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Por primera vez en mi vida me sentía ilusionada, tenía una gran oportunidad, algo que nunca esperé en la vida. Sharon me invito a festejar a un pequeño bar, nos tomamos unas copas, reíamos y pedíamos otras cuantas más. Llegó la noche y pedimos un taxi para trasladarnos al departamento, nos quitamos los tacones y aventamos nuestros bolsos al sofá mientras nos recostabamos.

-Por dios Sharon, te veo 4 veces, mi cabeza da vueltas -Le decía mientras presionaba mi cabeza con las dos manos.

-Es por tanto alcohol, eso pasa cuando no estas impuesta a tomar alcohol.

La veía que caminaba normal por el departamento ¿Que demonios no le hace el alcohol a esta mujer? Pensaba, se veía tan normal, mas risueña de lo normal, pero literalmente normal en cambio yo... Mi cabeza miraba todo por cuatro, sentía que daba vueltas todo y fue así como me quede dormida en el sofá.

-Mi cabeza, mi cabeza -Decía mientras me daba unos cuantos masajes con las manos para calcar el dolor, intentaba abrir los ojos pero la luz que entraba por las grandes ventanas me calaban en los ojos, sentía ansias por vomitar ¿esto es la resaca? ¡MALDITA SEAS!

-Buenos días Victoria ¿como te sientes? -Me dice Sharon mientras me da una pastilla y un gran baso de agua. -Esto te ayudara para "La cruda" como dicen por el pueblo jajaja.

Tome las pastillas y bebí el agua para pasarlas, me sentía echa una mierda, quería seguir durmiendo pero tenía que alistar mis maletas. Me levante del sofá y corrí hacia el baño, vomité hasta más no poder, pero me sentía mejor... En el pueblo dicen que para la resaca no hay mejor cura que tomarse una cerveza helada a pecho, pero era más que claro que no quería volver a ver alcohol en mi vida, así que me prepare un caldo, con suficiente picante, tenía que curar esta resaca lo mas pronto posible, tomaba agua helada cada que podía y si, desapareció.
Me di una ducha y aliste mis maletas, hoy por la noche salíamos a mi pequeño pueblo de regreso, llevaba muy buenas noticias para liza y Santiago, solo estaríamos un par de días más allí en el pueblo, mientras cambiábamos las cosas a el departamento de Sharon, no queria dejar nada en manos de mi padre, prefería que Sharon se quedará con ellas.

-Victoria, ¿ya estas lista? El señor Kenneth pasará por nosotros, el nos llevara a el aeropuerto.

-¿Por qué él y no Bob? Prefiero irme en taxi -Le respondí mientras cerraba mis maletas.

-Pareces una niña en guerra por un simple juguete cuando estas frente a ese hombre, lo que no vez es que le atraes.

-Estas mal, muuuy mal, ese hombre es un... ¿Cuál sera la palabra correcta?

-No lo sé, pero le atraes, solo velo como es su actitud hacía ti.

-Insoportable, un mujeriego, y te lo digo por que se cree el todas mías y para ser sincera me choca, lo aborrezco, siento ganas de ¡Aaah! golpearlo tan solo con verlo -Le decía a Sharon mientras apretaba fuertemente una almohada por el coraje que me daba hablar de él.

-Vaya, no había notado que a ti también te atrae, algo pasará por aquí en mi ausencia eh -Reía mientras que yo... yo solo queria matarla.

En realidad no sentía nada por él, era simplemente el hombre en el que jamás me fijaría, no somos de la misma clase social, el era un gran empresario con millones, el hombre que toda mujer desearía tener, exitoso, guapo, por que era verdaderamente guapo, caballeroso y miles de cualidades más, solo tenia un gran defecto, ese que acababa con todas las cualidades, quería que todas fueran suyas, creía que por tener una gran fortuna, un gran cuerpo y un hermoso físico tendría a toda mujer sobre sus pies, podría, claro que el podía, pero no a una gran mujer, tendría solo a aquella mujer cuya vida quiere fácil, que depende de un hombre para obtener sus gustos, no tendría a una verdadera mujer, jamás.
Me acosté en el sofá, tenia que llamarle a liza para decirle que hoy salia hacia el pueblo, y recordarle a ella y a Santiago que los amo, en un vuelo pueden pasar muchas cosas y no esta de más decírselos.

*Llamada telefónica*

Victoria: Liza, hoy sale mi vuelo, en unas cuantas horas nos veremos mi niña ¿Cómo estas? ¿Te has portado bien con la señora Taylor?

Liza: Si, sabes que Santiago yo somos quietos. Necesito contarte lo que sucedió ayer, nuestro padre estuvo afuera de la casa de la señora Taylor, queria llevarnos a Santiago y a mi, pero los señores que cuidan la casa de la señora Taylor no abrieron las puertas de entrada, y uno de ellos salió y como nuestro padre no quiso irse tuvieron que llamar a la policía.

Victoria: ¡Por dios!, liza yo me esfuerzo por sacarlos de allí a ti y a Santi, en verdad me esfuerzo, quiero lo mejor para ti y para el, me duele ver que Santiago trabaje en esa tiendita acomodando, que tu también trabajes, yo quiero que sean grandes en la vida -Mis lágrimas comenzaron a caer, mi voz se entre cortó.

Liza: Hermana, no llores, sin ti no estuviéramos aquí, te amamos, pero no llores.

Victoria: ¡Ay liza! Los amo a los dos, y así me mate trabajando les daré lo mejor del mundo -limpie mis lágrimas -Te voy a dejar, terminare de alistarme, dale besos a Santi por mi, nos vemos con el favor de dios.

Corte la llamada, escuche un pequeño ruido pero al voltear no había nadie, solamente Sharon entrando al departamento.

-Te estamos esperando, tu equipaje ¿esta listo?

-Si, si ya -Tome mi equipaje y salí del departamento.

Allí estaba él, parado abriendo las puertas de su coche para que pasáramos, tomo mis maletas y las guardo, por primera vez vi en sus ojos brillo, pero no podía diferenciar el por qué.

Dejame Decirte Amor... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora