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Al día siguiente, Jayah despertó y recordó lo que había sucedido la noche anterior;  tenía el deseo de contárselo a sus amigas o su familia pero no podía. Si lo hacía, todo por lo que había pedido lo perdería. Se arregló su cabello llenándolo con flores y poniéndose una cinta roja, acomodó su vestido y salio de su casa. Antes de dar un paso al pueblo respiró profundo, no sabía exactamente qué sucedería pero lo probaría, exhaló y se fue.

Durante las primeras horas de la mañana no vio al joven. Se sentía algo triste e incluso llegó a pensar que todo lo de ayer había sido un simple sueño y que su deseo no se haría realidad. Realizó todos los deberes del día y aún no vio al joven. Hasta fue a su casa para ver si estaba allí pero no lo vio. Ya empezaba a caer la tarde. Jayah fue al pozo y se sentó junto a el, recordó algo que su madre le había dicho hace mucho tiempo.

"Este pozo es mágico, aquí conocí a tu padre, se dice que cuando le cantas al pozo y a este le gusta tu canción, cosas buenas pasan".

-¡Cosas buenas eh! -dijo la joven mirando el pozo- ¡tal vez no esté mal intentarlo! - Jayah respiró y empezó a cantar:

A la Nanita nana, Nanita nana, Nanita ea....
Mi niño tiene sueño, bendito sea, bendito sea...

Fuentecita que corre, clara y sonora...
Ruiseñor que en la selva cantando llora..
Calla mientras la cuna se balancea..
A la Nanita nana.. Nanita ea....

Jayah repitió la canción unas dos veces, y cada vez que lo hacía, el pozo la hacía sonar aún más hermosa. Luego de unos minutos cantando, Jayah levantó la vista y se detuvo.

-¡Cantas muy hermoso, Jayah! -dijo el joven frente a ella.

-Joel.... ¿Que haces aqui?- le dijo la joven que había empezado a sonrojarse.

-Solo pasaba por aquí y te escuché cantar, de verdad suena hermoso, al igual que tú...

-Y-yo ..- Jayah no sabia que responder, simplemente se sentía en las nubes.

-¿Jayah, te encuentras bien?- el joven se acercó a ella, muy cerca, y la tomó de las manos.

-J-Joel yo ...yo de verdad... S-siento... Pues.. Yo... -las palabras no salían de su boca, la simple confesión que había practicado desde hace tanto tiempo no salía de su mente, por más que lo intentó no pudo decirlo...

-Jayah...- ella cerró los ojos esperando alguna burla por no poder hablar bien, pero el joven se acercó más a ella; sus rostros estaban uno frente al otro.  Jayah podía sentir su respiración, y de un momento a otro solo sintió un dulce y cálido beso.

Luego de un tiempo se convirtieron en una hermosa pareja, su boda fue preciosa, habían flores por todos lados y todo el pueblo la celebraba con gran emoción, el deseo de Jayah por fin era una realidad

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Luego de un tiempo se convirtieron en una hermosa pareja, su boda fue preciosa, habían flores por todos lados y todo el pueblo la celebraba con gran emoción, el deseo de Jayah por fin era una realidad.

Hijo De La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora