12.

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Desperté y me cegó una luz que provenía de un gran ventanal, hermoso, se podía apreciar un gran jardín desde la cama, inspeccione el lugar y no me parecía familiar.

-¡Ay por dios me secuestraron!

Revisé por de bajo de las sabanas y sí, tenia ropa, una camisa blanca de hombre y mis bragas.

-No, no, no, no ¿tuve sexo?. -Me tape la boca y trate de tranquilizarme.

-Buenos días. -Hablo Kenneth al entrar a la habitación con una charola llena de almuerzo. -¿Como amaneciste?

-¿que hago aquí? ¿Tu y yo...?

-No, tu y yo no tuvimos nada, te traje aquí porque anoche estabas excesivamente tomada y te agarraste a golpes con una mujer victoria, tuve que ir a sacarte de una celda. -Respondió serio. -Desayuna. -Y después de ello, salio de la habitación.

Comencé a devorar cada bocado, moría de hambre, también de dolor de cabeza pero estaba consciente que eso me lo merecía, aun estaba molesta con Kenneth, agradecía que me sacara de esas celdas aunque para ser sincera ni recuerdo que fue lo que pasó. Una vez de haberme terminado el almuerzo baje de la cama en busca de mi ropa, no encontré nada así que me dispuse a buscar a Kenneth, recorrí un gran pasillo de color blanco con unas cuantas pinturas famosas colgadas, se venían hermosas seguí así el recorrido, viendo puertas del mismo estilo hasta que escuche una voz que me exaltó.

-Se ve preciosa en esa camiseta señorita Altamirano, lástima que no sea mía. -Escuche a Alex y al mirarlo note en su rostro una mirada seductora.

-¿Me podrías decir donde se encuentra Kenneth? Por favor. -No pensaba entablar una conversación con él.

-Claro, si aceptas desayunar conmigo. -Tomo mi mano y dejo un ligero beso en ella.

-Aparta tus putas manos de ella, Miller. -Se escucho la voz potente de Kenneth detrás de mi, tomando mi cintura y acercándome a el. -Escucha bien, no te quiero cerca de ella. -lo señaló.

-¿Es tú nueva conquista Kenneth? Ya te cansaste de Dominick, Kassandra, no recuerdo los nombres de las demás...

Entonces ví como Alex iba cayendo al suelo y Kenneth arriba de él golpeándolo fuertemente en su rostro, Alex al parecer no sabía pelear por que simplemente protegía su rostro, Kenneth se levantó y le gritó.

-Largo de mi casa Alex, largo. -Volvió a gritar.

-Esto no se quedará así Kenneth. -Dijo éste cabreado mientras presionaba su mejilla golpeada y se fue.

Kenneth tocaba su cabello unas cuantas veces, caminaba y volvía una y otra vez desesperado, por mi parte, estaba parada, analizando todo lo que había dicho Alex, "Sería otra conquista" aún que no tenía por qué, no eramos nada, ni lo seriamos...

-Kenneth, lo siento, yo solo...

-No es tu culpa Victoria. -Me abrazó muy fuerte y deposito un beso en mi frente. - No es tu culpa.

-Yo solo te busqué por que no encontré mi ropa, y quería irme, exactamente por eso, no quería causarte prob...

-No, no fuiste tú entiende, es ese idiota.

-Esta bien. -Me separé de él, su acercamiento hacía que mi cuerpo ardiera. -¿Dónde esta mi ropa?

-Tu ropa esta limpia, pedí a una de las muchachas que la lavara, si quieres ve dándote un baño y ella te la llevará.

-Si, gracias.

Camine hacia la habitación donde estaba anteriormente me metí al gran y lujoso baño y me duche, cepille mi cabello y al salir ya estaba mi ropa de anoche, me vestí y en este momento me daba un poco de pena, no quería que Kenneth me viera así, pero era lo único, camine por el largo pasillo y baje las escaleras, y allí vi a un Kenneth totalmente relajado, sonriendo con una hermosa mujer de aproximadamente entre 22 o 25 años de edad, se le veía feliz, "ella podría ser Dominick o Kassandra" pensé. Seguí mi camino hacia la planta baja, me sentía muy apenada, lo único que deseaba era salir de aquí.

Dejame Decirte Amor... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora