero hace unos minutos que salió fuera y no ha vuelto a entrar. Ya me preocupa, estaba muy borracha. Voy a llamarla -dijo Cristina sacando el móvil y poniéndoselo en la oreja. Se alejó un poco de nosotros.

-Que sorpresa veros por aquí -dijo Cristian.

-Yaaaa. Yo también estoy sorprendida de veros. Pero, ¿como no nos dijisteis que estabais viviendo aquí? -pregunto Lorena que parecía un poco menos borracha que minutos antes. Cuando iba a contestarla, Cristina vino hacia nosotros preocupada.

-Nada. No me lo coge -se empezó a morder el labio nerviosa. Dios.

-Estará sentada esperando a que la cogorza se le pase. Y según estará, no creo que oiga el teléfono. Espera un poco antes de llamarla otra vez -dijo Víctor.

-Vale -guardo el móvil en el bolso. Y el mío empezó a vibrar. Lo saque, y vi que tenía un whatsapp de Alonso.

"He tenido que volver a casa y me he llevado el coche. Os toca ir andando. Lo siento tío. Ya te cuento mañana los detalles"

Vamos que había ligado y nos había dejado tirados. Les enseñe el mensaje a Víctor y a Cristian, y ellos sonrieron pensando lo mismo que yo.

-¿Quieres bailar? -le pregunte a Cristina. Ella me miró pensándolo y al final asintió. Fuimos a la pista y empezamos a movernos al ritmo de la música. Estaban poniendo "Quien dijo amigos" de Carlitos Rossy. Y pensé en lo adecuada que era esa canción.

-Y, ¿qué tal todo? -me pregunto.

-Bueno bien. El primer año de universidad es duro. Pero he sacado buenas notas. ¿Tú? -le pregunte al oído.

-Yo también he sacado buenas notas. No tan buenas como las de Ángela, pero bueno -dijo sonriendo.

-Me alegro. Oye como ligaba el camarero con vosotras. Ni siquiera quería atendernos de lo ocupado que lo teníais.

-Bueno sí, ligando con él dice. Estuvo todo el rato preguntándonos que en donde estaba Ángela. Cuando le dijimos que se había ido fuera, nos pidió su numero y todo. No veas la noche que lleva la tía -solto una carcajada.

-¿Ángela? -pregunte extrañado. No podía imaginar que ligase tanto. A ver la chica era muy maja y todo eso, pero no era guapa y estaba rellenita.

-Sí, Ángela. Ahora esta guapísima. Y se le ha puesto un cuerpazo increíble. Cada vez que salimos a la calle, se los tenemos que quitar de encima a golpes.

-Me gustaría verla. Me ha entrado la curiosidad. Pero bueno, no creo que ella este más guapa que tú -le dije convencidísimo.

-Pues lo está. Hoy todos los chicos que se han acercado a ligar conmigo, al verla a ella se han olvidado completamente de mí. Y a Lorena le ha pasado lo mismo -fruncí el ceño al pensarlo. ¿Tan guapa estaba ahora? Porque Lorena y Cris eran guapísimas.

-Vaya.

-Por cierto, la voy a llamar otra vez, a ver si contesta -dijo volviendo a sacar el móvil del bolso. Unos segundos después empezó a hablar con alguien. Cuando colgó la llamada, me miró con el ceño fruncido.

-¿Qué te ha dicho? -le pregunte al ver su cara extrañada.

-Pues se ha puesto un chico. Y me ha dicho que había ido con él a su casa -dijo mirando al móvil con frustración.

-Joder con la Ángela -sonreí y sacudí la cabeza divertido.

-Me parece raro que se haya ido con un tío.

-Creo que ya es mayorcita para saber lo que hace y lo que deja de hacer.

-Tienes razón.

-Oye, una cosa. Respecto a lo de los tíos que venían a ligar contigo, y luego se iban a intentarlo con ella cuando la veían.

-¿Qué pasa? -me pregunto entrecerrando los ojos. Me fui acercando más y más a ella, reduciendo la poca distancia que había entre nosotros.

-Que yo me quedaría contigo -le dije al oído. Y la besé, la besé como nunca había besado a nadie.

Tocado Y Hundido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora