6.

225 17 0
                                    

Llegamos a ese viejo lugar, dónde siempre se veía gente trabajadora, sentía una nostalgia tan solo pensar que ya no estaría aquí, el lugar donde crecí, pero sabía que era lo mejor, tenia el presentimiento de que mi vida cambiaría para bien, lo sentía.

Llegamos a casa de Bob y la señora Taylor, mis pequeños hermanos corrieron hacía mis brazos, llenando mi rostro de besos, los besos más sinceros y tiernos.

-¡Te extrañamos, te extrañamos!

-Y yo a ustedes, les tengo una gran sorpresa, Bob me ofreció trabajo en Estados unidos, en un gran hotel ¿Y adivinen que?

- Di que si, por favor -Dijeron los dos abrasandome fuertemente.

-Sí, acepté ¡Nos vamos!

Miré la felicidad en sus pequeños rostros, saldríamos de aquí ¡por fin saldríamos de aquí!. Nos despedimos de la señora Taylor, Bob nos llevaría a nuestra casa, después de unas cuantas noticias felices teníamos que volver a ver a nuestro padre. Llegamos a casa, metí mi equipaje a nuestra habitación, nuestro padre no se encontraba, así que todo fue mucho mejor, hice cena y dormimos.

-¡Liza, Santi! Despierten tienen que ir a la escuela ¡Vamos!

-¡No, tengo sueño! -Decían los dos pequeños adormilados.

-No los quiero dejar aquí solos, iré a dejarlos a la escuela y me iré a trabajar ¡Vamos anden! -Les daba unas pequeñas nalgaditas.

Me di una ducha, y me alisté lo más rápido posible, mientras Santiago y liza se bañaban y vestían yo preparaba el desayuno y su lonche.

-Ya estoy listo, liza se quedo cerrando la habitación, viene en un momento ¿te ayudo a servir? -Me dijo Santiago con una enorme sonrisa.

-Gracias mi amor, pero desayuna tranquilo, ¡Liza! Nos tenemos que ir.

-Ya ya, estaba cerrando la habitación.

Desayunamos y tomamos camino hacia la escuela de liza y Santiago, allí mismo esperaba el bus que me llevará al trabajó; hoy quise cambiar mi turno temprano para tener mi tarde libre y llevar mis cosas al departamento de Sharon.

-Buenos días Margareth -Salude a mi compañera de turno matutino.

-Buenos días. -Respondió.

Margareth era la clásica mujer envidiosa, no sé por que, no tenía nada que envidiar, mi vida era una mierda, lo único bueno de ella era Santiago y Liza. No tenía muy buena comunicación con Margareth, siempre trataba de llamar la atención de los clientes, era eso,  necesitaba atención o como decía Sharon "una buena cogida". Enseguida llegaron unos clientes, margareth pasó a atenderlos, parecía que se conocieran de tiempo, más no se si le sonreían a ella o a sus enormes pechos a punto de salir de ese escote.

-Buenos días señorita ¿me podría atender? -Una voz masculina me sacó de mis pensamientos.

-Buenos días, claro, ¿que le puedo servir? -le tiendo la carta.

-¿Eres nueva por aquí?

-No, tengo tiempo trabajando aquí, solo que hoy cambié mi turno. -le Sonreí.

-Me das una ensalada de pollo por favor, la acompañas con pan tostado y un jugó de naranja -Me devolvió la sonrisa junto con la carta -Entonces a eso se debe a que nunca te había visto por aquí, aquí desayuno todos los días.

-Cliente frecuente, eso es bueno jajaja. -Pase la nota de su pedido al cocinero.

-¿ A cuál es su nombre? -me preguntó.

-Victoria -señale mi pequeño gafete -En lo que le pueda ayudar.

-En hacerme compañía mientras almuerzo ¿podrías? Odió desayunar solo, esa es la razón por la que siempre estoy aquí.

-¿No es casado? Supongo que margareth lo acompaña seguido ¿no?

-No, a ambas preguntas jajaja, Margareth no es de mi agrado.

-¿Yo si?

-Eres simpática.

-¡Vaya, por fin alguien que pudo sacarle una palabra a este hombre! -Dijo Margareth con un tono de voz fingidamente amigable - Tiene dinero victoria, lo que tanto te hace falta -Rio a carcajada.

-El dinero es algo que le interesa más a una mujer como tú, sin futuro y sin metas, no necesito de ningún hombre, ni de su dinero, lo que yo quiera lo tendré por el sudor de mi frente Margareth, espero y lo entendieras bien. -Tome el desayuno de mi cliente y puse sobre la barra frente a él, junto con un basó y utensilios.

- Tu novio es muy afortunado de tener una mujer como tú, dime donde se encuentran más mujeres como tu para ir a buscar por favor -Sonrió.

-No tengo novio, pero muchas gracias, disculpa ¿cual es tu nombre?

- mi nombre es Alexis Villareal, mucho gustó.

Me estrecho su mano, y yo hice lo mismo, sonreímos.

Dejame Decirte Amor... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora