siete

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Me preguntaron miles de cosas cuándo estábamos camino a su casa, debería estar asustada pero si son famosos no creo que me asesinen o algo parecido...creo...
Tal vez me encierren en su sótano, algo no muy grave.
—Bienvenida—murmuró el ruloso con una sonrisa de oreja a oreja.La casa no era ni tan grande pero tampoco taan pequeña.Aunque se notaba que era de clase alta y blablah.
—Que bonita—murmuré encogiéndome de hombros.
—Lo sabemos—Luke sonrió de lado y empujó a Ashton para ponerse a mi derecha—¿Quieres hacer un tour?
—E...
—¡No lo hará!A menos que sea conmigo.
Luke rodó los ojos y negó con la cabeza cruzado de brazos, se alejó y Ashton sonrió malicioso.
Estaba muy confundida por todo el tema de que ahora esté con ellos pero algo en mí me decía que iba por buen camino; posiblemente me equivoque.
—Bueno querida...—Sonrió envolviendo su mano con la mía, me sonrojé y fruncí el ceño.
¿Qué?Eso es para niñitas locas por los chicos, yo soy toodo lo contrario.Me enfoco más en divertirme.
—Suéltame, rulitos.Que no eres nadie ni para acercarte.
—Eso dolió—murmuró el rubio burlón, mirándose las uñas concentrado.
—Pero...quiero enseñarte la casa.
—Pero yo no quiero, quiero irme a mi casa—pedí cruzándome de brazos.Ashton frunció el ceño y suspiró.

—Pues no te irás de aquí hasta que yo te diga.

—¿Qué te crees, jefe de la mafia?—dije soltando una carcajada, a lo que Luke me dio un empujón en el hombro también riéndose.
—¡No me importaría hacerle daño a una niñita cómo tú!—gritó rodeando mi cuello con una de sus manos, dejándome asombrada.¿Qué le pasa?Se volvió loco de un segundo a otro y sólo estaba bromeando.
—¡Eh, ya, ya!¡Relax!—gritó Luke tomando a Ashton de los hombros, alejándolo.
Suspiré y decidida le di un empujón para pasar por su lado y llegar hasta la puerta principal; definitivamente me voy.
En el momento que abrí la maldita puerta sonaron alarmas y ladridos de perros, hasta disparos se escucharon.Abrí los ojos como platos y decidí correr como desesperada hasta llegar fuera de esta puta casa de locos.

Pero era gigante, en serio.Tenía muchas habitaciones en el primer piso, por suerte había una ventana en el baño por la que logré salir, aunque claro no me lo dejarían tan fácil ya que estaban siguiéndome como 1000 putos perros de una raza brava y unos guardias.

  —¡Peyton, vuelve! —gritó Luke detrás mío, pero ni loca o los perros me comerían, además de ser ahorcada por Ashton.

 —¡La puerta principal está cerrada y con electricidad, cuándo llegues los perros te matarán!

Mierda, mierda, mierda.

Genial, moriría en una casa de famosos.

 Escuché como Luke gritaba unas palabras en...¿ruso?¿alemán?ni idea.Pero todos los perros dejaron de perseguirme y se dirigieron a él quedándose sentados con la lengua afuera a lo que el rubio sonrió satisfecho.

Lo miré incrédula y me acerqué corriendo.

 —Pey...de verdad lo siento, no quería...

 —Eres un maldito loco obsesionado conmigo sólo por...usar una mierda de aparatos, ¿qué pasa contigo?—murmuré agitando las manos en un rápido cambio de estado de ánimo.

 —No digas eso si...no sabes el por qué soy así  —susurró tratando de tomar paciencia y calma, seguramente estaba que me daba un golpe pero me importaba poco a decir verdad, sólo quería irme.

 —Debo irme a casa —susurré bajando la mirada a mis zapatillas sucias.

 —Te vamos a dejar—Luke me tomó de la mano pero la alejé de golpe y caminé detrás de él y Ashton.La verdad no estaba de ánimos como para dejar que me tomaran la mano, me trataran bien y todo eso.

El camino fue largo y aburrido, vivían a casi media hora de mi casa.

Y el único regalo de despedida fue un papel en mi bolsillo que decía "nos vemos la próxima semana".

Los estúpidos sabían que iría al concierto.

  

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