Uff, por fin nuevo capítulo, muchas gracias por la espera, gracias por la paciencia, votos y comentarios.
Los dejo con la canción de Alejandro Sanz interpretada por Malu "Aprendiz", al final del cap entenderán por qué. Ahora a leer...
Qué idiota fui, grrrr, pero qué se cree este estúpido esto no se iba a quedar así, no señor, ya encontraría la forma de vengarme.
Como una dama arreglé mi vestido y caminé nuevamente hasta mi casa, en mi vida nadie me había humillado así ¡nadie! Y ese cavernícola con cara de niño bueno, viene a decirme cómo actuar, me tortura, me besa y luego se va… ¡no, no y no! No lo quiero ¡lo odio!
Con una rabia que se podía sentir a varios kilómetros a la redonda entré a mi casa, mi mamá estaba en la cocina junto a Javier que la abrazaba por la espalda mientras ella lavaba los platos que se utilizaron en la cena, ¡justo lo que me faltaba, una escena de enamorados! Con la velocidad del rayo subí los escalones que me separaban de mi habitación sin prestar atención a lo que me preguntaba mi madre.
¿Por qué, por qué, por qué? No lo entiendo, no soy fea, no soy tonta… eso debe ser, tengo que ser muy idiota y estúpida para haberme fijado en ese tonto de Andrés. Ups, dije fijado, si lo dije, pero no en el sentido que piensan, realmente no me gusta ese tipo, lo que pasa es que… realmente no sé lo que me pasa, esa es la verdad. Me deja sin argumentos, a mí nadie me deja callada y con él no tengo palabras para responderle. Y eso me enoja ¡mucho!
Con las ganas de destruir todo lo que estaba en mi habitación me acosté, pero era inútil, no podía dormir.
Intenté leer mi libro favorito, ese que siempre me relajaba, pero no había caso, no podía… sencillamente el sueño había abandonado mi cuerpo y no conseguía hacer otra cosa que pensar en ese estúpido de Andrés, no porque me gustara, es sólo que… ¡lo odio!… definitivamente es eso ¡lo odio!
Me daba vueltas en la cama intentando quedarme dormida cuando escuché unos ruidos raros, me senté en la cama tratando de identificar ese sonido y me di cuenta de que eran pequeñas piedras que alguien estaba lanzando hacia mi ventana, me acerqué con cautela y me asomé…desde abajo una cara sonriente me saludó.
-¡Niña! – dijo tratando de no hacer ruido – baja, necesito decirte algo.
-¿Así?, no pienso bajar
-Baja… te conviene si no quieres que siga tirando piedras toda la noche –dijo con esa sonrisa de autosuficiencia.
Cerré la ventana de un golpe, qué se cree, que apenas me llama yo voy a salir corriendo, ¡no señor, eso no es así!, pero debo reconocer que me moría de ganas de bajar y cantarle unas cuantas verdades en la cara y como el hombre es insistente, siguió lanzando piedras a mi ventana.
Así que estamos con eso… bueno, si voy a bajar no lo haré así no más. Busqué entre mi ropa el pantalón más corto y ajustado que tenía y una camiseta blanca, sin mangas que me hacía ver de lo mejor. Y vestida con esa ropa bajé las escaleras lo más callada posible, cuidando de no hacer ningún ruido, abrí la puerta de salida a la calle y la junté para poder entrar después.
Saben… no sé lo que me pasó, pero cuando vi a ese bruto en frente de mi olvidé lo que tenía en mente y ya no supe qué decir, ¿les ha pasado eso alguna vez con un hombre? Y no es que me guste ese animal ¡no!, pero… algo me pasa cuando lo tengo delante de mí, ¿será que lo aborrezco tanto? ¡Sí, eso debe ser!
Así es que apenas salí de mi casa y lo vi me sentí completamente desnuda, porque sus ojos no se limitaron a mirarme sólo a la cara, más bien me devoró con una mirada abrasadora y se acercó a mí lentamente, yo estaba como una estatua en el mismo lugar.