Capitulo 35

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Olivia abría y cerraba la boca, tratando de decir algo, se levanto de la silla y le dio la espalda a Cragen, se seco las lágrimas que iban cayendo libre, Cragen se había negado a ser el padrino de su hijo, antes, cuando con Elliot le había preguntado él estaba tan feliz, orgulloso y agradecido de que ambos quisieran que él fuera el padrino, pero ahora las cosas habían cambiado y ella se sentía dolida, el despacho estaba en silencio, Elliot se dio la vuelta para hablar con ella, "¿Liv?, ella se negó a dar la vuelta, estaba llorando y no quería que la vieran, con voz quebrada hablo, "¿Por qué Don?", ella en su cabeza sabía la razón, pero su corazón exigía una respuesta.

"no puedo cumplir la promesa Olivia, no es que no quiera ser parte de la vida de Ben, yo simplemente no puedo romper una promesa así, estoy agradecido de que hayan pensado en mi, pero no puedo", respondió Cragen sinceramente.

Liv se dio la vuelta para quedar frente a ambos, Elliot la miraba, "Liv, Don tiene sus razones, quizás podamos...", él estaba pensando en Fin, él puede ser el padrino de Ben, Liv agito la cabeza de un lado a otro suavemente y ahogo un sollozo, "Don, sé a que le tienes miedo, la promesa no la vas a incumplir, no", Cragen tomo una respiración profunda y se tomo unos minutos, "también hice una promesa contigo y con Elliot, cuando me pidieron que fuera el padrino de Ben". Él le dio una tímida sonrisa, "el próximo fin de semana esta bien" él simplemente no quería fallarles, el tiempo que le fuera posible.

"Oh... gracias a Dios", respondió ella y se fue a su escritorio para abrazarlo, "vamos a hablar con el padre de la iglesia donde va Elliot, Casey ya esta al tanto, de todo", agrego ella, Cragen asintió entendiendo. Elliot le extendió la mano a Cragen, "gracias Don, significa mucho para nosotros", Liv salio mucho más alegre de lo que había estado al entrar, ahora solo tenía que preparar sus cosas del escritorio, limpiarlo y poner bajo llave algunos de sus efectos personales, antes de salir le había entregado su arma de servicio a Cragen y su placa, firmo la documentación y oficialmente estaba en licencia por maternidad.

"te vamos a extrañar Olivia, y a la pequeña también", se despidió Fin con afecto, "pero sé que vas a estar de vuelta en un par de días" dice él riendo, estaba seguro de que los iba a visitar casi todos los días, "en realidad tengo muchas cosas que hacer en casa, algunos cambios... también los voy a extrañar chicos, siempre pueden ir a visitarme, la compañía siempre es buena, y por supuesto la ayuda", dijo sonriendo.

"ha terminado oficialmente mi turno, me voy a casa, necesito descansar un poco", dijo Liv mientras se despedía de Elliot, ambos se abrazaron, Elliot beso la frente, "nos vemos en casa bebé", ella asintió, "me voy a lleva Ben más tarde nena, para que descanses", ella asintió, estaba cansada, la semana si bien no había sido demasiado extenuante, ella se agotaba con rapidez.

"nos vemos chicos", ella salio del precinto cuando sintió vibrar su móvil para luego sonar, de seguro era Elliot, pensó ella, salvo que el tono de llamado estaba errado, uno de los niños debe haber tomado su celular, el número era desconocido, "Benson", respondió ella, solo esperando que no sea algo de trabajo, escucho atentamente, ella reconocía la voz, pero no la había escuchado en años, casi cuatro para ser más especifica, "¿Dónde?",pregunto, "lo conozco, voy a estar en veinte minutos", ella salio del precinto e hizo parar un taxi, dándole las indicaciones del restaurante donde se iba a juntar con alguien de su pasado.

Veinte minutos más tarde ingreso a un restaurante de comida italiana, había estado ahí con Elliot un par de veces, cuando se le antojaba algo de comida italiana, aunque a él no le gustaba mucho, Dean también la había llevado a ese mismo lugar cuando estaban juntos, pero era por que era su preferido, un hombre se acerco a ella, "¿necesita una mesa señora?", Liv miro hacía el interior del restaurante, ella podía distinguir la figura delgada y rubia sentada al final de la hilera de mesas, nunca pensó que la iba a volver a ver, "la veo, gracias", ella hizo su camino hacía la mesa, "Dios mío... Alex", la mujer se puso de pie y sus ojos se abrieron de sorpresa al ver el vientre extendido de Olivia, su blusa blanca se ceñía a su cuerpo y redondeado su vientre a la perfección.

CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora