10. Accidente en el baño (Sin edición)

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En la noche oscura de París sucedió algo realmente misterioso. Una luz encandiló el callejón que daba hacia el museo del Louvre. Luego de que aquel suceso pasara, salió una chica arreglandose su vestido y su cabello.

-Bien, Plagg. Es mejor que vayamos en busca de "nuestra" casa-

-Meow~ opino que deberías darme un poco de queso-

La rubia le miro mal y él tan sólo resoplo, era una muchacha con un carácter un cuanto difícil de tratar.

-Bien, bien, vamos a tu casa. Ahora veremos como entraras, si acá eres una completa desconocida- le recordó, la chica tan sólo se golpeo con la frente con su palma. Se le había escapado aquel pequeño detalle.

-Ja, pero tenemos un aliado- dijo orgullosa de su ingenio.

-¿A sí? ¿Quién es?-

-El maestro Fu, vamos Plagg, que hace mucho frío-

-¿Quién te manda venir con un simple vestido?-

-Calla-

Y así, bajo la luz de luna y unos cuantos reclamos de queso, se acompañaron hasta la casa de aquel guardián.

Marinette se encontraba en la ducha, su corazón le decía que algo interesante estaba por ocurrir, al igual que Marino, ambos presentían algo. La chica miro el techo, el cual se perdía con el vapor del agua tibia.

-Tikki... ¿crees que la misión de Marino sea peligrosa?-

-No lo creo... no tanto-

-Mmm... me pregunto... ¿Qué hare cuando Marino se vaya? ya me acostumbre a su presencia-

-Seguramente volver a ser la acosadora personal de Adrien- aquel muchacho de mirada hipnotizante  y cabellos dorados, no se había acordado de él, aún sentía un poco de coraje del como la había tratado, en lo más profundo de su corazón le dolía, pero no podía hacer nada. Ya había pasado. Si seguía pensando en él, de seguro caería en la locura.

-Lo siento- la chica no había reparado en que la puerta del baño había sido abierta. El chico de cabello azabache se encontraba rojo como tomate. Marinette abrió sus ojos lo más que podía y rápidamente con sus brazos se cubrió su cuerpo.

-¡Marino, sal ahora!-

El chico subió como zombie a la habitación de la joven, con un dolor en la cabeza. Marinette le había lanzado el jabón entre otras cosas.

-Marino, te está sangrando la nariz- le dijo su kwami.

-Joder, no sabía que Marinette era tan...-

-Cállate pervertido-

-Lo siento Tikki, que yo soy hombre-

-Y un caballero-

-Eso también, mejor... haré la tarea, quiero dormir un poco-.

A la mañana siguiente, las actitudes de los azabaches era de lo más divertida, cada vez que cruzaban miradas se sonrojaban, bueno más Marino que Marinette y eso lo noto Adrien, el cual no le gustaba para nada aquel ambiente, pero debía calmarse, porque sólo se estaba preocupando por su amiga ¿no?

-Oye ¿Qué paso entre ustedes?- susurro Alya, pero con la intención de que el rubio escuchará y si que lo hizo.

-Nada importante... tan sólo un accidente en el baño-.

Adrien después de escuchar eso, se imagino las mil y una situaciones que podrían suceder en el baño, y cada una era peor a la anterior. La miro de reojo, no podría ser, ¿o sí? ese accidente no le sonaba para nada lindo y puro. Vio como Alya le miraba interrogante con una mirada picara, cosa que logro poner aun más nerviosa a Marinette.

-Espero que no haya visto nada- dijo en un suspiro.

-Pues como se ha comportado... no creo que tan sólo te haya visto los ojos-

-¡Alya!-

-Pero si es la verdad-.

El rubio se enojo y estaba muy celoso, tal cómo lo sospechaba, la había visto desnuda.

-Maldito-.

Sin embargo, no muy lejos de allá el nuevo akuma hacía su presencia.

Parallèle [MLB] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora