La niña se despertó en medio de la nada. La brisa despeinaba su cabello y la densa neblina le hacía imposible el hecho de ver más allá de sus narices. Miró hacia abajo y se encontró con el mismo piso de madera en el que había estado segundos antes... segundos antes de lo que debería hacer sido su fin.
Aquello resultaba imposible, incluso para la niña, que había visto cosas increíble a lo largo de su estancia en ese lugar. Hace unos instantes debería haber acabado su vida y con ello sus pesadillas.
Su corazón palpitaba con fuerza y la respiración agitada demostraba que le faltaba aire.
Se levantó del suelo y alzó la vista encontrándose con un largo pasillo en el que era imposible divisar el final. Caminó por el; sus pasos resonaban en el suelo y regresaban en forma de eco, dándole una clase de aspecto siniestro a la situación.
Lily no sentía miedo por lo que estaba sucediendo, pero tampoco era que se sintiera feliz; ya no sentía el temor en cada una de las partes de su cuerpo, ni aquel extraño escalofrío que recorría su espalda, tampoco sus piernas temblar a causa del frío; se había acostumbrado al miedo... o algo peor, se había convertido en un monstruo.
—¡Lily! —un grito espantoso la sacó de sus pensamientos haciendo que la niña se sobresaltara de manera brusca— ¡Ayúdame, por favor!
Algo en su interior obligó a la niña a caminar más rápido, forzando la vista e intentando divisar el final del pasillo; algo que le fue imposible lograr.
—¡Te ayudaré! —respondió esperando que pudiera escucharla. La voz le salió entrecortada a causa de la desesperación y el nudo que se le formaba en la garganta—. ¿Dónde estás?
—Al final del pasillo... —esta vez la voz sonó calmada y fría. Lily se estremeció al darse cuenta de lo familiar que se escuchaba— sigue caminando —agregó, a lo que la niña solo asintió con la cabeza a pesar de que no pudiera verla.
Fue en ese instante donde se dio cuenta que el monstruo más grande siempre estuvo viviendo con ella; porque lo que se encontraba al final del pasillo, era un simple objeto al que todos llaman espejo y reflejaba su silueta, aquella que pedía ayuda desde lejos y se encontraba atrapada del otro lado.
—Lily... —murmuró poniendo la mano en el largo pedazo de vidrio. La niña se alarmó, era imposible que pudiera hacer algo como aquello— acércate, Lily... —puso su otra mano en el espejo y la niña pudo contemplar su cabello negro corto, junto con los ojos blancos y brillantes que ella no poseía—. No temas, no te haré daño; somos la misma persona.
—Yo... lo siento mucho, no dejaré escapar a mi monstruo interior —su reflejo retrocedió, como si aquellas palabras la hubieran herido—. Tú no eres yo... y yo no soy tú —Lily parecía saber lo que decía, creía tener la respuesta a sus preguntas—. ¡Ahora no podrás dañar a nadie! —gritó mientras se disponía a romper el espejo de una patada.
Quería hacerlo añicos, en aquel espejo se encontraba lo que tanto se esforzó por ocultar; su lado malvado, el que por años había vivido escondido dentro de ella. Algo la detuvo justo cuando estaba apunto de lograrlo. Una mano la tomó por el brazo con fuerza y la obligó a girarse para quedar frente a ella. Los ojos azules de Laura se cruzaron con los de la pelinegra.
—¡¿Qué crees que estás haciendo?! —gritó enojada al percatarse del intento fallido de la niña por acabar con sus monstruos—. Tú no puedes librarte de nosotros —comenzó a reír al notar el rostro de confusión de Lily—. Eres parte de nosotros, somos tu familia.
Lily se disponía a reclamar, pero Laura actuó más rápido y la interrumpió.
—Tú —desvió la vista al espejo—, acaba con ella —la soltó del brazo, dejando una marca en el—. Nos vemos, pequeño monstruito. —agregó antes de desaparecer.
Lily observó atónita a su compañera esfumarse frente a sus ojos y luego se dio la vuelta para observar a su doble. Se llevó ambas manos a la boca al encontrarse con su reflejo fuera del espejo; pero a diferencia de lo que había visto segundos antes, este ya no tenía pinta de niña inocente, sino que ahora presumía de unos largos colmillos y lengua de víbora.
Antes de que Lily tuviera la oportunidad de salir corriendo, su reflejo se le adelantó y la envolvió con su larga lengua, para después atraerla hacia ella, inspeccionando cada detalle de su ser, sus ojos avellana, el cabello negro... pero sin duda lo que más disfrutaba era el rostro de temor que le dedicaba.
—¿Qué crees que haces? —preguntó la pequeña luchando por librarse de la larga lengua que la sostenía. Era incómodo y asqueroso; sentía como la apretujaba con más fuerza y el momento en el que comenzó a faltarle aire.
—Debiste ayudarme mientras aún podías —susurró a su oído con dificultad, ya que era difícil hablar tomando en cuenta la situación en la que se encontraba.
«Me parece que el cíclope era cien veces mejor que esto» pensó Lily desesperada, se le acaban las opciones.
—Tus intentos por escapar son en vano —volvió a susurrar en el oído de la niña con la voz ronca y rasposa—. ¿Algún último deseo?
—Bueno... —comenzó a decir Lily fingiendo pensar, pero en realidad ganando algo de tiempo— a decir verdad, si, te recomiendo que corras.
La otra Lily arqueó la ceja con confusión y contuvo una carcajada, las palabras dichas por la pequeña eran absurdas e incoherentes a su vez.
—¿Sino qué? ¿Me golpearas con tus débiles manitas? —dijo en tono burlón pero fue interrumpida por otro comentario innecesario de parte de la niña.
—Yo no —hizo una pausa—, pero el si —apuntó a una silueta que se encontraba detrás de su reflejo.
—¡Suelta a la niña ahora! —gritó una voz varonil al tiempo en que Lily sonreía. El monstruo se sobresaltó y gruñó al ser interrumpida de manera tan brusca.
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¿Dónde está Lily? [#PremiosWABooks]
Mystery / Thriller❝Eres tu propia pesadilla. Tú creaste a los monstruos dentro de tu cabeza❞ .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Cuando Lily Maslow se ve atrapada en un mundo de fantasía, junto con seres que dicen ser "sus pesadillas"; se verá obligada a de...