Capitulo 33

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Se quedaron abrazados en el sofá hasta que Liv dejo de llorar, Ben se había quedado dormido en el corral, Elliot estaba sin palabras, Don estaba muriendo, eso fue lo que Olivia le había dicho hace casi una hora atrás, y después de eso ambos se acomodaron en el sofá dándose consuelo mutuo, “¿Fin y Munch?”, finalmente Elliot encontró la voz para hablar nuevamente, “él les iba a decir ahora, de alguna forma creo que se sentía más cómodo de que yo te dijera”, Elliot asintió, “va a ser distinto ahora”, afirmo Elliot rozando con su dedo suavemente las curvas de su cuerpo, “él no quiere eso, por eso ha estado guardando la noticia tanto tiempo, si asuntos internos lo sabe lo va a querer sacar, él se siente bien, quiere estar todo el tiempo posible en el escuadro”, dijo Liv ligeramente estremecida por el tacto de Elliot, “él quiere cuidar de nosotros, de todos nosotros, sabe que al irse nos van a separar, y nos van a destinar a distintas unidades”, por supuesto, después de doce años Cragen seguía cuidando de ellos, a pesar de que esto podía afectar su salud, “un transplante… eso es lo único que lo salvaría, pero por su edad y sus antecedentes con el alcohol, no esta seguro de que va a cumplir los requisitos”, ella ahora estaba más a gusto hablando sobre el tema, aún no completamente asumido, pero ahora que podía hablar con Elliot de alguna forma era mucho más llevadero.

“no quiero tomar aún la licencia de maternidad El, por que cuando vuelva después de tener a la bebé… el no va a estar”, dijo ahogando un sollozo, Elliot la acerco más a él, y beso su frente.
“Ok. Cariño, ahora que me lo has dicho todo entiendo por que estabas tan tensa nena, pero debes relajarte, por ti y por la bebé”, le susurro al oído.

Ella rió, de alguna forma Elliot lograba sacar todo de ella, “¿supongo que te ofreces para relajarme?” le dice ella arqueando una ceja , “yo puedo hacer eso”, él recorrió con su dedos el cuerpo de Olivia, le encantaba como ella se estremecía al contacto suave, casi inocente.
“El….”, ella gimió sintiendo su tacto un poco más insistente en ella, era una forma muy eficaz de alejarla de tanto estrés y pensamiento, “El… quiero que me hagas el amor” susurro ella suavemente, él por supuesto no dudo un segundo y la beso con avidez, “en el dormitorio, mi espalda me esta matando”, sonrío ella haciendo una mueca, hacer el amor en el sofá era increíblemente excitante, pero hacer el amor en el sofá estando embarazada, definitivamente estaba fuera de sus opciones, “voy a esperar en la habitación”, informo ella casi en un susurro, Elliot fue a buscar el monitor del bebé para llevarlo a la habitación y salio detrás de Liv.

Ella estaba en la cama apoyada sobre sus codos, con la parte superior de su cuerpo levantado, esperando por él, aún vestida, ella quería que se tomaran su tiempo, Ben iba a dormir por un par de horas, ellos definitivamente tenían tiempo, para el juego previo, y por supuesto para hacer el amor, Elliot le guiño un ojo al entrar en la habitación, junto la puerta, era más fácil llegar a Ben en caso de que despertara llorando, Elliot iba a tener que improvisar alguna manera de hacer el amor, se acerco a ella y se puso enfrente, ambas manos fueron a cada lado de la cara, sus mejillas estaba ligeramente húmedas del llanto anterior, pero ahora sus ojos dicen otra cosa, definitivamente ella quería y necesitaba esto, se acerco suavemente y la beso, primero tiernamente hasta que el beso se fue profundizando, ninguno de los dos se separo mientras luchaban contra la ropa que los estaba obstaculizando, ambos estaba prácticamente desnudo, Liv aún mantenía puesto el sujetador y las bragas, mientras que Elliot mantenía su boxer, que estaba presionando contra su erección, ella sonrío ante la vista, Elliot excitado era una de las cosas que más disfrutaba.

Elliot la beso nuevamente, sus dedos estaba preparados para recorrer su cuerpo desnudo, paso su dedo a través de los pechos, luego el vientre hasta llegar hasta el borde de las bragas, deteniéndose un momento, sin separar sus labios, sus dedos se filtraron a través de la tela hasta llegar a sus pliegues, ella gimió cuando sintió a Elliot tan cerca, sus sonidos simplemente lo encendían aún más, siguió su camino hasta llegar a su humedad, acaricio su clítoris hinchada un par de veces, ella se quejaba deliciosamente en su boca, cuando Elliot introdujo un dedo y luego otro ella casi grito, comenzó a bombear dentro de ella, suavemente, sin dejar de besarla, cuando sus pulmones exigieron aire se separaron “Dios… El… oh …mierda”, gemía ella, entre el placer y la gloria, Elliot estaba en su lado, sin presionar el vientre, cuando sintió su apretar en sus dedos sabía que ella estaba cerca, “quiero que acabes nena… déjate llevar”, susurraba Elliot en su oído, ella se quejo un poco más, hasta que sintió su orgasmo apoderándose de su cuerpo, apretó las piernas entorno a la mano de Elliot, “oh… El… Dios siempre es tan bueno”, dijo ella tratando de recobrar la respiración.

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