Mensajes directos

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En la primera semana de clase tras las vacaciones no lo vi ni una vez, ni cuando me tocaba llevar algo que me pedía algún profesor, ni durante el tiempo de descanso. Era como si hubiera desaparecido de las faz de la tierra y yo no pensaba ir a su clase solo para constatar que su existencia era cierta y no producto de mi imaginación. Últimamente me juntaba más con su hermana, igual era eso lo que no le gustaba. Poco sentido tenía darle vueltas al asunto.
-¿Qué pasa, Ashley? Te noto rara últimamente. ¿Aún le dura el enfado a tus padres?
-No, no, que va. Me levantaron el castigo a los tres días, simplemente echo en falta algo, no es nada.- esbocé una sonrisa que supo enmascarar mi sentimientos y luego mentí.- Voy a buscar un cuaderno que se me quedó en el patio.
En realidad quería pasar delante de la clase de Owen, quería ver si lograba verle, si nuestras miradas al menos se cruzaban un instante. No sabía por qué necesitaba verlo, quizás porque me fui sin avisar de su casa.
Estaba a punto de llegar al lado de su clase cuando alguien tiró de mí hacia la clase de plástica que se encontraba abierta.
-¡Suéltame!- dije en alto antes de girarme y ver de quien se trataba.- Owen...creía que me estabas evitando.
-Y lo estaba, te vas de la fiesta sin decir ni adiós, no dejas que intercambiemos números, no se te ocurre ir a mi casa con alguna excusa...
-¿Por qué no me buscaste tú?
-Yo no sé donde vives, no he ido nunca a tu casa. Sino lo habría hecho.
-De verás.- dije enrojeciendo.- ¿Te gusto o algo?
-No seas tan creída.- fue su respuesta antes de besarme en los labios.- Simplemente me quedé con ganas.
-Habían más chicas en la fiesta, ¿sabes?
-Pero ninguna eras tú.
Esta vez le di el beso yo, fue solo un pico, pero él se puso nervioso.
-No hagas cosas sin previo aviso. Me dejas sin saber reaccionar.
-Tú tampoco me has dejado reaccionar cuando te has abalanzado sobre mí.
Enarcó una ceja y luego sonrió de una forma que hizo palpitar mi corazón más rápido antes de decir a mi oído:
-En eso tienes razón. ¿Qué tal si esta vez tomas la iniciativa tú?
-No, es decir, no ahora. Hay que ir a clase.
-Di que te encuentras indispuesta. Hazlo por mí.- sus manos jugueteaban distraídamente con un mechón de mi pelo antes de besarme en la sien.- Solo un ratito.
No me dejó responder, su boca fue directa a mi cuello y me mordió suavemente tras apartarme el pelo, pegando su cuerpo al mío. Yo solté un suspiro y él en ese instante deslizó su mano por mi espalda, debajo de la camisa. El tacto de sus manos hacía que me sintiera acalorada, con el rostro ardiendo, y sin embargo, era solo la sensación, pues mis manos seguían frías. Lo supe cuando apoyé mi mano sobre su cuello, no me di cuenta de que lo hice, pero sentí que se estremecía y la retiré.
-No la quites...- me besó en los labios de forma efímera.- Es agradable que tú también me toques.
-Haces que suene mal.- dije antes de colocar de nuevo la mano.
-Eres tan inocente... Cuando yo quiera que algo suene mal, lo notarás.- la mano que reposaba en mi espalda subió a mi sujetador, buscando el cierre.
-Lo siento por ti, es de cierre delantero.- le dije con retintín.
-Soy yo quien siente que creas que eso me va a detener.- respondió mientras su mano se deslizaba por mi pecho por encima de la ropa.
-N-no hagas e...
Antes de que pudiera acabar la frase sonó un portazo que nos hizo dar un brinco del susto. Por un momento creímos que nos habían encerrado pero fue la puerta de otra clase. Su mano seguía apoyada en mi pecho.
-¿Estás cómodo ahí apoyado?- pregunté esperando que captase la indirecta, tratando de controlar el rubor.
-Es un poco plano, pero se puede decir que estoy cómodo, sí.
-Odioso.- le insulté apartando su mano.
-No te enfades, gatita. Era una broma.
-¿Me dices gatita porque has olvidado mi nombre?
-Claro que no, pero prefiero usar Ashley en otras ocasiones futuras, más íntimas.- dijo alejándose.- Hablo de una cama doble por si no lo has pillado.
-Lo había pillado, no soy imbécil.
-No te trataba de imbécil sino de ingenua. Vamos a clase, te acompañaré a la tuya, dudo que alguien piense mal porque estemos juntos. Ah. Toma mi teléfono.
Me dictó el número para que lo guardara en mis contactos y me obligó a mandarle un mensaje para guardarme por si no le hablaba.
-Desconfiado.
-Siempre lo he sido. Te dejo aquí, ¿vale?
Me revolvió el pelo cuando estábamos a unos pasos de mi clase y luego volví adentro con una fantástica interpretación de enferma.
Por suerte siempre había sido una persona que no solía fingir sentirse mal e hizo que me creyeran.
Olivia y Pamela no se lo creyeron, ellas me conocían demasiado bien y cuando acabaron las clases se acercaron a mí.
-¿Qué pasó realmente?- preguntó Olivia con curiosidad.
-Nada, simplemente me sentía mal. Sólo eso.
-Ya, y nosotras nos lo creemos. Queremos saberlo, así que ya te acosaremos por whatsapp.
Se despidieron de mí y se marcharon, yo tardé un poco más en salir del aula. Guardé mis cosas en la mochila antes de salir, nos topamos a la salida y algo hizo que nos ignoráramos mutuamente. Volví a casa sin volver a mirar atrás para cerciorarme de que seguía allí. Fue cuando estaba a punto de llegar a casa que me llegó un SMS, me extrañaba que aún alguien me mandara uno en vez del whatsapp. Lo abrí y vi que era de Owen:
"Hasta mañana, gatita"
Supe que se refería a la despedida que no hicimos en la salida.
"Hasta mañana, Mister Serio"
Creo que no esperaba que me fuera a contestar porque di un brinco al oír que el móvil volvía a sonar.
"¿Quieres quedar mañana conmigo? Mis padres y mi hermana se van el fin de semana a la casa de la playa así que solo estaríamos nosotros dos"
Era demasiado obvio lo que me proponía y aunque me gustaba estar con él ir tan rápido no me agradaba. No supe que responder y tardé bastante en decirle, tanto que me mandó otro mensaje.
"No haré nada que no quieras, simplemente quédate conmigo"
Acepté su oferta al final, pero le dije que si iba me llevaría la tarea, más que nada porque estaba hasta arriba de trabajos, no se opuso, de hecho dijo que me ayudaría.
Pese a que prometió no hacer nada que yo no quisiera seguía nerviosa por estar a solas con un chico, y hubiera sido mejor sino hubiera mandado un mensaje final que ponía.
"Y di a tus padres que vas a pasar la noche fuera. Di que te quedas con alguna amiga"

Sexo PlatónicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora