Identities (Superman)

8. Muerte

Mis ojos están vendandos, no se ha oído ningún ruido desde que desperté excepto alguna que otra explosión lejana, no puedo liberar mis manos de sus ataduras y estoy comenzando a hiperventilarme, sé que estoy afuera pues siento el aire helado pegar contra mi piel, no quiero imaginar ningún escenario o perderé la cordura.

Las ataduras no ceden, no puedo resbalar mi mano por ningún lado y no hay nudo alguno que pueda intentar deshacer, siento un líquido caliente resbalar por mi mano, sé que estoy forzando demasiado a sacarla pero es supervivencia y si nadie ha venido es buena señal ¿no?

Suspiro agotada y buscando otras formas de escapar cuando de pronto oigo una risa, esa risa no contiene ninguna emoción pero me estremece 

-pobre chica, cree que puede liberarse, solo eres una inútil reportera- me dan ganas de bufar y responder algo sarcástico pero en su lugar guardo silencio -¡cada vez que veo las noticias las reporteras no paran de hablar! ¿Por qué no hablas?- ¿acaso cree que las reporteras de televisión y de periódico hacemos lo mismo? -¡habla!-creo que si hubiese tenido los ojos abiertos, el dolor no hubiera sido tan explícito, mi costado ardió con fuerza haciéndome hablar

-eres un ignorante

-¿porque?- dijo tomando su cara con sus manos llenas de una sustancia pegajosa en ellas

-supongo que en primaria a todos les enseñan la diferencia de reportera de televisión y periodista- oí un gruñido seguido de otro golpe en la espalda que saco el aire de mis pulmones

- ¡pero si me enseñaron que era teatro! el show está por comenzar- me quita la venda de los ojos.

Inhalo profundamente y recojo mis piernas hacia mi pegándome más al poste que estoy amarrada. Puedo alcanzar a ver toda la ciudad desde aquí, mi corazón casi sale de mi pecho y miro hacia arriba tratando de calmarme.

-ya no eres tan valiente o ¿si? Es patético como tratas de salvar tu vida cuando no hay esperanza- aprieto las manos en puños mirándolo a los ojos

-¿haz visto tu aspecto últimamente?- el hombre se agacha hasta mi altura mostrando sus dientes amarillos y la piel llena de cicatrices

-jovencita reportera, si yo estuviera en tu lugar mantendría la boca cerrada si quisiera mantener mi corazón latiendo- su voz erizo mi piel, mire una vez más abajo sintiendo ese terrible vértigo, el mundo daba mil vueltas y sentía el sudor frío en mi frente. El tipo dio media vuelta y comenzó a caminar en dirección opuesta. Mire al cielo tratando de calmarme -casi lo olvido, no hay nada que puedas hacer para salvarte, daremos un anuncio sobre mi, y ¡que mejor forma que aventar de un edificio a la reportera más famosa! Piensa en tu discurso de despedida, tienes hasta las 10 para ello- alejó riendo como si fuese el mejor chiste, de nuevo estaba mal con lo de reportera.

¿Cómo puedo pensar en eso cuando estoy a punto de que me avienten de un edificio?

Centre mi vista en el cielo tratando de tranquilizarme, tenía que salir de aquí y rápido, nadie iba a venir a salvarme, yo soy la responsable de si vivo o muero. Mire hacia mis costados buscando un lugar donde esconderme pero pudiera tener fácil acceso a la puerta para escapar, solo había una sola puerta, era la típica caja cuadrada que tenían las azoteas. Jale con fuerza mis manos hacia mi, la sangre estaba haciendo que resbalaran mis manos.

Había un reloj arriba de la puerta, faltaban 5 minutos para mi muerte. Me levante como pude y deje caer mi peso. Varios gritos salieron por más que trate de callarlos. Al cabo de 3 minutos caí de frente, mis manos estaban destrozadas, no le di más importancia y corrí hacia la puerta.
Espere en frente de esta confiando en dar un efecto sorpresa, oía las pesadas pisadas subiendo por las escaleras. Me prepare mentalmente.