Abandono de soledad

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Salí de la escuela, ya estaba atardeciendo y no podía dejar de pensar si lo que había dicho ese tal Fredeck era cierto. Pues es muy extraño que un tipo tan "imperativo" como él quisiera hablar con una persona cómo yo, pero bueno sea verdad o no, iba a ir, de todos modos ese lugar es mi escondite.

Al día siguiente llegue una hora antes a la escuela, fui sin pensar en lo que Fredeck me había dicho o al menos eso trataba, <<aunque el no venga, aprovecharé para estrenar mi nueva pipa>> pensaba mientras pasaba por el parque. Al llegar a mi escondite o al "bosque", me senté cerca de un pequeño árbol, saqué mi cosas para poder fumar y el libro que estaba leyendo el título del libro era "La Leona  Blanca"  de un autor sueco.
Cuando comencé a despurgar mi yerba escuché que alguien corría hacia a mí, en ese momento pensé que era alguien de la escuela, y que me había cacheado, asustado, rápidamente guardaba mi mota .

-¡ahí estás!- una voz agitada dijo detrás mío

Con la pipa en la mano, que no pude guardar, mire hacia atrás y voltee hacia arriba, mi corazón latía rápidamente pues pensaba que era mi fin, cuando me di cuenta solo se trataba de Fredeck.

-eras sólo tú- dije mientras sacaba un suspiro.

La cara sonriente de Fredeck cambio a una sorpresiva que al instante regreso a sus sonrisa pero está vez con una risa burlona.
-¡¿quién creías que era?! ¿Un profesor?, jaja no te preocupes, a mí también me ha pasado-  dijo mientras reía.
Se sentó en frente de mi; yo estaba algo serio por lo que me había dicho y por el susto que me hizo pasar pero, mi expresión se relajó cuando pude observar que estaba algo agitado y su cara está algo sudorosa.

-¡qué cansancio!- exclamó -Perdón por llegar tarde- dijo decepcionado de sí mismo.
-¿tarde?-dije confundido, mire mi reloj  y solo había llegado unos cinco minutos tarde de lo acordado. <<¡en serio por cinco minutos ya te disculpas por llegar tarde! Bueno tal vez sea una persona muy puntual>> pensé.
Mientras el bebía toscamente la botella de agua que traía, fijo su mirada en mí mano y rápidamente quito la botella de su mano, con la voz en alto y casi escupiendo el agua dijo:

-¡¿puedo ver tu pipa?!-

Asustado mire mi mano para después dársela a él.
-¡Genial! ¿Dónde la compraste?-decía mientras la alzaba hacia la luz del sol para poder contemplarla.

-En un bazar donde vendían artesanías y cosas de ese estilo, no estaba tan cara- dije algo tímido.

-¡En serio! Deberías llevarme a ese lugar algún día jaja-decía mientras reía.

Al oír sus risas realmente no sabia si estaba hablando en serio o no, lo cual me hacía difícil saber que  responderle.

-y por cierto ¿por qué quieras que nos viéramos?- fue lo primero que se me había ocurrido decir aunque al terminar de hablar, me sentí un poco arrepentido de haberle preguntado eso.

Al escuchar eso, lentamente bajo la pipa hasta llegar a su piernas, al mismo tiempo su cara que parecía tener una expresión seria, después de esa pausa dramática, alzó un poco la cabeza y con una mirada fría me miró fijamente, al ver eso un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, realmente tenía miedo de lo que iba a pasar, había recordado del por qué no socializaba con la gente.

Miedo a la luz  |BL| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora