22 Final

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El ruido de unos zapatos corriendo por los pasillos largos y anchos de la casa de los Rogel Gundersen hacían eco por todos lados, era de mañana de hecho era de madrugada ni los pájaros y gallos habrían despertado todavía, pero una pequeña se encontraba más que despierta y toda la energía que podía cargar su pequeño cuerpo de 7 años iba en esos agiles y veloces pasos que corrían hacía su meta, el cuarto de sus padres.

Con sumo cuidado y de puntillas abrió la puerta del cuarto de sus padres, los cuales dormían plácidamente, Rubén roncando fuertemente y Mangel en una respiración acompasada, Mangel tenía la cabeza encima del pecho desnudo de Rubén y Rubén tenía un brazo por la cintura de su esposo.

-YA ES NAVIDAD!! -grito la pequeña Bianca con los ojos verdes brillándole de emoción, Rubén dio un sobre salto al escuchar el nada dulce grito estridente de su hija que le veía con una sorna sonrisa bufó un poco molesto pero componiéndose al instante sonriéndole a su pequeña que ya se había lanzado encima de ellos, por el contrario Mangel estaba preparado para esto después de los últimos 4 años desde que su hija descubrió que es la navidad se había comprado unos buenos tapones para sus oídos y ahora su tímpano estaba protegido.

-Ya lo sabemos.-Respondió Mangel tomando a la niña de cabello castaño entre sus brazos y besando su mejilla.

-Me haces cosquilla papá.-Rio la menor frotándose donde Mangel había depositado un beso, Rubén se levantó de la cama y tomo una camisa de su closet, si algo había permanecido intacto a través de esos años era el amor entre esa pequeña familia, y en todo caso solo había sido modificada por mas amor.

Bianca fue levantada en brazos por Rubén quien le miro con sumo cariño y beso su frente de la menor quien envolvió el cuello de su padre en un abrazo estrangulador, Mangel se vistió al igual que Rubén y bajaron a la planta baja de su casa, toda su sala estaba adornada con colores navideños, cola de gato colgando por sus paredes en lo alto y otras extensiones bastante más abajo, eso por la contribución de la pequeña blanca, focos que se prendían y apagaban coloreando la habitación de sus tonalidades blancas, azules, rojas y verdes, debajo del árbol bien adornado había una montaña de regalos, todos en su mayoría para la niña de ojos verdes que miraba aquellas cajas con sumo amor, claro como el amor de un niño al entrar en una dulcería llena de todas las golosinas del mundo.

-Papá, papi.-La menor trago saliva siendo bajada por su papá.- ¿Puedo?

-Claro que puedes...-Dijo Rubén sentándose en el sofá más cercano y jalando a Mangel a él haciendo que se siente en sus piernas.

La menor les sonrió y se lanzó a su piscina de regalos.

Muñecas, carritos, ropas para ella y sus muñecas, zapatos y muchas otras cosas más fueron los regalos de Bianca. Ella estaba tirada boca arriba encima de sus suaves ropas cuando tocaron el timbre.

Después de todo era 25 y se trataba de estar en familia, pero jamás pensaron volver a ver a la familia de Ruben, para su suerte de ellos la madre de Rubén junto a su hermana del mismo estaban del otro lado de la puerta cubiertas por nieve y temblando, la boca de Rubén estaba tensa en una firme línea en sus labios, Mangel sabiendo que él no diría nada dejo pasar a la pobre mujer que se congelaba.

-¿Quién es?.-Pregunto Bianca escondiéndose detrás de las piernas de su papi Rubén que continuaba sin decir palabra.

-Cariño, soy tu abuela.- La madre de Ruben hablo y la niña pareció emocionada, siempre quiso conocer a su abuela por parte de su papi, porque su abuela Nani ya la conocía y era su abuela favorita porque siempre le daba muchas galletas y dinero, dinero el cual ahorraba para cada cumpleaños y día del padre, Bianca era una niña demasiado dulce y madura para su edad.

La vida de los chicos con Mpreg?[TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora