Capítulo 2

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—¡¿A dónde crees que vas, pequeña?! —exclamó Laura riendo a carcajadas mientras arrastraba a Lily por el piso de madera

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—¡¿A dónde crees que vas, pequeña?! —exclamó Laura riendo a carcajadas mientras arrastraba a Lily por el piso de madera.

—¡Sueltáme! —rogó la niña. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas rápidamente. Sus uñas se rompían al hacer contacto con la madera e intentar arrastrarse con ayuda de ellas.

—¿Por qué lo haría? —preguntó Laura con una sonrisa de oreja a oreja. Odiaba a la niña con todas sus fuerzas, con todo su ser. Lily no entendía el porqué.

—Eres un monstruo —la niña crujió los dientes y se aferró con más fuerza al piso de madera. Las uñas le sangraban y tenía los dedos astillados.

—¿Qué es lo que ves? —Laura cambió de tema. Prosiguió sin esperar respuesta alguna por parte de la niña— No es más que oscuridad, no hay nada más. Es solo un piso de madera flotando en eterna oscuridad. No hay salida. No servirá de nada si te suelto.

—La hay —contradijo—. Es solo que tú no me la quieres mostrar —Lily se soltó, no tenía caso seguir insistiendo. Laura la atrajo hacia ella hasta tenerla frente a frente. Miedo; un escalofrío recorrió su espalda.

«Tiene que haber una salida; si he llegado hasta aquí, también puedo salir» pensó Lily con desesperación, se le acababan las esperanzas y con ella las ideas.

—No quisiste quedarte conmigo. Ahora te tocará afrontar las consecuencias —susurró Laura en el oído de la niña. Lily se quedó paralizada, sin la capacidad de hablar y las pupilas dilatadas.

Miedo, pánico... tantos sentimientos encontrados.

La niña actuó tan rápido y con tanta desesperación, que accidentalmente recibió un rasguño por parte de las afiladas uñas de Laura. Cruzando su ojo derecho y terminando en el comienzo de la mejilla.

Lily mordió a Laura intentando soltarse. Lo consiguió después de escuchar el grito de dolor proveniente del monstruo. Cayó a tres metros de altura, lastimándose el brazo al impacto con el suelo.

La niña se había hecho mucho daño, la herida emanaba sangre que le llegaba hasta la barbilla y no podía abrir el ojo.

Dolor, miedo... más sentimientos, más emociones.

Se desmayó, no podía más. Su cuerpo quedó tendido a lo largo del piso de madera y su rostro sin expresión alguna.

 Su cuerpo quedó tendido a lo largo del piso de madera y su rostro sin expresión alguna

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Lily se despertó en el mismo lugar donde había estado antes. Aunque no podía estar tan segura tomando en cuenta que en ese lugar todo era igual.

No sabía si se trataba de una simple ilusión, pero juró ver a su madre frente a sus ojos; con una amplia sonrisa que a muchos le hubiera parecido terrorífica, pero para Lily era suficiente saber que su madre estaba bien.

—M-mamá... —tartamudeó la pequeña acercándose con precaución a la mujer que la recibía con los brazos abiertos. Sus ojos cristalinos demostraban que estaba al borde de las lágrimas.

—Soy yo, pequeña —aseguró—. Anda, dale un abrazo a tu madre —exclamó la mujer acariciando la mejilla de su hija y limpiando con la mano una de las lágrimas que recorrían su mejilla.

—Yo... —Lily se alejó un poco, temía que ella no fuera su madre. Sabía las trampas de Laura y temía que esta fuera una de ellas— lo siento... no puedo creerte.

—¿Lily? —la niña se dio la vuelta y confirmó que su madre lloraba. No quería que lo hiciera. Dio un paso adelante— ¿no crees en mí? Soy tu madre, Victoria —se señaló con el dedo.

—¡Claro que creo en ti! ¡Es solo que no puedo! ¿Entiendes? ¡No quiero que sufras por mi causa! ¡¿No ves que soy un peligro para ti?! —se mordió el labio, conteniendo el impulso de correr y abrazar a su madre. De decirle que todo está bien; aunque no lo estuviera, para nada.

Victoria se disponía a decir algo cuando una sombra apareció tras ella. Entonces calló, cerró la boca y se dispuso a mirar a su hija con cierto aire de tristeza en su mirada. Lily retrocedió y se tropezó cayendo con fuerza sobre la madera y provocando eco en el lugar.

—¡Vaya! Parece que alguien por fin despertó —una sonrisa sádica apareció en su rostro—. Creo que ya conociste a Victoria, ¿no es así? Ella me ayudará a acabar contigo —Laura rió con fuerza provocando un leve sismo.

—¡Suelta a mi madre! —gritó Lily en un intento fallido por parecer amenazante. Saboreando cada una de las palabras en la punta de su paladar.

—Tú eliges chiquilla —Laura sonrió ante la expresión de temor de ambas mujeres. Le gustaba el miedo—. ¿Tu madre o tú? Tienes un minuto, el tiempo corre —dijo con entusiasmo, como si se tratará de un simple juego.

La niña sabía que no tenía salida, sentía que su mundo se venía abajo, que las esperanzas se destruían, que el miedo se apoderaba de ella. Tenía razón al decir que solo era un peligro, ¿por qué su madre había obedecido cuando le dijo que se alejara?

Debería haber corrido mientras aún tenía tiempo. Ya era tarde, no podía hacer nada al respecto. Las opciones estaban limitadas, podía escuchar el tictac del reloj en su cabeza.

«¿Tu madre o tú?» reflexionó ante las palabras dichas por Laura. Tenía dos opciones, una sola que la beneficiaba y la destruía a la vez. Se tocó la herida, había dejado de sangrar, sin embargo le causaba mucho dolor. Laura le había hecho eso, no podía imaginar que más haría con ella.

—¡Hey, mocosa! —dijo Laura sacándola de sus pensamientos— ¿ya has tomado una decisión? No tengo todo el día —bostezó. Su madre la miraba con horror, tenía miedo de la respuesta de su hija y esperaba que hubiera ideado un plan para que ambas salieran con vida.

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de la niña, la respiración entrecortada. Ese llanto que le destrozaba el corazón a su madre. Lily entendía la gravedad de las circunstancias y entendía a lo que se enfrentaba. Era de vida o muerte, lo sabía perfectamente.

—Lo siento mucho madre —se limitó a decir antes de darle la espalda y huir. Correr hacia el vacío, a la oscuridad, al miedo. Destrozar sus pesadillas, intentarlo siquiera. Había ocasionado lo que Laura quería desde un principio: acabar con sus padres... y después seguía ella.

«¿Tu madre o tú?» pensó «Mi madre»

—¡Hija, Lily! ¡Por favor! ¡No me dejes, cariño! Lily... por favor — escuchó la niña desde lejos.

Era la voz de su madre, la mujer que lo había dado todo por ella y a la que había traicionado. Estaba llorando, eran sollozos. Lily intento detenerse pero sus pies se lo impidieron, diciéndole adiós a su madre para siempre.

Silencio... no podía escucharse más allá de los lamentos de la niña.

—En serio lo siento... —susurró para si misma—. ¡Laura, se que estás ahí. No necesitas esconderte, puedo sentir tu presencia.

—Parece que tenemos una conexión —Lily no se giró para verla. Sabía lo que tenía a sus espaldas—. ¡Hey, Lily! ¿No amas a tu madre? Vamos, saludala. La tienes detrás de ti —fingió hacer un puchero—. Tu madre se pondrá muy triste si no la saludas.

La niña obedeció a Laura y se giró. Sus ojos se llenaron de lágrimas otra vez. Sintió su corazón detenerse. El miedo se apoderó de su cuerpo y cayó de rodillas frente a Laura.

—Se acabó el juego...

Tal vez el monstruo no era Laura.

¿Dónde está Lily? [#PremiosWABooks]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora