capitulo 4:

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Un nuevo día comenzaba, y tal como John lo había mencionado, Sherlock se había levantado al ver los primeros rayos de luz entrar por la ventana. Ya tenía en mente quién sería a la primera que invitaría a tener una cita, pero no podía abandonar el apartamento sin antes desayunar algo. Los últimos dos días se las había arreglado para que los demás no notasen que no había probado bocado alguno en todo el día.

- ¡¿Sra. Hudson, le importaría prepararme un poco de té?! – Dijo desde la puerta que conectaba la cocina con la escalera.

- ¡No soy tu sirvienta, Sherlock!

Sherlock sonrió y se metió al cuarto de baño para darse una ducha y posteriormente vestirse para ir hasta dónde su primera cita se encontraba.

- Te traje un par de galletas que acabo de hornear, cariño. – Dijo la Sra. Hudson sirviendo el té y dejando un par de galletas sobre el plato.

- Creí que había dicho que no era mi sirvienta. – Dijo saliendo de su habitación y colocándose su bufanda.

- No lo soy, pero tampoco puedo dejar que te quedes un día más sin comer algo.

- Le agradezco eso. – Dijo tomando la taza y bebiendo el té como si de agua se tratase. – Las galletas tendrán que ser para otro día.

- Oh, nunca rechazas mis galletas. – Dijo un tanto desanimada.

- Y hoy tampoco lo haría si no tuviera que salir lo antes posible. – Dijo abrazándola y despidiéndose de ella con un beso en la mejilla.

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El cadáver desnudo de una mujer yacía sobre una de las planchas en la morgue, a juzgar por las pocas distintivas facciones en su rostro, se podía asegurar de que se trataba de una mujer joven que contaba con entre 24 y 27 años. La pobre había sufrido a manos de algún despiadado ser con el que por desgracia se había topado.

- El cadáver ha comenzado con la etapa de descomposición, la herida en la yugular fue hecha por un arma blanca, la misma con la que se hicieron los cortes en las muñecas recibidos al tratar de defenderse. – Dijo a la pequeña grabadora que sostenía en su mano. - La hinchazón de parpados y labios indica que falleció por lo menos hace 4 días.­

- Yo diría que 6.

El seco golpe producido por la grabadora al chocar contra el piso inundó el laboratorio. Sherlock y su costumbre de iniciar conversaciones con un susto por parte de sus compañeros.

- ¡¿S-sherlock, qué haces aquí?! – Preguntó tratando de que su corazón retomase el ritmo de siempre.

- Buenos días, Molly. – Dijo sonriente. – He venido a verte.

Molly lo miró extrañada. Sherlock no iba a la morgue a menos que tuviesen en mente un nuevo experimento que aplicar en los cadáveres o investigar el cuerpo de quien estuviese involucrado en algunos de sus casos.


- Es la primera que ha llegado desde ayer.

- ¿Disculpa? – Preguntó completamente confundido.

- El cadáver. – Replicó. – Lo trajeron hace un par de horas.

- No vine por eso. - Dijo subiendo el zipper de la bolsa y cubriendo el rostro de la desafortunada mujer. – Quería saber si te gust—

LET'S HAVE DINNERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora