Cendrillon [Miraculous Ladybug]

Capítulo 11: Amenaza de destrucción.

El gran estruendo despertó a Marinette de golpe. Todo se movía, y podía ver cómo su habitación se caía a pedazos.

—¡Tikki! ¡¿Tikki donde estas?! ¡Tikki!

—¡Marinette!— El pequeño Kwami rojo  voló hacia su portadora, y se acurrucó en su pecho.

—¿Qué sucede Tikki? ¿Qué esta pasando?

—No lo sé, pero debemos salir rápido. Tus padres están fuera.

Marinette asintió. Se levantó, tratando de mantener el equilibrio, y corrió hasta la salida de su habitación, pero esta se vio bloquedaba por escombros.

Maldijo en susurró y subió hasta el balcón. Pudo ver a sus padres abajo, llamándola, y París, destruida y en llamas.

—No... ¿Qué sucede? ¿Porqué pasa esto?

—¡Marinette! ¡Hija! ¡Salta por favor!—Rogó su madre, con lágrimas en los ojos.

—¡Mamá! ¡Ah!— El suelo empezó a quebrarse, y cedió. — ¡AHH!

—¡HIJA!— Gritó Sabine entre lágrimas, mientras intentaba zafarse del agarre de su esposo, para poder sacar a su niña de debajo de esos escombros. — ¡Tom sueltame! ¡Debo sacarla! ¡Ella me necesita!

El suelo se sacudió con fuerza, tirando al suelo a todo aquel que estuviese de pié, y a los pocos segundos, se detuvo.

Una figura oscura se hizo ver, era Chat Noir, que cargaba en sus brazos a una Marinette, consiente e ilesa.

—¡Marinette!— Sabine no dudó ni un segundo en correr hacia su hija, su bebé. Ella estaba bien, estaba bien.

—¡Mamá!

—Oh, menudo susto.

—Estoy bien mamá... Estoy bien.

De golpe, mil preocupaciones. ¿Y sus amigos, y el señor Agreste, y Anna y Alya? ¿Estarían bien, a salvo... Y vivos?

—Chat Noir, ¿qué esta sucediendo?

—Hawk Moth, el que controla a los akumas, ha decidido venir a por los prodigios por cuenta propia, planea destruir París piedra por piedra hasta conseguir su objetivo. Los adultos serán refugiados en el este, en la alcaldía, los jóvenes en el oeste, el instituto.

—Chat llevate a mis padres, yo poder llegar por cuenta propia.

—¿Estas segura?— Ella asintió.—Vale, ten mucho cuidado, Marinette.

—Lo tendré. — Él la abrazó con fuerza y le dio un beso en la mejilla, antes de coger caminos distintos.

Una vez lo bastante alejada, se transformó, y subió hasta la torre.

Todo destruido, personas corriendo hacia los refugios. Todo parecía una película de guerras, nada parecía real.

Unos minutos después, ella vio pasar a Chat Noir, en dirección al instituto, ella lo siguió.

—¡Chat!

El aludido se giró, encontrándose de lleno con la chica de traje rojo.

—Ladybug, menos mal has llegado, Hawk Moth esta...

—Ya lo sé, llévame al refugio, quiero saber quiénes están allí.— Chat Noir asintió, y fueron juntos.

Apenas llegar, Alya y Anna se abalanzaron sobre los superheroes, con lágrimas por las mejillas, y voz rota.

—¡Donde esta! ¡Donde está Marinette! ¡No logramos encontrarla!

Lo ojos de Chat Noir se abrieron como platos, y se veía que estaba en la fina línea entre el llanto incontrolable y desmayarse.